BOSCH BOSCH, Carlos. General de división al estallar la guerra. En octubre de 1934 había participado activamente el frente de una columna en la represión en Asturias. Según parece fue relevado del mando por el general Balmes, por los excesos que había cometido.
Obligado por el general Gómez Caminero a entregar 200 fusiles y cuatro ametralladoras a un grupo de mineros que llegó a León; nada más marcharse éstos de la capital leonesa, se sublevó. El 22 de octubre de 1936 fue nombrado gobernador militar de El Ferrol siendo, por tanto, uno de los máximos responsables de la represión en esta ciudad gallega. Ante las múltiples peticiones de clemencia que le llegaron para que perdonara la vida de Alexandre Bóveda Iglesias, ferviente católico, conservador, y fundador del Partido Galleguista; Bosch contestó: Bóveda no es comunista, pero es galleguista, que es peor.
CÁNOVAS LACRUZ, Enrique. Coronel cuando se produjo el golpe, Cánovas encabezó la sublevación en Galicia.
Detuvo y ordenó el fusilamiento de los generales Enrique Salvado y Rogelio Caridad Pita, por no unirse al golpe. En el segundo semestre de 1936 se estima que fueron asesinadas en Galicia en torno a las 2.500 personas. Uno de los asesinatos más significativos fue el del gobernador civil republicano Francisco Pérez Carballo, fusilado el 25 de julio, y el de su esposa, la bibliotecaria Juana Capdevielle, después de haber sido torturada y violada, a mediados de agosto. Otras víctimas significativas, el alcalde de Lavadores, José Miñones, y el gobernador civil de Orense.
No fue sólo en Galicia donde Cánovas llevó a cabo tareas represoras. También en Baleares, donde estuvo al mando de la comandancia militar de 1937 a 1939. Ocupando este puesto ordenó los bombardeos aéreos sobre la costa levantina, que causaron centenares de víctimas. Por ejemplo, solamente en el que se llevó a cabo sobre Alicante el 25 de mayo de 1938 murieron 300 personas.
GONZÁLEZ RODRÍGUEZ, Francisco «O Rabioso». Guardia Civil, su apodo le viene de cuando detuvo en julio de 1916 a un ladrón, Jesús Lago Barbeito, conocido como «O Raboso». Mientras era conducido a Vigo, Lago logró escapar, fue perseguido y capturado por González Rodríguez –por entonces cabo de la Guardia Civil-; González y el sargento que le acompañaba le ataron las muñecas a la cola de un caballo y lo llevaron a trote ligero desde Bouzas a Vigo. El 10 de septiembre de 1936 González detuvo nuevamente e Lago, que estaba escondido desde el 18 de julio; Lago fue asesinado el 10 de septiembre en Vigo.
González ya tenía buena fama como enérgico represor, por su actuación en la represión de los huelguistas de agosto de 1917. Por su actitud en la represión durante la sublevación de Jaca en 1930, fue felicitado por Alfonso XIII; y por la que llevó a cabo durante la represión en Asturias en 1934, condecorado con la Cruz de San Hermenegildo.
Tras el golpe fue uno de los más activos represores en Vigo. El 20 de julio de 1936, siendo ya teniente, junto al capitán Antonio Carrero y cincuenta hombres disparó contra la multitud desarmada que se había congregado en la Plaza Mayor de Vigo protestado por el golpe de Estado.
González Rodríguez era el encargado de sacar a los presos, que iban a ser fusilados, desde la cárcel instalada en el frontón de Vigo. Incluso entonces manifestaba su extremada crueldad; […]haciendo gala de su siniestro sentido del humor, se quedaba mirando a alguno de los presos, se acercaba a él y le preguntaba su nombre, luego recorría de nuevo la fatal lista, como buscándolo en ella, tras la cual, y esbozando una cínica sonrisa, le decía al infeliz que por esta vez había tenido suerte, pero que la próxima noche seguramente aparecería su nombre incluido, sumiendo así en la mayor incertidumbre y en el terror más absoluto al pobre recluso[1].
O Rabioso colaboró con la Patrulla del Amanecer, dedicada a asesinar a personas en el extrarradio de Vigo, participó en varios asesinatos, entre ellos el del maestro nacional José Vázquez Grela el 12 de septiembre de 1936 en Nigrán.
