Tras unos años en los que el expresidente José Mª Aznar se ha mantenido entre bambalinas; o mejor dicho lo han mantenido, ha hecho su reaparición en el juego político español. Pero no lo ha hecho a cara descubierta, algo habitual en las personas que no tienen las suficientes agallas para dar la cara y asumir las consecuencias de sus actos
Esta reaparición de Aznar la hace a través de su más querido delfín, Pablo Casado, el mismo al que la última encuesta del C.I.S le coloca como el líder político peor valorado por los españoles. No queda ahí la cosa; el PP pasa a ser la tercera fuerza política del país, tras PSOE y Ciudadanos. Pero esto no parece importar a los dirigentes del PP (Partido Podrido, perdón Partido Popular), que no tienen otro argumento para explicar este varapalo que decir que el director de C.I.S, José Félix Tezanos, es un judeo-masónico, pagado por el oro de Moscú; bueno, no lo han dicho pero seguro que lo han pensado.
Y es que cuando no se tienen argumentos los avezados portavoces del PP siempre recurren al insulto o la descalificación más barriobajera. Viene esto a cuenta de la última bilis salida de la boca de Pablo Casado acusando al presidente del Gobierno de ser un golpista. Está visto que las derechas más rancias suelen tener poca imaginación y se repiten como si se hubieran comido un kilo de rábanos. Porque lo de acusar a un rival político de golpista, ya lo hicieron en 1934 individuos del pelaje de Gil Robles o Alejandro Lerroux –este último podía perfectamente formar parte del PP, lo digo por la experiencia en corrupción que tenía- acusando a Manuel Azaña de ser uno de los líderes de la revolución de Asturias. Como se verá nada nuevo bajo el sol.
Una de las justificaciones de Casado es que Sánchez había llamado indecente a Rajoy y asesino a Aznar. Casado confunde lo que es un insulto con lo que es, simplemente, una adjetivización de una conducta. Porque si un señor preside un partido que ha sido condenado por corrupto es el máximo responsable de una indecencia. Y si un individuo es cómplice de dar una orden que tiene como consecuencia la muerte de miles de personas, recurriendo a una mentira, pues ya me dirán ustedes, amables lectores, que es.
El lenguaje que está empleando Casado está cada vez más cerca de la extrema derecha, como siempre lo ha estado Aznar, el mismo Aznar que en sus tiempos más mozos escribió varios artículos en contra de la Constitución. Que este binomio de “Duces trasnochados” sigan como líderes de la derecha del país a la larga será beneficioso para la izquierda; porque se lo están poniendo bastante fácil a los partidos progresistas. Así que si yo fuera Sánchez, Iglesias o Garzón, pondría una vela a algún santo milagrero para que siguieran durante mucho tiempo al frente del PP.