Los verdugos de Franco en la Guerra Civil. Los verdugos de Andalucía (V) González Espinosa, González Narbona, Haro Lumbreras, Hidalgo Ambrosy, etc…

En la mayoría de los trabajos relacionados con la represión franquista se ha incidido en las víctimas, estos artículos ponen nombres y caras a los responsables directos de las atrocidades que cometieron


GONZÁLEZ ESPINOSA, Antonio. Coronel del Ejército. El 29 de julio de 1936 fue nombrado por Queipo de Llano, gobernador militar de Granada en sustitución de Basilio León Maestre, del que se consideraba que estaba siendo demasiado blando en la represión. De él escribió Arrarás en su Historia de la Cruzada Española: Es el hombre al que no le temblaran las manos antes de firmar las penas de muerte.

GONZÁLEZ NARBONA, Francisco. Teniente de la Guardia Civil. Nombrado comandante militar de Carmona el 22 de julio de 1936, cargo en el que se mantuvo hasta el 18 de noviembre del mismo año. En este período en Carmona se ejecutó a 201 hombres, entre ellos ancianos y niños de apenas diez años, y 16 mujeres. Durante su mandato se llevaron a cabo 23 sacas de prisioneros trasladados hasta la tapia del cementerio para ser fusilados.

González Narbona ya tenía experiencia en la represión. El 8 de enero de 1933 dirigió al ataque contra unos obreros anarquistas, con el resultado de cuatro sindicalistas muertos. Por esta acción fue felicitado públicamente en febrero del mismo año en el número 276 de la Revista Técnica de la Guardia Civil.

Era tal la magnitud de la represión que estaba llevando a cabo González Narbona en la localidad sevillana, que el párroco del pueblo fue a protestar por las ejecuciones masivas que se estaban llevando a cabo; le contestaron que los ejecutados habían sido previamente condenados en un consejo de guerra cuyo tribunal lo formaban los terratenientes de la zona; al responder el párroco que esos juicios eran ilegales fue despedido con amenazas[1].

HARO LUMBRERAS, Gregorio. Comandante de la Guardia Civil; ya había actuado antes de 1936 contra la República, uniéndose a Sanjurjo en el intento de golpe de estado que dirigió este general en 1932.

Haro Lumbreras.

La mayor proeza de Haro Lumbreras la protagonizó nada más iniciarse la sublevación. En Riotinto se organizó una columna de mineros que tenían como objetivo reconquistar Huelva. Se debían de unir en La Palma del Condado a un grupo de guardias civiles dirigida por Haro Lumbreras, que previamente había jurado lealtad a la República. El 19 de julio, a la altura de La Pañoleta –en el municipio de Camas-; los mineros fueron emboscados por las tropas de Haro Lumbreras, tras una auténtica carnicería que costó la vida a varios mineros, apresó a 71 de estos[2], que fueron llevados a Sevilla.

Los mineros apresados llegando a Sevilla.

Como apunta el historiador Francisco Espinosa [3], es incompresible que se le diera el mando de una columna militar, conociendo los antecedentes antirrepublicanos de Haro Lumbreras.

Para colgarse medallas, Haro Lumbreras no dudó en testificar contra el que había sido su inmediato superior, el teniente coronel Orts Flor. En su declaración dijo que Orts había organizado la columna de mineros y que le había dado la orden –que a su vez había recibido del general Pozas- de que volase Sevilla y jodiera a las mujeres de los fascistas; con esta burda mentira quería aparecer como el héroe que había salvado Sevilla.

Nombrado por Queipo de Llano gobernador civil de Huelva, en lo seis meses que se mantuvo en el cargo se asesinó en Huelva capital y provincia, entre 2.000 y 4.000 personas[4]. Especialmente cruel fue la represión que se llevó a cabo en la zona de Riotinto, más acentuada, si cabe, contra los mineros. Para intentar ocultar el genocidio cometido en el territorio onubense, se cavó una gran fosa en donde fueron enterrados gran parte de los asesinados, echándoles cal viva para hacer desaparecer los cadáveres.

Fosa de Riotinto.

En Palos de la Frontera ningún derechista había sufrido daño alguno, a pesar de eso, Haro Lumbreras dijo: El enemigo que quema vivas a familias enteras […], que abre el vientre de mujeres embarazadas […], no puede ni debe pedir clemencia a quienes serían sus primeras víctimas si la ocasión se presentase. Quizás Haro Lumbreras tuvo un lapsus mental y cuando pronunció estas palabras estaba pensando en lo que estaban haciendo ellos. En esta población se asesinó a 146 personas, incluyendo mujeres y un niño de tan sólo doce años.

