LA SAREB O BANCO MALO. ¿Por qué rescatar a la Banca y no a los ciudadanos?

Mucha gente sabe que las viviendas de la Sociedad de gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria (SAREB) son el resultado de miles de desahucios.

La SAREB fue la gran saca donde depositar los activos tóxicos de los gigantes de las finanzas en España: préstamos concedidos por bancos quebrados a promotoras y constructoras arruinadas, hipotecas impagadas de pisos que de repente valían la mitad y otras situaciones derivadas de la burbuja inmobiliaria que salieron a la luz tras la crisis financiera del 2008. Hay que recordar que la financiación de la SAREB fue un 95% pública desde su creación.

El rescate bancario y la milonga de Luis de Guindos-PP de recuperar el dinero avalado a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) ya no cuela a estas alturas. 

He aquí una vez más la dinámica de un sistema  que se aprovecha de la caja del Estado (en teoría de todos los ciudadanos) con la puesta en marcha del FROB para limpiar de activos tóxicos a los gigantes bancarios, mientras éstos aumentaban sus beneficios año tras año en medio de la crisis que soportaban los ciudadanos de a pie. Entretanto, los grandes bancos se hacían con cientos de miles de inmuebles como consecuencia de los desahucios. Y ¿qué ha hecho la SAREB?  Malvender una gran parte de estos inmuebles a los “fondos buitre”, a los que llaman de manera eufemística fondos de inversión.

El Real Decreto del 19 de enero de 2022 modifica el régimen jurídico de la SAREB tras tomar el control el Estado con más de un 50% del accionariado.  En el colmo de la desmesura, la SAREB tiene una deuda de 35.000 millones que ya computa como déficit público.

La ciudadanía que vive en una situación de precariedad necesita vivienda a un precio asequible y no entendería que se desaprovechara la oportunidad de crear un Parque Público de Alquiler.

Ahora que el Estado asume la mayoría del accionariado de la SAREB, hay una oportunidad para constituir un parque público de vivienda en alquiler con los restos de inmuebles no vendidos. Según recoge la SAREB en su página web, posee 46.162 viviendas en España, 20.246 obras en curso y 30.016 suelos.

¿Cuál debe ser el destino del stock inmobiliario de la SAREB?

¿Qué más hace falta para tomar una decisión sobre el destino de los inmuebles de la SAREB no vendidos?  El control de la SAREB por el Estado propicia la creación de un Parque Público de Alquiler ya que si se espera a que se construyan las viviendas dicho parque tardaría bastantes años en hacerse realidad y la demanda de la ciudadanía en situación de precariedad no puede esperar.

En un contexto donde los precios de alquiler de viviendas rozan máximos históricos hace falta un compromiso de las fuerzas políticas progresistas para reducir el impacto de los abusivos precios en las zonas tensionadas, como señala la ley de vivienda. Y qué mejor forma de bajar los precios que ofrecer vivienda pública en alquiler a través de un nutrido parque proveniente de las viviendas expropiadas y donde el Estado ha empleado tanto dinero de nuestros impuestos.

El nuevo boom de los desahucios deja en la calle sin alternativa habitacional a muchas familias exponiéndolas a una situación de máxima vulnerabilidad.

Aunque no hay datos oficiales, la SAREB es una de las entidades que más desahucios está llevando a cabo en los últimos años. El Sindicato de la Vivienda de Carabanchel aporta algunos datos al respecto. Hay personas sin recursos que han ocupado un piso vacío de la SAREB y piden un alquiler social; familias con contratos de alquiler, previos a SAREB, que esta entidad  no quiere renovar; inquilinos que se encuentran con que la SAREB ha vendido la casa que habitan a fondos buitre y éstos les aumentan los precios para echarlos.

Uno de los últimos desalojos de gran resonancia mediática ha sido el de dos octogenarios en Carabanchel.

https://www.publico.es/photonews/desahucio-octogenarios-carabanchel-imagenes.html

Ante este acuciante problema de la vivienda, el Estado no puede ponerse de perfil. Es cierto que la nueva Ley Estatal por el Derecho a la Vivienda, aprobada recientemente por el gobierno de coalición, establece que serán los juzgados los que, de oficio, suspendan los lanzamientos por impago de alquiler de familias vulnerables durante dos meses, y que la Administración tendrá que buscar una solución habitacional para los afectados. Pero esto no resuelve el problema principal, pues mientras no haya una oferta suficiente de vivienda pública en alquiler a precios asequibles, seguiremos sin hacer frente al mandato constitucional que en su art 47 dice: “Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación”.

Un ejemplo a seguir es lo que propone Héctor Illueca, Vicepresidente Segundo y Conseller de Vivienda de la Generalitat Valenciana, reclamando las viviendas de la SAREB en la Comunidad Valenciana: “Si la SAREB va a convertirse en una sociedad pública, sus activos inmobiliarios, sus viviendas, deben incorporarse al parque público”.

Entre las fuerzas políticas, ya sabemos que las derechas están alineadas con el dinero fácil en torno a la especulación, con los fondos buitre, etc. El PSOE, por su parte, en su afinidad neoliberal, se resiste por aquello de no alterar el equilibrio del mercado y Unidas Podemos manteniendo la discrepancia dentro del gobierno de coalición, reclama que las viviendas de la SAREB pasen a ser públicas.

En lo que no hay duda entre las fuerzas progresistas es que hacen falta políticas públicas que ayuden a las personas más desfavorecidas, quienes han sufrido la crisis financiera del 2008 y no tiene un horizonte mejor con la crisis derivada de la pandemia. Pero muchos nos tememos que el “pensamiento único” neoliberal de que el mercado lo regula todo acabará imponiéndose como siempre. Y no es un futuro prometedor para una gran cantidad de familias que se mueven en la precariedad salarial, cuando no en la bolsa del paro. Por tanto, la lucha por una vivienda digna seguirá en la calle, en el parlamento y donde sea menester.

Descubre el origen de este problema de manos del propio autor en su maravillosa novela:

Artículos del autor

Visita nuestras redes

CHARLAS DE HISTORIA

Verificado por MonsterInsights