El historiador A. Giráldez, en su obra 1939. La guerra ha terminado…hace sesenta años, en Vigo, habla de O Rabioso: […], en Vigo, desde luego se convirtió en uno de los agentes más entusiastas de la represión, no sólo como instigador de episodios de terror que aún hoy estremecen al recordarlo a muchos de mis entrevistados sino también como el ejecutor material de muchas muertes[2]. También se aprovechó personalmente de la desgracia de los prisioneros. Junto al director de la prisión de la isla de San Simón Fernando Lago Búa, y el médico de la misma Francisco Bustelo, les pedían dinero a los presos prometiéndoles ponerlos en libertad; con el dinero se quedaban, pero el preso nunca recobraba su libertad.
Otra faceta de O Rabioso era la violencia que practicaba en las torturas que sometía a los infelices que caían en sus manos. Algunos de los que sobrevivieron a sus interrogatorios dan testimonio de su crueldad: episodios espeluznantes, palizas a mujeres embarazadas, torturas aplicadas a hombres demasiado mayores o demasiado niños para soportarlas sin derrumbarse o sin desfallecer[3].
En febrero de 1937 González Rodríguez cesó como delegado de orden público en Vigo, siendo ascendido a capitán y destinado a Córdoba. El 16 de octubre de 1939 se jubiló.
GONZÁLEZ VALLÉS, Florentino. Teniente coronel de la Guardia Civil. Muy relacionado con Falange, dirigió la represión en La Coruña, ordenando detenciones, violaciones, asesinatos que solían llevar a cabo escuadras falangistas como Los Caballeros de Santiago o Los Caballeros de La Coruña.
Nombrado gobernador civil de La Coruña el 20 de julio de 1936. Según parece fue el instigador del intento de asesinato que sufrió Francisco Pérez Carballo. Finalmente se salió con la suya y Pérez Carballo fue fusilado el 24 de julio de 1936.
Juana Capdevielle, esposa de Pérez Caballero, telefoneó a González Vallés para interesarse por la suerte de su marido, Pérez Caballero le contestó que estaba bien y que le enviaba un coche para recogerla y le pudiera ver. El coche que había enviado la llevó directamente a prisión, al cabo de una semana fue liberada; pero el 17 de agosto, González Vallés ordenó su detención, al día siguiente fue asesinada, a pesar de estar embarazada.
Tras su paso como gobernador civil de La Coruña, fue jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de León, Lugo, en abril de 1937, La Coruña, febrero de 1938, Santander, y Pontevedra.
Benito del Haro Lumbreras, jefe de Los Caballeros de Galicia, le acusó de permitir que abandonaran España algunos masones.
En Pontevedra, funcionó una organización similar a la de los Caballeros de Galicia, la conocida como Guardia Cívica de Pontevedra, dedicada a las mismas tareas represoras que la instalada en La Coruña.
LIS QUIBÉN, Víctor. Médico, y antiguo militante de la CEDA, partido del que fue expulsado en 1934, fundando el comité provincial de Renovación Española en Pontevedra. Durante la dictadura de Primo de Rivera había sido miembro del Somatén, fuerza paramilitar dedicada a la represión de los obreros y personas de izquierdas.
Tras el golpe fue el jefe de la Guardia Cívica de Pontevedra, organización que participó en numerosos asesinatos, torturas, violaciones. Participó directamente en la detención del diputado socialista Ignacio Seoane; también intervino, en diciembre de 1936, en la masacre de Salcedo (Lugo). En esta población se presentó al mando de veinte miembros de la Guardia Cívica y cinco guardias civiles, causando varios muertos y decenas de detenidos.
En la madrugada del 12 de diciembre de 1936 llegan a Torre, en busca de fugitivos, allí interrogaron a unas personas que les indicaron que los huidos estaban en una choza, se dirigieron hacía allí y prendieron fuego a la choza, cuando las personas que estaban en su interior intentaron salir fueron tiroteados por los hombres de Víctor Lis. Los huidos eran Gómez Corbacho y Manuel Méndez Montes.
Las personas que habían interrogado; Ramón Acuña, su hermana Consuelo, y la esposa de uno de los fugitivos, Elvira Lodeira –parece que era la de Gómez Corbacho-, fueron sometidos a un simulacro de consejo de guerra al día siguiente de los hechos; condenados a muerte fueron fusilados por un piquete de «cívicos» dirigido por Víctor Lis. Elvira, que dijo estar embarazada fue fusilada el 19 del mismo mes; al parecer le provocaron el aborto para poder asesinarla con mayor tranquilidad.
