El debate sobre la renta básica y los discursos que se apoyan en ella para vender sus teorías sobre trabajo garantizado o salarios para pobres, ambos estigmatizantes e insuficientes además de enrevesados, proliferan como las coles en Bruselas de unos meses a esta parte…
Si hablamos de la Renta Básica en términos de mercado laboral, véanse subsidios de desempleo, rentas mínimas de inserción, rentas mínimas garantizadas, etc. Nos encontramos, en todos los casos y en casi todas las provincias de la pandereta ibérica, con un retraso de hasta 18 meses en su percepción o un recorte en el número de personas perceptoras, una cuantía irrisoria para la vida, una “burorralentización” insólita provocada por los poderes públicos y un silencio administrativo que a cualquiera le hace perder la paciencia y cesar en el empeño de solicitarla.
ACLAREMOS QUE NINGUNA DE ELLAS ES UNA RENTA BÁSICA INCONDICIONAL SINO UNA RENTA MÍNIMA, ÍNFIMA… UN SALARIO PARA POBRES.
El texto de la ILP por la Renta Básica Estatal finalizada el pasado marzo de 2015 y cuantificada en el umbral de pobreza, no la aberración de propuesta de ley que han planteado los sindicatos mayoritarios CCOO y UGT en los últimos meses, visibilizaba bastante bien los pasos que debiera seguir el Congreso para implementar una renta básica como herramienta de erradicación de la pobreza a corto plazo y de transformación social progresiva a medio plazo, en el contexto de los derechos fundamentales y mientras siga siendo éste el sistema socioeconómico, como un instrumento garante de la protección efectiva de los derechos y libertades contenidos en la DUDH.
Individual, Incondicional, Universal y Suficiente…
En estos aspectos, la percepción de la renta básica está bastante confuso para algunas y se sostienen diversos puntos de vista, tanto en la forma de implementarla como en la incondicionalidad, la universalidad y la noción de “tiempo de calidad”.
La universalidad de la renta básica no está reñida con el trabajo como algunos sostienen sino al contrario, lo que ocurre es que las personas serían menos “empleables” para los trabajos precarios y denigrantes, se valorarían más con toda seguridad. La renta básica dignifica el trabajo entendiéndolo, no como sinónimo de empleo, sino de ESFUERZO.
Cualquier esfuerzo que beneficie al conjunto de la especie humana es bueno para el progreso y debería ser valorado, reconocido y recompensado como merece. La renta básica incentiva la gestión del consumo de manera responsable y sostenible.
Podríamos decir que la primera fase de la renta básica tal como proponía la ILP o la nueva corriente de Marea Básica nacida el pasado 22 de Marzo en Madrid, es el nexo de unión entre todas las posturas de izquierdas (las más conservadoras, las progresistas y las libertarias, por decirlo de algún modo) NINGUNA PERSONA SIN PRESTACIÓN BAJO EL UMBRAL DE POBREZA.
Sin embargo, es importante entender que NO SOMOS POLICÍAS SOCIALES y, si no damos a cualquiera el derecho a la existencia material garantizada, hablar de igualdad es pura demagogia. Por eso, merece la pena intentarlo.
Podría convertirse en la herramienta o en la mejor arma para protegerse del sistema antipersona de los mercados financieros y paliar sus efectos por derecho, sin exclusividad ni exclusión, sin condición, para todas y desde YA
NO SE TRATA DE UNA SIMPLE PAGUITA POR NO HACER NADA, SE TRATA DE TENER EL LEGÍTIMO DERECHO A SER PERSONAS Y PODER DECIDIR EN QUÉ EMPLEAR NUESTRO TIEMPO…
VA A SUBIR LA MAREA, Y YA HUELE A SALITRE!!
SOLIDARIAS 2015. Programa sociocultural