Joan Tardá, portavoz de ERC en el Congreso de los Diputados, así como otros compañeros de partido, han llamado en varias ocasiones fascistas a los miembros del PP y de Cds., les han calificado con este apelativo después de tener que oír constantemente que ellos son unos golpistas. ¿Tienen razón ambos en calificarse de ese modo? ¿Tiene la razón solamente uno? ¿No la tiene ninguno?
A los interrogantes dos y tres la respuesta es un rotundo no. La respuesta a la primera tiene algún que otro viso de verosimilitud. No voy a contestar directamente a la pregunta, dejo eso a mis amables lectores; pero voy a dar algunos apuntes para que tengan ustedes mayores facilidades a la hora de contestar a las preguntas reseñadas unas líneas antes.
El PP es la continuación de AP (Alianza Popular), partido que fundó Manuel Fraga Iribarne, que como todos sabéis ocupó cargos ministeriales con el dictador Franco. El último de estos cargos fue el de ministro del Interior. Mientras ocupaba este sillón ministerial se produjeron los sucesos de Vitoria, en los que cinco personas fueron asesinadas a la salida de una iglesia en la que estaban encerrados para reivindicar mejoras laborales. A este respecto hay un dato curioso. Fraga se encontraba en esos momentos de viaje en Alemania, y saben quién le sustituía en el cargo: Adolfo Suárez González. ¡Sorpresa!, sí el mismo Adolfo Suárez “adalid” de la democracia en España. Como se podrán imaginar ni se investigó lo sucedido ni hubo consecuencias para ninguno de los responsables de esa atrocidad.
Uno de los alumnos predilectos de Fraga era José María Aznar, futuro presidente del Gobierno. El mismo Aznar que el 1 de julio de 1969 escribió una carta a la revista SP en donde se enorgullecía de ser falangista. El mismo Aznar que en 1979 publicó siete artículos en el diario Nueva Rioja poniendo a caer de un burro la Constitución y la Transición –todos los documentos mencionados pueden ser consultados en Internet, se los recomiendo porque no tienen desperdicio-.
Y seguimos con alumnos predilectos, en este caso el de José María Aznar, Pablo Casado actual mandamás del PP. Lo de este varón –me reservo lo de señor para otras personas- empieza a ser de traca. La última muy reciente. El PP, junto a Cd’s, no han votado a favor de una propuesta realizada por el PSOE para condenar el franquismo, e ilegalizar organizaciones que hagan apología del fascismo.
La justificación que han dado para defender su abstención es que también habría que ilegalizar a las organizaciones que hagan apología del comunismo y del populismo. Vamos que hay que ilegalizar al PCE y a Podemos. Se olvida Casado que muchos comunistas perdieron su vida defendiendo la democrática II República; que la gran mayoría de los que se oponían a Franco durante la larga noche de la dictadura, sufriendo cárcel, torturas, y perdiendo la vida, eran comunistas.
De las “lindezas” que ha dicho el varón Casado recogeré solamente algunas, aunque hay para escribir un libro. Veámoslas y juzguen ustedes: según él los historiadores que intentamos que los españoles conozcan la verdad de la ocurrido en la España contemporánea hacemos una escritura sectaria de la historia que solamente trae rencor, a lo peor va a ser que Casado tiene como libros de cabecera –como los tenía Aznar- las obras de ese terrorista historiográfico – y de lo otro también- que es Pío Moa.
Sobre los que reivindicamos la Memoria Histórica ha dicho que somos carcas de izquierda, que pretendemos exhumar las fosas de no sé quién, o que siempre estamos hablando de la guerra del abuelo. Para él la Ley de Memoria Histórica es sectaria. Debe de ser que lo que hicieron durante cuarenta años los franquistas, y siguen haciendo los neofranquistas, era pura y dura objetividad.
