El revisionismo historiográfico franquista, o mejor dicho las mentiras franquistas, han tomado las calles de Madrid. Hace unos días el ayuntamiento de Madrid aprobó una moción presentada por Vox y apoyada por el PP y Cs por las que se eliminaban del callejero madrileño la calle de Francisco Largo Caballero ubicada en Ciudad Lineal, y el bulevar de Indalecio Prieto, situado en Vicálvaro.
El ponente de Vox, José Ortega-Smith, se ha acogido, gran paradoja, a la Ley de Memoria Histórica, haciendo un uso torticero de su artículo 15 que dice: las Administraciones públicas, en el ejercicio de sus competencias, tomarán las medidas oportunas para la retirada de escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones conmemorativas de exaltación personal o colectiva, de la sublevación militar, de la guerra civil y de la represión de la Dictadura.
En el discurso de Ortega-Smith –el paracaidista frustrado- cataloga a Largo Caballero e Indalecio Prieto de «personajes siniestros de nuestra historia no deben formar parte de los nombres de las calles y las plazas», «no es revisionismo, es acabar con la mentira histórica». No hay duda que Ortega-Smith ha conseguido un cum laude en cinismo. Sobre Largo Caballero afirma que «no debe ser digno de honores por su sangrienta trayectoria política y personal», acusándole de ser responsable de la matanza de Paracuellos y de la revolución de Asturias de 1934 –se le olvidó acusarle de la muerte de Manolete-; sobre Prieto dice que es por «su deriva revolucionaria y radical en el PSOE». Si no fuera tan trágico sería para echarse a reír. Como también es para echarse a reír la contestación de los «liberales» Ciudadanos: « la ley es igual para todos, para los criminales de un lado y de otro», ¿se puede ser más necio?
Es digno de ser estudiado el giro del PP, y concretamente del alcalde de Madrid, Martínez Almeida –el mismo que destruyó las placas del memorial que había en el cementerio de la Almudena en homenaje a los asesinados por el franquismo-, ya que dar a un bulevar el nombre de Indalecio Prieto se produjo cuando Álvarez del Manzano, también del PP, era alcalde de Madrid. Preguntado el antiguo responsable del ayuntamiento madrileño sobre que le había parecido la retirada del nombre de líder socialista su respuesta fue elocuente « Me sorprende la decisión, no sé ni cómo reaccionar».
Pero mientras se retiran los nombres de estos dos próceres socialistas en Madrid continúa habiendo una calle con el nombre de Caídos de la División Azul; es decir podemos los madrileños sufrir un homenaje a aquellos que fueron a apoyar al nazismo pero no la de dos hombres que defendieron la primera democracia que hubo en España.
Lo ocurrido con el cambio de nombre de estas calles no es sino una prueba más de que Vox es el que marca la ruta a seguir en el Ayuntamiento de Madrid, siguiéndole en su añoranza del franquismo más abyecto sus aliados del PP y Ciudadanos. Y mientras el pueblo de Madrid más preocupado en que les cierren las terrazas. Así nos va.