Los kurdos, junto con los palestinos, son de esos pueblos de Oriente Medio que la historia ha maltratado como a pocos, y que han sufrido los kurdos de Siria, Irán, Irak y Turquía.
El Kurdistán pudo haber sido un estado soberano hacia el año 1920, cuando el colapso del Imperio Otomano en la I Guerra Mundial fue aprovechado por este pueblo indoeuropeo milenario. Los aliados (Francia y Reino Unido) les prometieron un estado en el Tratado de Sèvres, un gran éxito a pesar de que dejaba a más de la mitad de la población, y las mejores tierras, fuera de sus fronteras. Este tratado nunca se llegó a aplicar ante la pasividad de las potencias europeas y el posterior Tratado de Lausana (1923), que devolvía a Turquía y a los nuevos estados creados de la zona todo su territorio. La primera traición fue dejarles totalmente abandonados a su suerte después de prometerles un territorio.
Desde la II Guerra Mundial su pueblo quedó disperso entre los diferentes estados, alternándose fases de autonomía con otras de represión atroz, sobre todo por parte de Turquía, quien ni siquiera les consideraba una entidad cultural diferente. Esto se tradujo incluso en la prohibición de su lengua y cultura para intentar disolverlos como pueblo. Consecuencia de ello fue la aparición en los años ochenta del PKK (Partido de los Trabajadores Kurdos) que continúa la lucha y es la excusa perfecta para la represión por ser considerados terroristas incluso por la Unión Europea y EE.UU, a pesar de que nunca han atentado fuera de sus fronteras ni contra intereses occidentales.
En el resto de los estados, a pesar de poder mantener cierta autonomía y libertad cultural, también fueron fuertemente reprimidos, como en los famosos gaseamientos de población civil kurda por Saddam Hussein en Irak. Fueron asesinados con armas vendidas por europeos y norteamericanos, cuando el dictador iraquí convenía a occidente por su rivalidad con Irán. Al saber los occidentales que se utilizaron las armas vendidas por ellos no hicieron otra cosa que intentar esconder el genocidio en una nueva traición.
Pero sí entraremos en una característica propia de los kurdos, son los más tolerantes y políticamente comprometidos de todo la zona en conflicto, una isla de libertades, feminismo y justicia social asombrosa
Hace unos años, cuando ISIS llegó casi a controlar media Siria, todos los intentos por frenarles fracasaron hasta que una alianza de fuerzas occidentales con los kurdos sirios logró derrotarlos.
Y de nuevo, por interés, son abandonados. Cuando ya no son necesarios se les vuelve a dejar a su suerte.Y en frente a unos turcos obsesionados por aniquilar a los kurdos como pueblo, amenazando soezmente a Europa con una avalancha de refugiados si no le dejan manos libres.
No entraremos en detalle del puzzle de facciones en la Guerra de Siria, donde los intereses de las potencias locales (Turquía, Irán y Arabia Saudí) y mundiales (Rusia y EE.UU) pugnan por el control de una zona sumamente estratégica, además de un crisol de religiones y etnias.
Pero sí entraremos en una característica propia de los kurdos, son los más tolerantes y políticamente comprometidos de todo la zona en conflicto, una isla de libertades, feminismo y justicia social asombrosa. Aunque hay mayoría de musulmanes suníes, hay también, chiíes, cristianos y yazidíes, además de convivir durante siglos sin problema con las otras etnias de la zona (árabes, armenios, asirios, etc.).
A pesar de tener una lengua y costumbres casi iguales, al vivir tan separados por fronteras y territorios discontinuos, cada región kurda tiene unas características propias. Sin embargo han tenido en los últimos años unas características políticas comunes, como el anarco ecologismo, feminismo, la autogestión municipalista libertaria o la confederación democrática desde abajo.
En la zona kurda de Turquía el PKK empezó como el tradicional grupo guerrillero marxista, derivando recientemente hasta estas posiciones de confederalidad con el resto territorios kurdos de una forma pacífica y democrática. Sin embargo, para los turcos seguirán siendo un problema de estado y no permitirán ninguna autonomía. Es precisamente acabar definitivamente con el PKK y su apoyo por parte de los kurdos sirios la causa de esta intervención militar.
Más peculiar ha sido la evolución de los kurdos sirios. Como dije no solo fueron vitales en la expulsión del ISIS, sufriendo grandísimas bajas entre sus filas y una durísima represión, sino que además fueron formando una serie de comunidades autogestionadas en donde, por ejemplo, la mujer tiene una participación muy activa. Destacaron en la guerra las mujeres soldados del ejército del YPG (Unidades de Protección de las milicias kurdas) y su sección femenina del YPJ (Unidad femenina de protección), que luchó en primera línea de frente y eran las más odiadas por los milicianos integristas del ISIS. Sin duda, el empoderamiento de mujeres luchando por su libertad con armas era algo inaudito en esa parte del mundo, y lo pagaban con sus cabezas cuando eran capturadas.
Es quizás el único lugar de Oriente Medio en el que se puede decir que hay algo parecido a libertades y democracia. Una democracia adaptada a las costumbres pero laica. Quizás por eso todos quieren destruirlos de una manera u otra, por ello creo que se merecen nuestro respeto, admiración e indignación por volverlos a traicionar por enésima vez.
