El 16 de octubre de 2008, el juez Baltasar Garzón abrió un auto para investigar los crímenes de lesa humanidad perpetrados durante el franquismo. Todos sabemos que la apertura de esta causa fue la que provocó la salida del juez Garzón de la carrera judicial, y no, como han querido «vender» desde las instancias judiciales y desde determinados partidos políticos, el haber cometido irregularidades cuando investigaba el caso Gurtel.
En esta causa se imputaba a 35 personas que ocuparon altos cargos durante el franquismo. De muchos de ellos nos hemos ocupado en capítulos anteriores, ahora veremos breves reseñas de aquellos de los que no hemos una entrada anteriormente.
AUNÓS PÉREZ, Eduardo. Aunós llevaba ya una larga carrera política antes de proclamarse la República; diputado en 1918 y 1921, y ministro de Industria y Comercio durante la dictadura de Primo de Rivera.

Gran admirador del régimen fascista italiano, cuando se proclamó la República se exilió en París, temiendo ser detenido por su implicación con la dictadura de Primo de Rivera. Aunós era militante del partido de José Calvo Sotelo, Renovación Española, y colaborador de la revista Acción Española. En 1937 ingresa en Falange.
Como abogado que era, Aunós formó parte del grupo de 22 juristas que elaboraron el informe que declaraba ilegítima a la República. Entre 1946 y 1948 fue ministro de Justicia.
CORTÉS LÓPEZ, José. Abogado. En 1933 fue nombrado magistrado de la Audiencia, siendo el juez instructor especial que investigó los sucesos acaecidos en Casas Viejas.
Durante la guerra fue presidente de la Comisión de Justicia de la Junta Técnica del Estado, entre el 2 de octubre de 1936 y el 30 de enero de 1938, y por tanto directamente relacionado con la organización de la represión. Entre 1947 y 1958 fue magistrado del Tribunal Supremo.

FERNÁNDEZ-CUESTA, Raimundo. Amigo íntimo de José Antonio Primo de Rivera, desde el mismo momento de la fundación de Falange fue miembro destacado de la formación fascista. Fernández-Cuesta era lo que se conoce como un «camisa vieja» y uno de los personajes más fieles a Franco que se conozcan.
Tras la unión de Falange con las JONS en 1934, paso a ser su secretario general. Nombrado en 1938 ministro de agricultura en el primer gobierno de Franco. Un año después Franco le envió a Roma a entrevistarse con Mussolini, aprovechando su admiración por el fascismo.

A partir de 1945 es presidente del Consejo de Estado, siendo nombrado en julio de ese mismo año, ministro de Justicia.
Procurador en Cortés hasta 1977, votó en contra de la Ley de Reforma Política presentada por Adolfo Suárez.
FRANCO BAHAMONDE, Nicolás. Curioso personaje el hermano del dictador. Según parece era igual de aficionado a la «fiesta» que su padre. Oficial de la Marina, durante la República ejerció de secretario del Partido Agrario. En 1935, durante el gobierno de PRR y la CEDA, presidido por Joaquín Chapaprieta, fue nombrado director general de la Marina Mercante Española.

Muy implicado en la sublevación, una vez iniciada la guerra fue un hombre de confianza de su hermano Francisco, participando activamente en la elección de éste como Jefe de Estado. En 1937 actúa como embajador en Italia, y desde 1939 hasta 1957 como embajador en Portugal. En el país vecino colaboró para la detención de los republicanos que habían llegado al país luso huyendo de la represión franquista.
Procurador en Cortes hasta su muerte en abril de 1977. Tras la guerra, Nicolás Franco, se dedicó a los negocios, algunos no muy claros, que propiciaron que amasara una verdadera fortuna.
GALARZA MORANTE, Valentín. Coronel del Ejército. Desde el mismo momento de la proclamación de la República estuvo conspirando contra ella. Manuel Azaña decía de él: Galarza es inteligente, capaz y servicial, escurridizo, obediente […] y de los más peligrosos.