Este varón ha creado la fundación Concordia y Libertad, que tiene entre sus objetivos cambiar la ley de Memoria Histórica por una ley de Concordia ¿? Al frente de dicha fundación ha colocado a Adolfo Suárez Illana – sí, el hijo del adalid-, autor de una frase merecedora de estar en el Olimpo de las mentiras: La democracia que disfrutamos hoy en día en parte se le debe a Santiago Carrillo, pero en parte se le debe también a Franco. Y se queda tan pancho.
De cargos dirigentes del PP también podemos recoger “frases y actitudes para la historia”. Rafael Hernando dijo sobre los que buscaban a sus familiares asesinados por Franco: se han acordado de su padre cuando hay subvenciones de por medio. Alejandrito Morant, vicepresidente tercero de la Diputación de Alicante y alcalde de Busot, hace tiempo no se cortó un pelo al pedir que se realizaran deportaciones masivas de inmigrantes -¿se acuerdan queridos lectores de quién hacía deportaciones masivas en los años cuarenta?; pues este mismo individuo a raíz del rifirrafe habido en el Congreso hace unos días, ha comparado lo ocurrido con los que, según él, hicieron anarquistas, socialistas, comunistas, radicales de izquierdas y nacionalistas sumaron a España en el caos, en la primavera de 1936, rematando diciendo que los nacionalistas son gentuza. Para acabar su panegírico con esta lapidaria frase Mierda de democracia.
Otro de la misma cuerda es Jaume Solé Purcalla, líder del PP en Tortosa, y alcalde de dicha localidad, que ha tachado a Lluís Companys de asesino –algo que suele repetir una de las voceras del PP en las tertulias, María Claver-. Olvidan ambos que Lluís Companys salvó la vida a miles de personas de derechas proporcionándoles pasaportes y ayudándoles a salir de España cuando estalló la Guerra Civil.
Y ahora vamos con la muchachada de Albert Rivera “Falangito”. Hace unos meses Rivera organizó un acto para mayor gloria y loor de España – yo diría que, de la España de los Reyes Católicos, pero es una apreciación personal-. En ese acto, que inmortalizó la simpar Marta Sánchez con su versión del himno de España, que patrióticamente no sé, pero que musicalmente, aquí si doy mi clara opinión, era una bazofia. Pues bien, algunas de las palabras del joven y monísimo líder de Cd’s son de las de esculpir en piedra para que las generaciones futuras puedan disfrutar de su herencia política.
El varón Rivera dijo: ni de izquierdas, ni de derechas, yo sólo veo españoles. Pues por esta frase podría ser acusado de plagio, y si no juzguen ustedes; lema de la ultraderechista organización España 2000: Ni de izquierdas, ni de derechas. Somos españoles. Pero si tienen ustedes la paciencia – y un estomago fuerte- y comparan su discurso con el que dio José Antonio Primo de Rivera el 1 de enero de 1935, verán, con asombro, espasmo, y un poco acojonados, que las similitudes entre ambos discursos son bastante numerosas. Y no lo digo yo. La periodista Rosa María Artal en un artículo publicado en eldiario.es con fecha 22 de mayo de 2018, escribía: Rivera ha reeditado el discurso del fundador de Falange, José Antonio Primo de Rivera. Y para que mencionar la foto en la que se a un joven Albert Rivera, firme el ademán, levantado la mano haciendo el saludo fascista.
De la muchachada de Cd’s podía escribir más, pero mis muchos años, y mi decadente cerebro están cansados. Por eso no quiero extenderme en las frases que han dicho personajes como Toni Cantó –que ha conseguido algo difícil, ser peor político que actor-, o Inés Arrimadas, con un discurso muy parecido al que hacían Gil Robles y José Calvo Sotelo, en la primavera de 1936, mientras conspiraban para derribar al régimen legalmente constituido. Discurso catastrofista e incendiario, que más que para tender puentes a la concordia, la dinamita.
En fin, señores, si han tenido la paciencia de leerme hasta aquí juzguen ustedes, con indudablemente mayor entender que yo, si los miembros del PP y Cd’s tienen, o no, tics fascistas.