En estos días tan convulsos e inquietantes se está acentuando en exceso, a mi entender, la polémica sobre el envío directo de armas ofensivas a Ucrania. Lo que podría haber sido un simple debate de perspectivas sobre la inaceptable invasión rusa, se ha convertido casi en una especie de caza de brujas hacia los que exponen alguna reflexión diferente del mensaje único al respecto. De ciertos políticos, periodistas, tertulianos y demás fauna cavernícola se podía esperar, sin embargo, lo que más me ha chocado es que también se ha machacado desde muchos sectores de la izquierda, con más agresividad si cabe que los primeros.
Tengo que reconocer que es una situación especial, dramática, con una agresión clara y criminal y con muertos civiles a niveles inasumibles para cualquier sociedad civilizada (como en tantos otros conflictos no tan mediáticos). También que el pueblo ucraniano a decidido resistir hasta las últimas consecuencias, y es difícil negar la ayuda a quien la pide. Es decir, veo como aceptable estos argumentos aunque tenga muchas dudas. Y la verdad, no tengo ni idea qué es lo mejor pero por lo menos creo que se deben explorar todas las posibles consecuencias de nuestros actos.
Parece que ya solo nos regimos por impulsos emocionales, la razón ha dejado de ser un elemento básico para resolver problemas, algunos están cegados de histeria belicista, como en los tiempos de la I Guerra Mundial, donde todo el mundo desfilaba contento y orgullosos hacia un matadero que nadie imaginaba.
Parece que no importa lo que les va a pasar a los ucranianos porque ellos lo han decidido, y sabemos que va a pasar, les van a aplastar y destruir sus ciudades, para luego tener que hablar con Rusia igualmente. Pensamos que si resisten desgastarán tanto a Putin que hundirá su país y los suyos le echarán a patadas. Pero ¿y si eso no pasa?
Es curioso que solo se visibilice a ciertos políticos de izquierdas que expresan esta visión más contenida, cuando la mayoría de los militares retirados, e incluso un ex director del CNI, dicen lo mismo: lo único que hace armar a la población civil es que se la machaque para luego tener que negociar igualmente, y en peores condiciones.
Por no hablar de que desde Europa mandamos ingente material militar a la vez que financiamos a Putin su guerra comprándole gas, petróleo y materias primas (unos 600 Millones al día). Es decir, que estamos armando a los dos bandos ¿y esto cómo se come?
Destacar también que la OTAN, y empresas de armamento, deben estar con sueños húmedos, pues la mayoría de los países europeos van a aumentar sus presupuestos militares. Podríamos hablar de que quizás los intereses geoestratégicos y energéticos de USA no son los mismos que los nuestros ¿verdad?
Y son eso, dudas, reflexiones e intentar mantener la cabeza fría para tener la mejor y más clara visión de lo que nos pasa y rodea. Espero que por lo menos esto se respete, porque sino los europeos tenemos un grave problema con el futuro.
