Evidentemente en Madrid no hubo represión franquista durante la guerra civil, ya que con su caída finalizó la contienda. Pero sí la hubo, y durísima, posteriormente. La resistencia que ofrecieron los madrileños al avance de las tropas sublevadas lo pagaron caro. El nuevo régimen estaba dispuesto a acabar con todas las personas que no se doblegaran ante las disposiciones totalitarias de los vencedores.
ALARCÓN DE LASTRA, Luis. Otro africanista que abandonó el Ejército tras la reforma de Azaña. Antes de la guerra había sido diputado de la CEDA por Sevilla, su ciudad natal. Tras tomar el Cerro Garabitas fue ascendido a teniente general.

Fue el primer gobernador civil de Madrid, tras la guerra y, por tanto, uno de los responsables máximos de la represión que se llevó a cabo en la capital de España nada más finalizar la contienda.
Creador del INI (Instituto Nacional de Industria), y uno de los principales diseñadores de la política económica autárquica, que tanta miseria provocó. En 2012 el Ayuntamiento de Sevilla cambió la denominación de la avenida que llevaba su nombre por la de Parque Amate.
CONESA ESCUDERO, Roberto. Conocido por el apodo de «El Orejas», es conocido por su actuación como miembro de la Brigada Político Social, que tanto terror sembró durante todo el franquismo. Pero las andanzas de Conesa vienen de lejos.

Al estallar la guerra trabajaba en una tienda de ultramarinos, afiliándose inmediatamente a las JSU. Esta afiliación le permitió conocer a muchos de los integrantes de las Juventudes Socialistas Unificadas y a políticos de otros partidos, gozando de la confianza de los mismos. Al terminar la contienda se presentó ante las autoridades franquistas con una lista de «rojos» a los que había que eliminar. Esta delación propició que ingresara en la Brigada Político Social actuando como infiltrado en las JSU. Decenas de jóvenes de las JSU –entre ellos las 13 Rosas-, fueron detenidos gracias a las informaciones que Conesa pasaba a las autoridades franquistas.
La infamia de Conesa no tenía límites. Cuando trabajaba en la tienda de ultramarinos, Conesa pretendió a la hija de los propietarios de la misma; siendo rechazado. Este rechazo no gustó al torturador, por que denunció al hombre con el que se había casado su antigua pretendida, tras ser detenido, el esposo fue fusilado. Después de esta acción volvió a requerir a la ya viuda, amenazándola con que si no aceptaba denunciaría a sus padres; por lo que la mujer no tuvo otra alternativa que acceder.
Conesa participó directamente en las torturas infringidas a numerosos detenidos, entre ellos en las que sufrió el dirigente comunista Heriberto Quiñones, que sufrió tal castigo que lo tuvieron que fusilar atado a una silla porque no se tenía en pie.
A principios de los años 50, Franco le envió a la República Dominicana para adiestrar a las escuadras de la muerte del dictador Leónidas Trujillo.

Martín Villa le nombró jefe de la Brigada central de Información –la conocida como policía político-social, cargo que ocupó entre 1975 y 1979. Se le relaciona con la tortura de decenas de detenidos, entre ellos los últimos asesinados por el franquismo el 27 de septiembre de 1975. Su mano derecha era Antonio González Pacheco «Billy el Niño»
Asimismo, se le relaciona con el caso Scala y con la orden de asesinato del independentista canario Antonio Cubillo; del atentado que se perpetró contra el líder canario, éste salió mal herido.
ESPINOSA DE LOS MONTEROS, Eugenio[1]. General de Brigada, y oficial del Estado Mayor. En febrero de 1939 es nombrado comandante jefe del I Cuerpo de Ejército. Las tropas a su mando fueron las primeras en entrar en Madrid. Embajador en Alemania entre 1940 y 1941. Del 11 de octubre de 1945 al 29 de octubre de 1946, miembro del Consejo Superior de Justicia Militar.

Fue el primer gobernador militar de Madrid tras la guerra. De abril a agosto de 1939 los fusilamientos en Madrid, sobre los que tenía responsabilidad directa Espinosa de los Monteros, eran continuos, en torno a 281 personas fueron fusiladas. En las tapias del cementerio del Este, habría que añadir los asesinados por garrote vil, los muertos en las comisarías por torturas –sobre todo en la DGS-, los muertos en las cárceles, los paseados, etc.
Simpatizante de los nazis acudió junto a la delegación que viajó el congreso del Partido Nazi en 1938.

FINAT Y ESCRIVÁ DE ROMANÍ, José (conde de Mayalde)[2]. Falangista de primera línea, actuaba como el enlace entre José Antonio Primo de Rivera y el general Mola.

Durante la República había sido elegido diputado por la CEDA en 1933 y en 1936. Del 25 de agosto de 1939 hasta el 14 de diciembre de 1940 actuó como gobernador civil de Madrid. Cuando fue nombrado director general de Seguridad, en 1943, estaba al frente del Servicio de Información e Investigación de Falange, disponía en sus archivos de 5.092.748 fichas y 2.962.853 expedientes.
Fue durante su mandato al frente de DGS cuando ejerció con más esmero su talante más represor, según Antonio Maestre obtuvo el cargo gracias a su conexión con la Gestapo[3], con el fin de introducir las técnicas de interrogatorio en la Brigada Político Social, del nazi Paul Winzer.