MORENO FERNÁNDEZ, Salvador. Capitán de Fragata, se unió inmediatamente a la sublevación, haciéndose con el control del crucero Almirante Cervera. Posteriormente se le dio el mando del crucero pesado Canarias. Al mando de este buque cañoneó sin piedad a las gentes que huían de Málaga camino de Almería. Hubo entre 3.000 y 5.000 muertos. Su «hazaña» le valió ser nombrado segundo jefe del Estado Mayor de la Armada, y en agosto de 1939, ministro de Marina, cargó que ocupó hasta 1945.
Cuando estaba al mando del Almirante Cervera bombardeó objetivos civiles en Gijón. De esta acción decía en el parte que escribió: El efecto moral de mi presencia y cañones es enorme, y así lo manifestaban tanto el comandante militar como el jefe de zapadores. Mis cañones causan serios disgustos a los dirigentes y fuerzas rojas. Mi fuego sobre el Ayuntamiento debió sorprenderles y desmoralizarles; hasta hoy no fue tomado como objetivo. El 3 de agosto, en otro parte, decía: Se me pide bombardee objetivos casco población. Procedo a ello olvidando riesgo personal civil.
Moreno fue el que se hizo cargo de la Flota republicana que entregó el almirante Buiza en Argelia. De los marinos republicanos que regresaban con la flota, ordenó fueran fusilados 50 de ellos en el propio buque que los transportaba.
Imputado por Garzón en el sumario que abrió contra los crímenes de lesa humanidad perpetrados durante el franquismo.
En 2002, el pleno del Ayuntamiento de Pontevedra, con los votos en contra del PP, decidió quitar su nombre de una calle. En 2017 Rajoy dijo no entender porque se había cambiado el nombre de la calle – él había vivido en ella- y que él seguía usando el nombre franquista.
TORRES BESTARD, Mateu. Otro africanista. Ascendido a comandante en 1930, fue ayudante de Franco cuando el dictador era comandante militar de Baleares (1933-1935).
Gobernador civil de Baleares durante 1936-1937; en septiembre de ese año es nombrado gobernador civil de Pontevedra. Puesto que dejó en abril de 1939 para pasar a ocupar el mismo cargo en Tarragona.
El 10 de septiembre de 1936, poco antes de ser nombrado gobernador civil de Pontevedra, envió una carta a Franco quejándose de la poca dureza que utilizaba en la represión el gobernador militar: Exceso de prudencia y benevolencia. Entre la enormidad de detenidos figura gente significadísima que hasta después de detenidos han hecho manifestaciones contrarias al movimiento y… nada, aquí costando un dineral su manutención, menos mal que Falange hace alguna limpieza que no pueden aplicar a los figurines por estar detenidos. Al Comandante Médico Don Virgilio García Peñaranda tuvo que detenerle por unas manifestaciones de desafecto al movimiento y… sigue detenido y nada más[4]. La carta deja claro que Torres Bestard era amigo de los «paseos» y no de seguir una mínima trayectoria burocrática.
Mientras estuvo en el cargo de gobernador civil de Pontevedra el número de ejecuciones experimentó un considerable aumento. Su mano derecha era el nuevo jefe de policía Francisco Barrado Zorrilla.
Durante su estancia en Mallorca fue el que ordenó el asesinato de las Cinco Rosas de Mallorca: Aurora Picornell, Belarmino González, Caterina Flaquer, Antonia Pascual Flaquer y su hermana María.
Bibliografía reseñada en el capítulo
ABAD GALLEGO, Xoán Carlos (2002): Una semblanza del teniente de la Guardia Civil Francisco González “El Rabioso”, en Boletín del Instituto de Estudios Vigueses, nº 8, pp. 47-76.
GARI SALLERAS, Bartomeu (2009): La repressió a Mallorca durant la guerra civil española (2936-1939) Memoria d’una coercio planificada, Memoria de Licenciatura, Mallorca.
MAESTRE, Antonio (2020): Infames. El retroceso de España, Barcelona.
[1] Tomado de Maestre: 57.
[2] Tomado de Abad: 56.
[3] Tomado de Abad: 68.
[4] Gari: 78