Haro Lumbreras tenía una especial obsesión por los masones; sistemáticamente reprimió con una dureza bestial todo lo que tuviera la más mínima relación, real o inventada, con la masonería. Esta actuación en contra de los masones llegó a oídos del general Cabanellas. Que ordenó su cese, que se hizo efectivo el 6 de febrero de 1937, a pesar de que Queipo de Llano intentó impedirlo por todos los medios.

En relación a su cese, algunas fuentes afirman que este se debió, además de a la protesta de Cabanellas, a que Haro Lumbreras se había quedado con parte de lo que se recaudaba para ayuda del Ejército. Al parecer también estuvo implicado en un turbio asunto relacionado con el pago con monedas y artículos de oro, obtenidas de las suscripciones populares, a varias prostitutas.

Sobre su salida de Huelva, Manuel Burgos Mazo [5] cuenta: […] el equipaje que el gobernador preparó para su marcha, según supe por diversos conductos y todos ellos de personas muy fidedignas, ascendía a noventa y tres bultos que ocupaban tres camiones [6]. Burgos del Mazo calificaba a Haro Lumbreras cómo el Vernes [7] moderno. No era la primera vez que Haro Lumbreras estuvo envuelto en actividades sospechosas. Antes de la guerra, cuando estaba destinado en la Comandancia de Albacete, se le relacionó con la desaparición de existencias de los almacenes militares.

En marzo de 1938, el alcalde de Riotinto, José María de la Casa, escribía una carta al resto de alcaldes de la provincia; en dicha carta hacía alusión a Haro Lumbreras: El primer elemento [refiriéndose a Haro Lumbreras como gobernador civil y militar] cumplió con exceso de celo su elevada misión al frente de los gobiernos civil y militar [8]. Por esta misma época, muchos pueblos que habían puesto su nombre a calles del municipio, las fueron cambiando por otras nominaciones. El 29 de septiembre de 2018 le fue retirado el título de hijo adoptivo de Huelva.

No fue el único miembro de la familia implicado en la represión, su hermano Benito; teniente coronel y jefe de Carabineros en La Coruña, fue uno de los encargados de la represión en la capital gallega. Al igual que su hermano se cebó especialmente con los masones; participando personalmente en las torturas que se practicaban con los prisioneros en los interrogatorios. Llegó a tener un enfrentamiento con el gobernador civil, González Vallés, al que acusaba de ser demasiado blando.

Con Haro Lumbreras se cumplió una justicia que podíamos calificar de profética. El 26 de febrero de 1941, caía asesinado a manos de un guardia civil a las puertas de la Comandancia de León.

Monumento en homenaje a los mineros asesinados de Riotinto.

HIDALGO AMBROSY, Fermín. Teniente coronel y conocido bodeguero de Sanlúcar de Barrameda. Queipo le encargó, en agosto de 1937, que se ocupara de la represión de la guerrilla y la captura de los huidos. Su jurisdicción abarcaba toda provincia de Huelva[9].

Fermín Hidalgo Ambrosy.

Se hizo famoso por las represalias que llevaba a cabo contra los familiares de los huidos; por ejemplo el asesinato de las conocidas como 17 Rosas de Guillema[10]. Desde que ocupó el cargo se duplicó el número de consejos de guerra, pasando de 314 a 714. En no pocas ocasiones dio la orden de ejecución personalmente. En Zufre (Huelva), el cabo de la Guardia Civil, Eduardo Novoa Viadero, detuvo a numerosas personas, cinco hombres y dieciséis mujeres fueron asesinados por orden de Hidalgo[11]. José Ramón de la Torre era el dentista de Aracena (Huelva), fue asesinado por orden directa de Hidalgo, así lo testimonia el certificado expedido por Diego Mora Romero, teniente de la Guardia Civil y comandante militar de la plaza: CERTIFICO: Que en virtud de orden verbal del señor Teniente Coronel Don Fermín Hidalgo, Jefe de Operaciones de la Sierra de Huelva, Sevilla y Badajoz, en las primeras horas del día quince del mes de agosto del año en curso, le fue aplicado el Bando de Guerra al reo detenido en la cárcel púbica de esta ciudad y vecino de la misma, José Román de la Torre[12].

