Discurso político e ideología en la dictadura de Primo de Rivera

¿Cúal era la ideología de Miguel Primo de Rivera?

Ante este tipo de eventos me embarga una emoción especial. Tengo el profundo honor de que Asamblea Digital me haya permitido publicar mi TFG para que sea de dominio público. Tristemente, muchos de mis compañeros realizan su Trabajo de Fin de Máster de forma rutinaria y mecánica, por no mencionar casos de plagios y demás oscuras historias. Pero para mí siempre fue más que un simple requerimiento académico, fue un año entero de investigación “casi” (al final explicaré la razón de este calificativo) autónoma, llegando incluso, en la parte final del curso, a soñar mientras dormía que estaba analizando documentos, pero al despertarme me percataba de que esos documentos eran irreales… En fin, gajes del oficio… Lo de un año entero también sería matizable, ya que, aunque empecé con la revisión bibliográfica en septiembre, por algún motivo irracional las prácticas académicas se incrustan justo en los meses centrales del curso, una idea realmente esotérica (pero ya tendremos espacio al final de esta introducción para quejarnos de lo deficiente de la academia de nuestros días…). Por todo este trabajo que he plasmado en el escrito le tengo un cariño enorme, y por eso agradezco tanto que se me permita poder exponerlo al público, ya que mediante su difusión y la posterior crítica al mismo es la única forma de que pueda avanzar la ciencia histórica.

El esquema del trabajo es bastante sencillo, una revisión historiográfica inicial (aunque debemos entender que el propio campo de la ideología política de la dictadura a penas cuenta con antecedentes como tal) para luego pasar a una contextualización (tanto exterior como interior) más o menos exhaustiva. Mi principal crítica hacia las interpretaciones historiográficas anteriores es su simplismo y su lógica superficial, proponiendo como medio para solventar este problema recuperar el concepto marxista de “bonapartismo” (tan ultrajado en su día por el trotskismo), lo que curiosamente me llevó al más profundo de “jacobinismo”, tal como luego explicaré. Posteriormente se pasa al análisis de las líneas generales del pensamiento de los principales teóricos políticos de la época, para luego, a partir del lema dictatorial de “Patria, Religión y Monarquía”, y contrastándolo principalmente con las recopilaciones existentes de discursos del dictador, tratar de exponer los ejes centrales del ideario político del dictador. Tal como explico en la conclusión, un trabajo tan breve no puede permitir afirmar o negar el bonapartismo de Primo de Rivera, pero si por lo menos enfocar el debate historiográfico hacia una orientación más científica y analítica, que de haber podido contribuir a conseguirlo no sería poco…

A lo irracional de la organización del calendario académico habría que sumarle las limitaciones de los medios de información de los que disponemos (base esencial para cualquier investigación mínimamente seria…). En Ourense, donde estudio, ni siquiera tenemos una biblioteca de la facultad de Humanidades, debiendo servirnos de una biblioteca central para todos los campus donde la Historia es una simple sección agrupada en apenas 6 o 7 estantes de tamaño estándar. Si a esto le sumamos los préstamos inter-bibliotecarios (con su consiguiente tiempo de espera) y el hecho de que vivo en un pueblecito a una hora de la ciudad, añadiéndole aún una situación de pandemia (pésimamente gestionada en todos los ámbitos, seamos sinceros…), ya se pueden imaginar lo que me costó consultar (sólo poder acceder a ella y poder consultarla era una odisea, luego venía lo de estudiarla e interpretarla…) toda la bibliografía mínimamente necesaria…

Bien, volviéndonos a centrar en el tema, muchos se preguntarán el porqué de la elección del tema. Pues a mi parecer la dictadura es una especie de momento-bisagra en la Historia de España, muy importante para entender el devenir español, especialmente por ser fundamental para entender la génesis del fascismo español, por lo tanto, especialmente relevante en su relación con la II República y su transformación posterior en el régimen franquista, incluso para entender la persistencia de sus rescoldos hoy día. Tal como ya expuse, siendo guiado por el “bonapartismo”, en el fragor de la investigación me di de bruces con el jacobinismo, ayudándome mucho a entender la génesis y fundamentos del fascismo, pero este quizás es un tema muy extenso como para explicarlo aquí.

Finalmente, quería aprovechar este espacio para agradecer a todas las personas que han ayudado en la elaboración de este humilde trabajo, lo que pueda tener de valioso es solo obra de ellos. Para empezar a mi amigo Raúl, que hizo surgir casi de forma espontánea la idea del bonapartismo, haciéndome dudar de si no fuese, curiosamente, por ese hecho fortuito a lo mejor no habría podido entender nunca el tema con la necesaria profundidad. Obviamente a mi director de Trabajo, Julio Prada Rodríguez, que me supo guiar con el necesario distanciamiento, principalmente presentándome a autores como González Cuevas, los cuales desconocía. Siempre recordaré las constantes alusiones a los “apriorismos” que él creía que desde mi ideología personal vertía en el trabajo, por lo que más que un agradecimiento se merece una disculpa de mi parte por mi terquedad en ese sentido, pero creo que al final fuimos capaces de conseguir un punto medio bastante “objetivo”.

Y por supuesto a Javi por publicarme mis trabajos en esta plataforma, ni se imagina lo mucho que contribuyó a mi salud mental ese apoyo; pero mi mención de honor es para José Luís Garrot Garrot, aún a sabiendas de que ni con todo el tiempo del mundo sería capaz de escribir con precisión todo lo que me supone que un historiador de su calibre (y aunque él se enfade, para mí siempre estará a la altura de los grandes, Marc Bloch, Pierre Vilar, Grover Furr, porque la historia es un compromiso con la época histórica en la que vivimos, el resto, como él dice, son “historietadores”) me aconseje de la  forma que él lo hace, siempre con impagables consejos bibliográficos e historiográficos, o en su defecto con palabras de ánimo que hacen que uno se reponga con más fuerza de los reveses. Y ya para concluir, a mi familia y mi clase (ya que siempre me cuesta diferenciar a una de la otra), que a través del ejemplo cotidiano del esfuerzo y la disciplina me enseñaron que, aunque el de historiador sea un oficio de sillón, sino se le pone la tenacidad del madrugar y la insistencia de horas y horas diarias, de nada sirve un título o una academia que te respalde. El respeto se gana con trabajo, y solo al trabajo se debe.

DESCÁRGATE EL TRABAJO COMPLETO:

(Como postdata, para que seamos conscientes del estado de la investigación en este país, recientemente me interesé gracias a un amigo por el 37 encuentro de Jóvenes Investigadores, organizado por un órgano estatal, pero aún no me sobrepongo de la sorpresa de que entre inscripción, desplazamiento y alojamiento el monto ascendía a 300 “pavos”, ¿en serio así se pretende potenciar a las nuevas generaciones de investigadores? Pero ya me imagino los temas y a los ponentes del congreso… supongo que esto es como todo, mientras la academia se devora a sí misma en torres de marfil, nosotros seguiremos a lo nuestro, al igual que nuestros padres, levantando el país día a día por muchas rodillas que se quieran posar sobre nuestras espaldas.)

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