Albarrán: Proviene del andalusí albarráni. Esta palabra tiene varias acepciones, todas ellas en desuso. Se refería a un mozo soltero que trabajaba en tareas del campo; también, solamente en Salamanca, usado para nombrar al mayoral y, por último, vagabundo.
Albatoza: De origen incierto, posiblemente venga del andalusí algattúsa, que a su vez derivaría del árabe clásico gattar, que en árabe significa somormujo, debido a la costumbre árabe de dar nombre de aves a sus barcos. La albatoza es una embarcación pequeña y cubierta.
Albayalde: Del andalusí albayád, que deriva del árabe clásico bayad. Es el nombre del carbonato básico de plomo, es de color blanco. Se emplea en pintura y, antiguamente, en medicina y como cosmético.
Albéitar: Del andalusí Albayád, que proviene del árabe clásico bayad, que significa veterinario.
Albenda: Proviene del andalusí albánd, que deriva del árabe clásico baytan, palabra que deriva, a su vez, del persa baytan. La albenda es una colgadura de tela blanca, utilizada antiguamente, adornada a manera de red o con encajes de hilo que representaban figuras de flores y animales.
Alberca: Derivada del andalusí albirka, que proviene del árabe clásico birkah. Define a un depósito artificial con muros de fábrica que se utilizaba para el riego. También es una balsa para empozar el cáñamo. La imagen es de la Alberca de Trujillo (Cáceres). Es una poza de la época omeya. Tiene 14 metros de profundidad, con una escalera de finales del siglo XV que facilita el acceso. Aún se conservan en los alrededores una canalización que conducía el agua hasta los campos de San Lázaro y San Juan. Bello resto del pasado, digno de ser visitado.
Albihar: Del árabe andalusí albihar, que deriva del árabe clásico bahar. Es la manzanilla loca. Es una planta compuesta de tallos inclinados, gruesos y de 20 a 30 cm., hojas alternas, divididas en segmentos dentados y flores en cabezuelas amarillas. Se ha empleado como la manzanilla común y en tintorería.