Medina Azahara. La ciudad luminosa (IV) Edificios: El Salón Rico

Hay dos tipos bien diferenciados de edificaciones en Medina Azahara. Por un lado tenemos las viviendas de la población, y de otro los edificios que podríamos denominar como representantes del poder. Dentro de estos últimos hay a la vez dos grupos: aquellos que disponen de grandes patios interiores, con las habitaciones situadas alrededor de estos patios –edificación muy extendida en la toda la zona mediterránea-, y aquellas que tienen salones basilicales, que son las representantes del poder.

No todos los edificios que podemos contemplar en la actualidad son los originales, ya que algunos de ellos se construyeron sobre edificaciones anteriores, por ejemplo la Casa de Yaffar o la Casa de los Pilares.

Vista de Medina Azahara desde el Salón Rico

Salón Rico

Planta del Salón Rico

Su datación es posible gracias a las inscripciones, por ejemplo los ábacos y collarines de los capiteles que estaban junto al gran friso fundacional. Estos datos lo datan entre 942 y 945; aunque otros autores lo datan entre 953 y 957. Tiene una extensión de 38,60×28,13×12,51 m. Se encuentra situado frente al Jardín Alto. De planta basilical con un gran  pórtico, se conforma con tres naves paralelas en sentido norte-sur, separadas por arquerías, y dos cuerpos laterales. La fachada se sustenta sobre un pórtico de seis arcos que da al jardín. La cubierta es plana con tejado.

La supervisión de las obras de construcción del salón califal las llevó a cabo el visir de Abderramán III, Abdallah ibn Badr; en tanto que de la rica decoración interior se ocupó el eunuco Shunaif.

Amén de para la recepción de embajadores, el califa también lo utilizó para la celebración de las dos festividades más importantes del Islam: el id al-fitr (fiesta de ruptura del ayuno), y el id al-adha (fiesta de los sacrificios).

Vista del fondo del Salón Rico

Por este salón pasaron ilustres visitantes como la reina Toda de Navarra, tía carnal de Abderramán III; Sancho el Craso, rey de León; los embajadores del conde Borrell de Barcelona; o el embajador del emperador de Bizancio Juan I Tzimisces.

Vista panorámica del Salón Rico

Una prueba de la importancia que tenía la edificación es su rica decoración. Todas las paredes interiores están cubiertas de decoración, así como los arcos, las entreplantas, etc. Se cuentan 1700 motivos decorativos en los paneles, principalmente representaciones vegetales o geométricas.

Decoración paramento oriental

Detalle de la decoración

Dentro de la decoración son numerosas las representaciones del “árbol de la vida”. Señalar respecto a este elemento decorativo que, aunque las coronas de estos árboles pueden parecer reminiscencias de las palmeras sasánidas, tienen mayor semejanza con las representaciones abasís de Samarra (siglo IX).

Árbol de la vida

Al este del Salón Rico existe un baño que era de uso exclusivo del califa. El baño, como era construmbre, tomada de los romanos, consta de tres estancias: sala fría, sala templada y sala caliente, la única que disponía de una pila para el baño, y decorada con tableros[1] labrados.

Pila del baño del califa

Vista Salón Rico restaurado


[1] Plano resalatado, liso o con molduras, para decoración de algunas parte del edificio.

Yusuf al-Andalusí
Yusuf al-Andalusí
Bajo este seudónimo nuestro arabista e historiador José Luis Garrot nos introducirá en el maravilloso legado de Al-andalus

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