Estuvo implicado en la Sanjurjada. Fundador de la UME (Unión Militar Española) que integraban los sectores más conservadores del Ejército. Personaje clave en la organización del golpe, era conocido como «El Técnico» fue detenido el 18 de julio de 1936, manteniéndose en prisión hasta el 9 de febrero de 1939, fecha en la que fue liberado por las tropas franquistas.
En septiembre de 1943 es nombrado subsecretario de la Presidencia del Gobierno y Jefe de las milicias de FET y de las JONS. El 5 de mayo de 1941 nombrado ministro de la Gobernación.
Entre 1940 y 1943, Galarza estuvo recibiendo sobornos por parte de los Aliados para que disuadiera a Franco de aliarse con el EJE en la II Guerra Mundial.
GIL YUSTE, Germán. Coronel del Ejército al estallar la guerra –luego ascendido a general-, había ocupado cargos durante la dictadura de Primo de Rivera. Fue de los militares que se acogió a la Ley Azaña para abandonar el Ejército.

Vocal de la Junta de Defensa Nacional. El 2 de julio de 1936 es nombrado gobernador civil de Álava, y, por lo tanto, con una alta responsabilidad en la represión. Posteriormente sustituyó al general Cabanellas como jefe de la V División Orgánica.
Germán Gil fue el que ordenó poner en la entrada de los cuarteles el cartel de «Todo por la Patria».
GÓMEZ-JORDANA Y SOUZA, Francisco (conde de Jordana). De Jordana decía Serrano Suñer que era un hombre de otro tiempo. General del Ejército y diplomático, Gómez-Jordana no se sumó al golpe en el primer momento, pero una vez producido este se unió a los sublevados. Con Primo de Rivera había sido vocal del Directorio Militar (1923-1935). Se acogió a la Ley Azaña. Miembro de la UME.

En 1938, en el primer gobierno franquista, fue nombrado vicepresidente y ministro de Asuntos Exteriores. Asimismo, ocupó los cargos de presidente de la Junta Técnica del Estado, y presidente del Alto Tribunal de Justicia. Cesado de su cargo en el ministerio de Asuntos Exteriores al finalizar la guerra, fue nuevamente nombrado para el mismo cargo en 1942.
A pesar de ser un declarado aliadófilo, en 1943 firmó un acuerdo secreto con el embajador alemán Hans Adolf Moltke, por el que España se comprometía a declarar la guerra a los Aliados si estos atacaban territorio español; por su parte Alemania se comprometía a suministrar material bélico a España.

GONZÁLEZ GALARZA, Eduardo. Ayudante de Alfonso XIII, González Galarza era un avezado aviador, que llegaría a ascender hasta el grado de general de brigada. Durante la guerra pilotó bombardeos. Tras el fin de la contienda fue nombrado jefe del estado Mayor, y de 1945 a 1957 ministro del Aire.
MONTANER CANET, Federico. Coronel y cartógrafo, fue uno de los que encabezó el golpe de Estado en Navarra.
Miembro de la Junta Nacional de Defensa (24 de julio de 1936- 1 de octubre de 1936); tras ser disuelta esta por Franco, fue nombrado segundo jefe de la Secretaría de Guerra, y gobernador militar de San Sebastián, lugar en el que falleció el 5 de enero de 1938.

MORENO CALDERÓN, Fernando. Comandante del Ejército. Fue otro de los muchos africanistas que se unió a la sublevación. Como coronel del Estado Mayor fue el que pidió al general Batet que se pusiera al frente de sus tropas para apoyar la sublevación el 18 de julio; al negarse Batet, fue detenido y posteriormente ejecutado.
Miembro de la Junta de Defensa Nacional; Moreno era el segundo del general Mola, actuando como coronel jefe del Estado Mayor del Ejército del Norte. Posteriormente sería nombrado gobernador militar de Barcelona (1942-1944), y de Madrid (1944-1947).

MORENO FERNÁNDEZ, Francisco. Vocal de la Junta Nacional de Defensa. Llegó a ser almirante de la Flota franquista y jefe de las Fuerzas de Tierra, Mar y Aire del bloqueo del Mediterráneo.
El 18 de julio fue quién tomó el Arsenal de El Ferrol, deteniendo al contraalmirante Antonio Azarola, que sería fusilado dos semanas después.
Era bisabuelo del cantante Pablo Alborán
MUÑOZ GRANDES, Agustín. General del Ejército, era uno de los más fervientes admiradores de los nazis que existían en las filas franquistas.
Durante la II República, Manuel Azaña le nombró como primer jefe de la Guardia de Asalto, el 23 de septiembre de 1933; de hecho, él fue el fundador de este cuerpo policial.
Al estallar la guerra fue detenido y condenado a nueve años de cárcel; gracias a la intervención de los generales Rojo y Miaja le fue rebajada la pena a dos años y medio. El 21 de marzo de 1937 logró pasarse al bando sublevado.

