Tras el desastre para la izquierda en las recientes autonómicas se abre un abanico de estrategias políticas para concurrir, con alguna posibilidad de triunfo en las próximas elecciones generales convocadas para el 23 de julio próximo.
Sánchez, ante la sorpresa de muchos, ha adelantado las elecciones al mes de julio. No es tan descabellada su estrategia. Por un lado calla a los que dentro de su propio partido le han achacado ser el culpable de la derrota en las elecciones autonómicas y municipales. De otro lado obliga al PP –aunque el PP no creo que caiga en la trampa, en las comunidades en las que pueda retrasar la investidura- a desenmascararse al tener que pactar con Vox. Y finalmente hace que el tiempo para que la izquierda llegue a acuerdos se reduzca enormemente. Esto último tiene dos razones de ser: primero, si no llegan a un acuerdo, hacer que vayan al PSOE votos que hubieran ido a parar a una coalición de izquierdas, segunda, apremiarles para llegar a un acuerdo y evitar que muchos de esos votos vayan a la abstención.
El dilema está en que harán los partidos a la izquierda del PSOE. Podemos ha fracasado estrepitosamente, mientras, que en menor medida, también lo han hecho los partidos que han decidido integrarse en Sumar. Podemos no puede continuar manteniendo una postura de fuerza y pretender llevar a cabo unas negociaciones solamente en paridad con Yolanda Díaz, obviando al resto de grupos que integran la nueva coalición. Deben de tener en cuenta los líderes de Podemos que IU está en Sumar, y que en algunas localidades donde las candidaturas de IU y Podemos han ido separadas, la primera ha sacado más votos que la formación morada.
Posiblemente sería un buen gesto por parte de Podemos que ni Ione Belarra, ni Pablo Echenique fueran las personas que le representaran en las negociaciones, ya que la responsabilidad del fracaso deben de asumirla los líderes, y por tanto deben dejar paso a otras personas con la mente más dispuesta y que lleven encima una “mochila” de tan triste carga.
Para finalizar aviso a aquellos que van de “puristas”, o se vota a la candidatura de izquierdas –excluyo al PSOE evidentemente- con más posibilidades o nos veremos condenados a ser gobernados por los herederos del franquismo. Es hora de dejar de pensar con las vísceras y pensar con la cabeza; porque eso estimados lectores es la política.