LÓPEZ-PINTO Y BERIZO, José. Ascendido a general de Brigada en 1932, fue nombrado gobernador militar de Cádiz, tras haber prestado juramento de lealtad a la República. Sin duda el nombramiento de López-Pinto ayudó a que triunfara el golpe en Cádiz. López-Pinto fue el que proclamó el bando de guerra en Cádiz; asimismo fue el que liberó al general Varela del castillo de Santa Catalina.

José López-Pinto

Junto a Varela, los hermanos Mora-Figueroa y Ramón de Carranza, fue el que organizó la represión en la capital gaditana. En primer lugar cerraron las Puerta de Tierra, evitando que nadie pudiera salir de la ciudad; posteriormente se dedicaron a la detención masiva de personas, a unos los asesinaban en plena calle, a otros los trasladaban a la sede de Falange, situada en el Casino, donde les sometían a las más crueles torturas; por ejemplo dándoles a beber aceite de ricino mezclado con aceite industrial, serrín y miga de pan; esta mezcla producía unos terribles dolores abdominales, llevando en algunos casos a la muerte. Establecieron el llamado Tribunal de Sangre que diariamente elegía a 25 personas para ser ejecutadas. Según Preston, en los primeros cinco meses se fusiló a 600 personas.

Según el historiador Pedro Angosto [13]: López Pinto fue un aventajado alumno de Queipo de Llano que no escatimó crueldad para ejecutar con éxito la política de exterminio que habían planificado.

Simpatizante significado de los nazis, en el verano de 1940 recibió a un gripo de alemanes, tras una juerga fraternal acabaron gritando ¡Viva Hitler! En octubre de 1940, recibió en Irún, junto a José Finat, a uno de los principales líderes nazis, Heinrich Himmler.

López Pinto recibiendo con honores a Himmler.

MARTÍNEZ GALIÁNEZ, José. Este miembro de la Guardia Civil fue el que dirigió la feroz represión que se llevó a cabo en La Carlota (Córdoba)[14]. Las víctimas de este cruel asesino ascendieron a 110 personas, entre ellas varias mujeres, como Carmen García y su hijo de 16 años.

Todo lo contrario a este verdugo inmisericorde, en el pueblo aún se recuerda al también guardia civil Manuel Folk Helst, que se dedicaba a avisar a las personas que estaban en las listas para que pudieran huir. Gracias a la actuación de Fol Helst muchas personas lograron escapar de las garras asesinas de Martínez Galiánez.

Manuel Folk Helst.

Bibliografía reseñada en el capítulo

ANGOSTO, Pedro L. (2017): Diccionario del franquismo. Protagonistas y cómplices, Granada.

ESPINOSA MAESTRE, Francisco (2018): La guerra civil en Huelva, Huelva.

ESPINOSA MAESTRE, Francisco y GARCÍA MÁRQUEZ, José Mª (2013): La represión judicial militar en Huelva (1936-1945), en Mirta Núñez Díaz-Ballart (coord.), La gran represión. Los años de plomo de la posguerra, Barcelona.

PRESTON, Paul (2011): El holocausto español, Barcelona.

[1] Ver Preston, 2011: 225.

[2] 67 fueron fusilados en varios puntos de Sevilla, tres murieron en prisión, y uno logró salvar la vida al ser menor de edad.

[3] Espinosa, 2018:94

[4] Según Preston (2011:220) en 75 de 78 municipios onubenses se asesinó a 6.019 personas.

[5] Fue ministro de Gracia y Justicia con Alfonso XIII.

[6] Burgos del Mazo, Obras Completas, tomo I, Cap. VIII, p. 164, citado Espinosa, 2018: 164.

[7] Pretor de Sicilia en 78 a.C., a causa de sus desmanes fue llamado a Roma, juzgado por un tribunal presidido por Marco Tulio Cicerón, fue condenado al exilio.

[8] Tomado de Espinosa, 2018: 412.

[9] Ver Espinosa, 2018: 282-283.

[10] Población de Sevilla.

[11] Ver Espinosa/ García Márquez, 2013.

[12] Tomado de Espinosa/García Márquez, 2013: 282-283.

[13] Angosto: 251-252.

[14] Para ampliar el conocimiento de la represión en La Carlota, ver Preston, 2009: 186-188 y 820-824.

José Luis Garrot Garrot
José Luis Garrot Garrothttps://asambleadigital.es
Historiador y arabista. Profesor de la UCM

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