La política en cuanto a educación pública del PP de la CAM es al sentido común lo que Pepe Gotera y Otilio a la arquitectura. De nuevo, la vuelta al cole se convierte en una proeza digna de héroes de la mitología clásica, más que de madres, padres, jóvenes y niños/as
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Los jóvenes de algunos municipios, al comenzar el curso, se han topado con problemas como un nuevo bachillerato cerrado por una tontería, como un edificio sin paredes, otros tienen barracones “provisionales” por aulas, y algunos están dando clase en 3ºB, mientras en 3ºA están alicatando el suelo.
Estos problemillas han provocado en algunos casos el desplazamiento de los alumnos a otros centros públicos, dándose situaciones dantescas. Por ejemplo, la existencia de «colegios dentro de colegios» (como el caso del colegio Andrea Casamayor de Paracuellos de Jarama), o bien han sido acogidos dentro de centros privados/concertados (como en Paracuellos, Getafe, Arroyomolinos y el barrio de Las Tablas, y siempre por un módico precio costeado del erario público, claro, que el negocio, es el negocio).
Además, están los casos de los que serán enviados fuera a estudiar por un tiempo indeterminado. Paradigmático también el caso del cierre del I.E.S. “Perez Galdós” en el curso 2016-17 porque, según la CAM, este centro tenía una baja demanda de matriculación y había múltiples centros públicos alrededor con excedente de plazas.
El centro con excedente de plazas en cuestión (puesto que ahí los tenían que trasladar) era el I.E.S. “Malala Yousafzai”, ¡¡un centro inexistente en el momento de cierre del “Perez Galdós”!! Además, este I.E.S. del barrio de Las Tablas es uno de los que aún no ha llegado a construirse. A esto se puede añadir la falta de, aproximadamente, 2.000 profesores al comienzo del curso.
A pesar de esta planificación caricaturesca, y la irresponsabilidad mayúscula demostrada por el PP, desde la Comunidad de Madrid sacan pecho de su gestión de los centros educativos, mientras de forma invariable se beneficia, por un lado, a la enseñanza privada/concertada y a la par se gestiona la enseñanza pública de la forma más parecida a un sabotaje que se me ocurre.
Mas allá del “virtuosismo” de las pinceladas expuestas, se puede observar que un 44% del incremento en el gasto total de la CAM en educación -del año pasado a este- vaya a financiar los distintos conciertos en educación (de hecho, la inversión en estos conciertos con el sector privado crece de curso en curso de forma invariable). Mientras que el censo de jóvenes crece año a año, el gasto de la Comunidad de Madrid en construir nuevos centros públicos o reparar los viejos se ha reducido sustancialmente en los últimos años.
Durante años se ha estado poco menos que regalando el terreno de la Comunidad de Madrid a entes afines al Opus Dei, al Grupo Cantoblanco o a familiares de Cospedal y José Luis Moreno para construir centros de enseñanza privados (según informe de CCOO Madrid). El resultado de esta política de ayudas a los negocios de la enseñanza concertada es que España se sitúa entre los países de la UE con menos escuela pública y máss concertada.
Lo que demuestra este retorcido ejercicio con las prioridades en gasto presupuestario del PP de la Comunidad de Madrid es que no existe torpeza o ineptitud, hay una intencionalidad clara en su política: un abandono de la educación pública, potenciación de la privada/concertada (actualmente casi 1.000 millones se destinan a conciertos) y manteniendo una fidelidad económica con los colectivos de ideologías afines, como por ejemplo la Iglesia Católica, la cual se financia desde la partida de los presupuestos destinada para educación en casi 42 millones de euros (36 de ellos para profesores de religión).
La mala planificación e ignorar las peticiones del personal docente y las AMPAS es ya una norma, pero nosotros no debemos permitir la normalización de este sabotaje a la educación pública, porque no es normal que todo el afán político de esta panda sea una transferencia continua del dinero y recursos públicos a los bolsillos de los amiguetes, dejando en segundo plano la calidad de estos servicios (no nos engañemos: la prioridad número uno de una empresa privada es el beneficio económico, no la educación de nuestra juventud).
Comienzo del curso 2017-2018 en la Comunidad de Madrid: centros públicos sin paredes, aulas en barracones, convivencia de alumnos con obras.
En 2016 la CAM cerró el I.E.S. “Perez Galdós” para reubicar a los alumnos en un centro inexistente, y que a fecha de hoy sigue sin construir.
El gasto de la Comunidad de Madrid en construir nuevos centros públicos se ha reducido sustancialmente en los últimos años.
Actualmente casi 1000 millones se destinan a educación concertada, ha ido creciendo invariablemente año a año.