“La gente está cansada. El personal sanitario se va porque no puede con el trabajo. Ya no podemos más”. Así se lamentaba ayer uno de los miembros del Centro de Salud de Lavapiés (Madrid), cuando le dieron la oportunidad de hablar por el megáfono, en la concentración que llevaron a cabo el personal del Centro de Salud y unas decenas de vecinos del barrio. Para ayudarles, curiosamente, piden a los pacientes que no sean comprensivos con ellos ni con su situación, sino que, al contrario, no dejen pasar ni una. “Solicitad el libro de reclamaciones en cualquier situación que lo requiera”, insistían durante la concentración. Es según ellos la única manera de reflejar y trasladar el descontento de los usuarios.
Los profesionales de la Atención Primaria, al igual que en otros sectores de la Sanidad pública, no solo siguen aguantando los estragos de la pandemia, sino que ahora también se enfrentan a un plan para cerrar al menos 41 centros de salud algunos de forma temporal durante el periodo estival (aunque el responsable de la Sanidad madrileña lo ha negado), otros de forma más prolongada. Esta semana se conocía la noticia de que el Centro de Salud Villaamil, en el distrito de Tetuán, se cerrará indefinidamente debido al mal estado de sus instalaciones, por lo que sus 24.000 usuarios serán derivados al Centro de Salud Castroviejo, en el Barrio del Pilar, situado a media hora caminando del anterior.
Desde hace un año, la asociación vecinal de Las Letras organiza todos los jueves una concentración frente al Centro de Salud Alameda, junto al Caixa Fórum. “Salir a la calle es la única manera de que nos hagan caso. Los museos son una prioridad, los pisos turísticos son una prioridad. Pero la salud no lo es”, dice uno de los vecinos del barrio. Se quejan de que el edificio no da de sí por su tamaño, por la falta de ventilación y la falta de salidas de emergencia, por lo que solicitan que el alcalde Almeida cumpla la palabra que dio durante la campaña electoral: que el por entonces edificio okupado de Gobernador 39, que recibía el nombre de CSOA La Ingobernable, fuera la sede de una biblioteca y un centro de salud. Olvidó su promesa poco después de ganar las elecciones, aunque en la reciente campaña electoral regional volvió a decir que “contemplaba todas las opciones”.
Este domingo 20 de junio hay una nueva convocatoria de la Marea Blanca, la número 90 ya, que discurrirá desde Callao a Sol a través de la Gran Vía y Alcalá, para denunciar la gestión de la Sanidad pública por parte del gobierno de la Comunidad de Madrid. En su convocatoria, los profesionales sanitarios denuncian los recortes de plantilla, la escasa financiación y que las actuales políticas no resuelven “el 90% de los problemas de salud de la población de Madrid”. Mientras tanto, los trabajadores de centros de salud como el de Lavapiés, seguirán denunciando la falta de medios, como no poder disponer de traductores para atender a la población migrante del barrio. Duele imaginar la impotencia del enfermo y del médico al no poder uno explicar su dolencia y al no saber el otro cómo ayudar a su paciente. Y al otro lado de la puerta, vecinos como los de Las Letras seguirán concentrándose frente a su centro de salud, como llevan haciendo todos los jueves del último año, esperando cambios en la política sanitaria regional y que el ahora alcalde cumpla su promesa.
