Alcázar: Del andalusí alqásr, derivado del árabe clásico qasr, que a su vez derivaba del latín castra (campamento). Es un espacio fortificado, es decir una fortaleza. También se denomina así al espacio que va del palo mayor a la popa de un barco. En la imagen el interior de los Reales Alcázares de Sevilla, una maravillosa obra que todos debemos admirar.
Alcazuz: Del árabe ‘irq assús. Es una planta herbácea de la familia de las papilionáceas. La conocemos como regaliz. Quién no ha comido algún caramelo de regaliz o aquellas añoradas barras de la niñez –de los más veteranos- que nos teñían la lengua de un negro intenso.
Alcoba: Del andalusí alqúbba, que proviene del árabe clásico qubbah, que a su vez deriva del pelvi (lengua que se hablaba en Persia en la Edad Media) gumbad, que significaba cúpula de un templo de fuego. Lo del fuego a lo mejor era una referencia a las llamas amorosas que suelen surgir en ocasiones en los dormitorios.
Alcohela: Del andalusí alkuháyla, que deriva del árabe clásico kuhayla. Da nombre a una planta de la familia de las compuestas, con hojas rizadas y sabor ligeramente amargo; la conocida escarola.
Alcohol: Del andalusí kuhúl que proviene del árabe clásico kuhl. Todos sabemos lo que es por lo que sobra mayor definición.
Alcoholar: Del andalusí alqúlla, que a su vez deriva del árabe clásico qullah, y este del copto kelol. Es una ampolla grande de vidrio. También se utiliza para definir a una determinada pieza de alfarería. Como la que veis en la imagen, realizada por el gran alfarero ubetense Juan Pablo Tito. Por cierto adorna una estantería de mi casa.
Alcorán/Corán: Del árabe alqur’an que significa lectura. Es el libro sagrado de los musulmanes en el que se plasman las revelaciones de Alá a Mahoma.
Alcorcí: Del andalusí alkursí que proviene del árabe clásico kurs’silla’, que significa soporte. Define a una joya pequeña.