Un equipo de la televisión sueca se desplazó a España, a mediados de los años setenta, para rodar un documental sobre las mujeres españolas que luchaban contra el franquismo. La cinta nunca se emitió en España. Sí en la tv sueca, donde fue visto en dos capítulos, en una época en que la sociedad de ese país estaba muy sensibilizada con los avances del movimiento feminista -que participaba en la construcción del Estado del Bienestar sueco- y con las luchas contra el franquismo que se producían en España.
La cinta ha dormido durante cuarenta años entre las pertenencias de Dulcinea Bellido, dirigente del Partido Comunista de España y unas de las fundadoras del Movimiento Democrático de Mujeres -el mítico MDM-, que guardaban sus hijos, Daniel y Violeta Lobato Bellido, desde su fallecimiento. Hace casi dos años, Daniel se decidió a explorar el contenido de las cintas.
Entrevisté a los hermanos Lobato Bellido para escribir un relato sobre su madre, para el libro Rojas, Violetas y Espartanas. Mujeres en lucha Utopía Libros, 2018. En el curso de las conversaciones mantenidas con Daniel me habló de la existencia de la cinta y me la mostró. Me pareció un material asombroso con el que había que hacer algo. Contacté con dos amigos de profesión, Iván R. Cuevas -realizador de tv- y con Aida Fernández -periodista y guionista-, les mostré la cinta y les propuse hacer una segunda parte del documental sueco para traerlo al presente. La idea era recuperar a esas mujeres luchadoras del pasado y conectarlas con las luchas de las mujeres en la actualidad, para conformar un documento en el que se entendiera con claridad que a cada generación le tocan sus propias luchas sociales por derechos de dignidad, y que todas ellas están conectadas entre sí, y no se pueden entender unas sin las otras, porque fueron, somos. Además, buscamos poner en valor histórico las luchas de las mujeres, que en demasiadas ocasiones quedan ocultas, como si ellas no fueran piezas fundamentales en la construcción de los derechos y de los avances sociales.
Nos encomendamos a buscar a todas las mujeres que quedaran vivas de ese documento, para conocer la historia de sus luchas y cómo y por dónde las había llevado la vida.
Ha sido apasionante entrevistar a Ana Sirgo, histórica militante del Partido Comunista de España en Asturias, organizadora, junto a Tina Pérez y Carmen Marrón (ya fallecidas), de la resistencia de las mujeres asturianas para sujetar la huelga de la minería de los años sesenta del siglo pasado, conocida como La Huelgona de 1962, primera lucha ganada al franquismo, gracias la coordinación, la organización, la inteligencia y la resistencia de las mujeres. Sin sus habilidades, su fuerza y su constancia los mineros encerrados en los pozos asturianos no hubieran aguantado una huelga tan larga.
Igualmente, emociona conocer la trayectoria vital de Isabel López, sindicalista de la Seat de los años setenta, miembro de CCOO de Cataluña y una de las primeras mujeres delegada sindical de fábrica; de Maruja Ruíz Martos, militante histórica del PSUC y activista vecinal incombustible, sin sus luchas y su liderazgo político y social no se puede comprender de forma completa como se conforman los Noubarris; de Eloísa Rubio, miembro del Partido Comunista de España y activista vecinal en Vallecas junto a Carmen Guijarro, con quién compartió luchas vecinales contra la carestía de la vida, por el asfaltado de calles, por la escuela pública, por el transporte público… sin ellas Vallecas sería mucho más feo.
Asimismo, la historia de dulcinea Bellido, ya fallecida, pero contada por sus hijos, tiene un alcance que es necesario resaltar. Ella fue una de las fundadoras del clandestino Movimiento Democrático de Mujeres, impulsora de primera hora del feminismo en España y organizadora de la estrategia de penetrar y copar las asociaciones de la sección femenina en Madrid, las llamadas asociaciones de amas de casa, que estaban permitidas por el franquismo y eran legales. Cuando los elementos del régimen quisieron reaccionar, esas asociaciones se habían convertido en herramientas útiles para las reivindicaciones de las mujeres y las luchas vecinales.
Por mí y por todas mis compañeras termina en las luchas de hoy, con el testimonio emocionado de una sindicalista de tajo, Mercedes Pérez Merino, delegada sindical de CCOO y miembro de CocaCola en lucha, que llegó a ser diputada del pueblo por Unidas Podemos en la legislatura anterior. Su relato es un lujo que conecta las luchas de ahora con esa necesaria recuperación de la memoria histórica en España, sin la cual es imposible entender lo que nos pasa como sociedad, de dónde venimos y qué camino elegimos recorrer a partir del conocimiento de lo que fuimos.
Este documento de 55 minutos queda coronado con el testimonio Margarita Hjelm, periodista y directora que encabezaba aquel equipo de la Tv pública sueca que quiso venir a entrevistar a las mujeres españolas que luchaban contra el franquismo. Les debemos un trocito de nuestra memoria.
Quiero terminar este artículo agradeciendo a la UNED el acierto de poner en marcha los Premios anuales Residencia Artística. Por mí y por todas mis compañeras ganó la II Residencia Artística UNED, gracias a ello este documental ha visto la luz. Es necesario destacar el papel fundamental de las universidades públicas para que puedan salir adelante proyectos como este.
Carmen Barrios Corredera, fotoperiodista y escritora. Directora del documental Por mí y por todas mis compañeras.