Queridos lectores:
Intentad hacer un ejercicio en un rato de relax para empezar bien con el uso y disfrute de este nuevo ejemplar de Asambleas. Mirad al cielo durante un rato en este día soleado (anda que como esté lloviendo como hace unas semanas), contad cuántos aviones podéis contar (como cuando éramos niños), e intentad haceros una idea de cuantos vuelos pasan por territorio estadounidense al día. Después (sin importar la compañía a la que pertenezca cada uno de estos aviones), imaginad todos los aeropuertos por los que toma tierra cada uno de ellos (en cada caso individual, mínimo dos, si es un vuelo sin escalas). En los EEUU hay aproximadamente 17.300 aeropuertos públicos, en Alemania más de 700, en Canadá 1.867…
Pensad ahora en cuánto se habrá incrementado el gasto en seguridad privada en cada uno de esos aeropuertos donde toman tierra todos esos aviones que sobrevuelan EEUU (a raíz de lo acaecido el 11S estos aeropuertos deben certificar un plus en seguridad para que duerman tranquilos), y cuánto se ha gastado de más en los últimos 15 años. Aún sin los datos exactos, seguro que podéis imaginar las cifras
Y ahora no vais a decirme que no os morís de ganas por saber cuánto habrán proliferado y ganado estas empresas a lo largo y ancho del mundo durante estos años, si tendrán empresas matrices y los nombres de los directivos y principales accionistas de las mismas.
Pues:
-Primero: si un psiquiatra se entera de que os ponéis a hacer estos ejercicios porque os lo propone una revista, seguro que os medica.
-Segundo: sois gente muy mal pensada.
Solo faltaría que se os pase por la cabeza que, haciendo cuentas, una manada de asesinos indeseables reduciendo a escombros un país y asesinando a su gente es muy bueno para el negocio. Lo mismo os planteáis que, si esto es así de rentable en un sector marginal (como la seguridad privada en los aeropuertos), ¡cómo no será en sectores como el petróleo o la industria de las armas!
Si habéis llegado a conclusiones parecidas a estas (o incluso peores), sabed que sois gente peligrosa, porque lo siguiente será poner en duda todos esos «esfuerzos» que hacen los de los pactos para luchar contra el terrorismo por lo difícil que es terminar con el mismo.
Quizá acabéis preguntándoos a quien tendrían que pedir permiso para luchar contra el terrorismo para no joderles el negocio, si estos les darían permiso y, en caso negativo, para qué están diseñados todos esos recortes de derechos que aceptamos a cambio de seguridad.
Sois gente peligrosa, sí.