No voy a repetir lo que ya todos sabemos de este genocidio actual y pasado, pero, una de las cosas que más me está sorprendiendo desde que empezó el exterminio de Gaza es la estrechísima alianza entre los sectores más reaccionarios y ultraderechistas de occidente con el sionismo.
Habría que recordar que lo que hoy llamamos ola reaccionaria, trumpismo o putos nazis son la fusión que hicieron en los años ochenta del siglo pasado Reagan y Thacher entre ultraliberales, conservadores y fascistoides de toda calaña. Es decir, en este grupito están los herederos de los que gaseaban a los judíos hace ochenta años.
No hay que irse muy lejos, en nuestra querida España hasta los años noventa o así el insulto favorito de la gente de “orden” para referirse a alguien en quien desconfiaban, con intereses oscuros, huraño o cualquier maldad era ¡judío! Mejor dicho ¡perro judío! Y esto sin contar los cuarenta años de matraca de la conspiración judeo-masónica y la persecución hasta el año 1945 de los escasos judíos que había en España. Cabe decir y destacar que el 40% de los brigadistas internacionales en la guerra civil eran judíos, laicos, pero judíos que sabían contra quien luchaban y con quien iban.
Da cierto reparo intelectual cómo se puede compaginar por el típico fachilla de pulserita el orgullo por la herencia de los Reyes Católicos y a la vez consentir a los expulsados en 1492 el mayor genocidio de este siglo.
Por ser justos, el sionismo, y sobre todo el actual sionismo ultraderechista, tienen su origen en los mismos nacionalismos del siglo XIX y XX que el resto de los países europeos. Nacionalismos en general excluyentes e imperialistas. Ni siquiera entre los propios judíos repartidos por todo el mundo el sionismo era mayoritario, hay cientos de miles de judíos que quieren la convivencia pacífica y quedarse en el lugar donde han nacido, sin necesidad de quitarles la tierra a ningún pueblo.
Pero tanto los líderes israelíes como los de esta internacional neocon-fascistoide occidental han hecho piña sólo porque interesa en esta guerra cultural demente, en la que sin duda llevan tiempo metidos y que nos intenta devorar con su crueldad y falta de humanidad. Utilizan para los suyos las más estúpidas razones para justificar lo injustificable, aunque parece que para ellos es suficiente para poder mirarse a la cara en el espejo por las mañanas sin vomitar por ver a un cómplice por genocidio.
Solo hay que ver a la representante máxima de este delirio representado en la presidenta la de Comunidad de Madrid, con un discurso que a cualquier persona decente le explotaría la cabeza solo de escucharlo.
En fin, la lucha sigue porque la dignidad del pueblo palestino y la humanidad es lo primero.
DESDE EL RÍO HASTA EL MAR