Debido a esta colaboración con los nazis dio órdenes de entregarles a los judíos que se encontraban en España. El 13 de mayo de 1941 ordenó a todos los gobernadores civiles que elaboraran una lista de los israelitas que vivían en España: La necesidad de conocer de modo concreto y terminante los lugares y las personas que, en un momento dado, pudieran ser obstáculo o medio de actuación contrario a los postulados que informan el Nuevo Estado, requiere se preste atención especial a los judíos residentes en nuestra patria, recogiendo, en debida forma, cuantos detalles y antecedentes permitan determinar la ideología de cada uno de ellos y sus posibilidades de acción, dentro y fuera del territorio nacional. […] las personas objeto de la medida que le encomiendo han de ser, principalmente, aquellas de origen español, designados con el nombre de sefardíes, puesto que por su adaptación al ambiente y su similitud con nuestro temperamento poseen mayores garantías de ocultar su origen y hasta pasar desapercibidos sin posibilidad alguna de cortar el alcanza de fáciles manejos perturbadores. En publicación del año 1933 se aseguraba un mínimo de población israelita en España de unos 5.000 individuos […][4]. Como se podrán imaginar la elaboración de esta lista no era para enviarles una tarjeta felicitándoles el cumpleaños. Fue Serrano Suñer quién encargó a Finat que elaborara este censo. La entrega de los judíos a los nazis sería una contraprestación de Franco a Hitler, si España entraba en la II Guerra Mundial.
La colaboración de Finat también propició la detención de republicanos españoles en la Francia ocupada. Los casos más significativos, fruto de esta colaboración, fueron las detenciones de Lluís Companys y Julián Zugazagoitia. Ambos fueron extraditados a España y posteriormente fusilados.

José Finat no solo era un hombre de despacho, también le gustaba ser ejecutor. Finat tenía a sus órdenes una escuadra de falangistas que tenían como objetivo salir a las calles de Madrid e ir propinando palizas indiscriminadas a todos aquellos que no les gustaban. Finat, junto Sancho Dávila y Fernández de Celis, fueron los que le propinaron una paliza que casi le lleva a la muerte, al cantaor Miguel Molina el 10 de noviembre de 1939, cuando éste salía de una actuación; mientras le pegaban le gritaban por rojo y por maricón.
La paliza recibida nunca se le olvidó A Miguel Molina: […] De pronto aparecieron en mi camerino tres tipos con gorros y trinchera y me ordenaron que les siguiera. No me pude resistir […] Me llevaron en su auto hasta los altos de la Castellana y allí me dieron una feroz paliza. Luego me cortaron el pelo a tirones, con una maquinilla desdentada, y me dieron a beber un frasco de aceite y vaselina líquida. Cuando yo, entre sollozos, sólo atinaba a preguntar ¿por qué me hacían eso?, uno respondía « ¡Por maricón y por rojo! ¡Vamos a terminar con todos los maricones y los comunistas! Y me dieron un culatazo en la cabeza que me dejaron desvanecido[5].
Nombrado alcalde de Madrid el 5 de junio de 1962 – era conocido como el alcalde represor- por su celo en las depuraciones mientras se mantuvo en el cargo hasta el 5 de febrero de 1965. Manuela Carmena, cuando estuvo al frente de la alcaldía madrileña, quitó su nombre de una calle, nombre que había puesto el alcalde del PP, José María Álvarez del Manzano.
De José Finat escribió el historiador Josep Fontana: […] era el conde de Mayalde un hombre con las manos manchadas de sangre[6].
SALIQUET ZUMETA, Andrés. General del Ejército, se había acogido a la ley de Azaña. Otro africanista más a añadir a la larga lista de veteranos de la guerra de Marruecos que se unieron a la sublevación. Ascendido a teniente general en 1937.

Saliquet fue el que proclamó el estado de Guerra en Valladolid. Durante la contienda estuvo al frente del Ejército del Centro. Fue miembro de la Junta Nacional de Defensa.
Nombrado capitán general de Madrid en mayo de 1940 fue el principal responsable de la represión ejercida en la capital de España, firmando cientos de condenas de muerte. Desde marzo de 1941 hasta su muerte el 23 de junio de 1959, fue presidente del Tribunal Especial para la represión de la Masonería y el Comunismo[7], cargo que compaginó con el de presidente del Consejo Supremo de Justicia Militar entre 1945 y 1946.
Bibliografía reseñada en el capítulo
MAESTRE, Antonio (2020): Infames. El retroceso de España, Barcelona
[1] Hermano del bisabuelo del diputado de Vox Iván Espinosa de los Monteros.
[2] José Finat era muy amigo de Víctor Manuel Ortega Pérez, abuelo del diputado de Vox Javier Ortega Smith. Su nieto, José María Finat Riva es íntimo amigo de Santiago Abascal.
[3] Había sido embajador en Alemania del 17 de julio de 1941 al 22 de octubre de 1942.
[4] Tomado de Maestre: 26-28.
[5] Tomado de Maestre: 29.
[6] En Por favor. Una historia de la Transición, Barcelona, 2000, p. 181.
[7] Algunos piensan que era el heredero de los tribunales de la Inquisición. El historiador Paul Preston lo califica de infame tribunal.