Durante la guerra dirigió la ofensiva contra Cataluña, siendo nombrado el 9 de agosto de 1939 secretario general de FET y de las JONS, en sustitución de Raimundo Fernández-Cuesta.
Muños Grandes fue nombrado 1941 jefe de las tropas españolas que combatieron junto a los nazis en la II Guerra Mundial, estas tropas fueron conocidas como la División Azul.
Jefe de la Casa Militar de Franco desde 1943, en 1962 es nombrado ministro del Ejército y vicepresidente del Gobierno, cargos que ocupó hasta su muerte en 1970.

PONTE Y MANSO DE ZÚÑIGA, Luis Miguel. Teniente general del Ejército, fue uno de los militares que se acogió a la Ley Azaña. Antes de 1936 ya había conspirado contra la República, habiendo participado en la Sanjurjada.
El 18 de julio, junto al general Saliquet se hizo con el mando de la VII División organiza. Vocal de la Junta de Defensa Nacional y presidente del Consejo Supremo de Justicia Militar, órgano directamente implicado en la feroz represión que se llevó a cabo.

REGALADO RODRÍGUEZ, Francisco. Almirante, actuó como jefe de la Flota franquista; y por tanto responsable de todos los bombardeos marítimos que se llevaron a cabo contra poblaciones, y objetivos no militares. En 1945 es nombrado ministro de Marina, cargo que ostentó hasta 1951.

SERRAT I BONASTRE, Francisco. Diplomático que ya ocupó cargos durante el reinado de Alfonso XIII, la dictadura de Primo de Rivera, y la II República, que le nombró el 31 de julio de 1931 embajador en La Habana, y posteriormente en Washington.
Miembro de la Junta Técnica del Estado, motivo por el que fue encausado por el juez Baltasar Garzón.
VIGÓN SUERO, Juan. General del Ejército. Miembro de la UME, fue de los militares que se acogió a la Ley Azaña. Junto al general Mola y el coronel Galarza fue uno de los que diseñaron el golpe de Estado.

Jefe del Estado Mayor de las Brigadas de Navarra, uno de los cuerpos que mayor violencia empleó en la represión en el norte de España. Vigón tenía mucho ascendente con Franco, que le nombró ministro del Aire.
Vigón fue el que firmó los acuerdos militares con Eisenhower en 1953.
CONCLUSIONES
Aunque el propósito de este trabajo era poner nombre y cara a aquellos que, en sus distintas formas, ejecutaron la represión ejercida por los que se levantaron en contra del régimen legalmente constituido; creo que también ha servido para demostrar que la represión llevada a cabo por los sublevados no tenía nada que ver con la se llevó a cabo por el gobierno republicano.
La primera meta de la represión, como ya quedaba reflejado en las instrucciones reservadas emitidas por el general Mola antes del inicio de la contienda, era sembrar el terror entre todos aquellos que no estaban a favor de su causa.
En contra de la represión ejercida por los republicanos, la llevada a cabo por los sublevados –o franquistas, como ustedes quieran denominarlos-, fue programada minuciosamente desde las más altas instancias. Los herederos del franquismo y los historietadores, publicistas, políticos y tertulianos que cuando se les habla de la represión franquista, tardan poco en nombrar las «famosas» checas republicanas; olvidan que los sublevados crearon una enorme checa que abarcaba todo el territorio que ellos iban controlando. Y que esta gigantesca checa continuó tras la finalización de la guerra civil.
Creo que también se ha contrastado que la represión fue organizada por los mandos militares, empleando como brazos ejecutores a los propios soldados, guardias civiles, falangistas, requetés, civiles, religiosos; pero, insisto, los que la planificaron y daban las órdenes de exterminio eran los mandos militares, con Francisco Franco a la cabeza.
Las más de 150.000 personas asesinadas por el franquismo, a los que habría que sumar a aquellos que sufrieron prisión, torturas, vejaciones, y expolio económico, demuestran cual era el objetivo de los que un aciago día de julio de 1936 decidieron que España era suya y que había que exterminar a todos aquellos que no aceptaran esta idea.
Los 162 personajes de los que hay referencias directas, participaron activamente, de una manera u otra, en la represión; pero fueron muchos más los que colaboraron en el genocidio que llenó de sangre los campos y ciudades de España.
