Se aproximan otras elecciones en la Comunidad de Madrid. Cosas de la señora Ayuso, que, un día considera irresponsable ir a las urnas en plena pandemia (pero claro, las elecciones eran en Cataluña), y unas semanas después le entra un furor patriótico para salvar Madrid de algún apocalipsis de artificio, fruto de algún tipo de esquizofrenia paranoide, y es ella la que convoca unas elecciones. Entonces surge la Ayuso que todos conocemos de: «aquí sólo es importante lo que a mí me salga de las narices» y ya no existe virus letal mas importante que su trono.
El caso es que nos toca de nuevo ir a las urnas y es buen momento para poner en un lado de la balanza las prioridades de los/as madrileños/as y en el otro, las prioridades del actual Gobierno de la Comunidad de Madrid. Porque no os equivoquéis, ambos se encuentran en las antípodas.
La educación (por poner sólo uno de muchos ejemplos) debería ser una de las prioridades Nº1 de cualquier gobierno con verdadera vocación de servicio público, pero tras 25 años de gobierno de la derecha en Madrid, la educación se ha convertido en una herramienta para la corrupción del Partido Popular mediante el impulso de la educación concertada dentro del entorno de la trama Púnica. Esto explica las últimas movilizaciones en contra de la Ley Celaá, que son, en realidad, en favor de los centros concertados, por razones obvias.
El «adoctrinamiento» en las aulas, el ataque a la «libertad«, que la educación concertada es también pública, que la educación pública es mas cara, que el gobierno «social/comunista» quieren destruir el castellano, que la religión no tiene cabida en la educación pública, son algunas de las falacias y mentiras mas recurrentes para respaldar las manifestaciones, de hace unos meses, en favor de la «libertad» de elección de las familias y/o enfrentar a las familias para que no identifiquen al verdadero adversario.
¿Es verdad que la «libertad» a elegir de las familias está en peligro? ¡Por supuesto!, ¡sobre todo la de las familias que quieren optar a una educación pública de calidad!, ¿como?: Las familias de la pública no pueden elegir libremente aulas no masificadas, ni que los/as alumnos/as vayan a centros libres de obras (gracias a las maravillosas políticas de construcción por fases), tampoco pueden evitar que sus centros terminen por convertirse en centros gueto o tener infraestructuras y docentes que no lleven sufriendo recortes que han lastrado la inversión en educación pública a valores de hace mas de una década (algo que no le ha ocurrido a la concertada, a pesar de incumplir sistemáticamente la ley a la que se deben para optar a los conciertos).
Falta de libertad de tener docentes y centros sin rigideces estructurales y funcionales, rigideces como, el experimento del bilingüismo desastroso, que son lentejas para los centros públicos, pero no para los centros privados (concertados o no), o bien la estructura de cambios de centro, de primaria a secundaria: las familias que eligen educación pública no puedan ejercer su libertad para optar a centros donde se imparta educación primaria y secundaria conjuntas, ya que casi la totalidad de este nicho ha quedado reservado para que la privada y concertada exploten su negocio. ¿Quien querrá ir a centros en esas lamentables condiciones? ¡hay que asegurarse que la demanda de la privada/concertada aumenta!
¿El Castellano en peligro?,…, ¡¡por favor!!,… ni me voy a molestar…
¿Adoctrinamiento? ¿hay algo más adoctrinador que la religión, la católica incluida? un buen porcentaje de los centros concertados son de índole católica, y los centros públicos permiten la religión como asignatura opcional, financiada con un gasto público que supera los 35 millones de euros anuales, creo que los católicos deberían ser prudentes, humildes y callarse un poquito, puesto que tienen un espacio para adoctrinar bastante amplio, por desgracia muy superior al de un profesor de filosofía.
En resumen: la política educativa de la Comunidad de Madrid es una herramienta cuyo fin último es la mercantilización de la educación, solo así se puede entender el ejercicio de sabotaje que sufre la pública. Las prioridades del actual gobierno de la Comunidad se encuentra del lado de sus amiguetes, quienes hacen caja con los servicios públicos y no alineadas con una educación de calidad, que es ahí donde están las prioridades de los/as madrileños/as. Nos toca votar en consecuencia, y echar a este gobierno que, ni mucho menos trabaja para nosotros/as ni pensando en nuestro beneficio.