No hago este relato porque me aburra ni porque me guste escribir, sino porque sin duda es una historia que hace reflexionar y eso es lo que necesita el mundo hoy en día.
En un futuro muy cercano…
Me llamo Seryi Gamer y soy una de las pocas creaciones perfectamente genéticas que ha existido. El Gran Desastre lo viví en un barrio marginado y retirado de la zona de guerra, lo que aquí llamábamos zona neutral, el único lugar donde se podía pensar y reflexionar. Pero también teníamos tecnología para pequeñas cosas.
Para entender lo que os voy a contar necesitamos volver 700 días atrás…
Día 0
Las cosas no iban bien ya desde hacía años. Los enfrentamientos entre los inets (ciegos seguidores de internet y súbditos del gobernador mundial Rust) y los bookers (seguidores de los libros que se rebelaron contra el gobernador) cada vez eran más numerosos y la tensión se palpaba más que nunca.
Ese día había un partido clásico en la liga mundial de headball. El equipo Twitter Rockets (seguido por los inets) jugaba contra el Julio Verne (favorito de los bookers), iban empate, quedaban 5 minutos para el final… Y de repente: «piiiiiiii», el árbitro señaló penalti muy dudoso entre los espectadores, pero que acabó dando la victoria al Julio Verne.
Como era de esperar, se desató el caos como nunca se había visto. Fue tanto el conflicto en las siguientes semanas que terminó dividiendo el mundo entre inets y bookers. Decidieron vivir separados, cada grupo con sus costumbres pues parecían irreconcidiables.
Día 95
Todo iba bien con los dos mundos separados, pero el gobernador no iba a quedarse así. Él quería hacerse rico con la electrónica, necesitaba muchos más recursos y pronto destrozó la mitad del mundo. Además quería quemar todos los libros, quería que la gente no fuera capaz de pensar por sí misma; en su mundo la gente hacía lo que él dijera a cambio de conexión gratis. Pero en el mundo de los bookers la gente discutía y reflexionaban sobre las cosas (a veces demasiado), y él necesitaba gente distraída para que no vieran como se hacía rico, por eso empezó la guerra. Los bookers, que odiaban a los inets porque les parecían tontos y antipáticos, entraron en la guerra con las mismas ganas.
Nosotros los neutrales no queremos guerra, queremos un mundo en el que haya internet para facilitar nuestras vidas pero que no se abuse estando todo el día conectado, y que la gente lea y piense por sí misma. Pero por desgracia éramos minoría.
Día 168
Las cosas no iban muy bien: los inets iban ganando terreno y cada vez había más neutrales que se radicalizaban y se unían a uno u otro lado.
Los bookers no podían hacer nada, usaban métodos ancestrales mientras que los inets usaban armas tecnológicas y sofisticadas. Pero pronto apredieron a copiar lo que les interesaba, tenían mejores tácticas y no se distraian tanto.
Lo que ningún bando sabía es que el arma más letal llegaría sin que ninguno se lo esperara.
Día 365
Estaban ocurriendo cosas curiosas en estos días, los bookers consiguieron quemar la central eléctrica de internet (con un invento de Arquímedes dijeron), con lo que los inets empezaron a utilizar libros para informarse y crear nuevas armas con mecanismos ya inventados. Mientras los bookers empezaron a utilizar robots para construir fuertes y ejércitos de chatarra reciclada. Pero la guerra continuaba, aunque ya pocos recordaban por qué luchaban.
Día 453
Más de un año ha pasado desde el inicio de la guerra. Me temo que, si esto continua así, el mundo terminará siendo lo que fue en sus principios, un trozo de roca sin vida alguna.
Empezaron distintas negociaciones, pero no se puede negociar con banqueros que quieren enriquecerse, y casi todos se estaban haciendo muy ricos vendiendo armas a todos los bandos. Aunque la gente quería dejar ya de matarse y volver a hacer vida normal.
Si tuviera que elegir entre un bando o el otro, me quedaría con los bookers. Nunca he hablado con un radical booker, pero me gusta su apodo.
Día 600
Hoy era el gran día, hoy se decidiría quién ganaba. Así lo habían acordado en una reunión militar. Los bookers tuvieron que ceder, no podrían resistir mucho más. Todo se jugaría en una última batalla.
Hasta los neutrales nos acercamos a ver la mítica batalla. No pensábamos que iba a ser un combate cualquiera, pero nadie se esperaba un final como el que ocurrió.
Los inets empezaron fuerte para acabar pronto. Cuando ya parecía que el misil térmico de los inets destruiría a las pobres indefensas catapultas de los bookers, llegó lo más inesperado que cualquier ser humano se hubiera podido imaginar. Una enorme y poderosa tormenta solar, curiosamente inofensiva para los humanos, pero muy letal sobre los objetos materiales. La tormenta quemó tantos libros como cualquier objeto electrónico o mecánico.
Los inets y los bookers perdieron todo lo que tenían. Pero los neutrales sabíamos de todo un poco y conseguimos llevarlo mejor.
Día 677
Los días posteriores a la guerra fueron diferentes. No había conflictos entre ciudadanos, la gente parecía vivir sin problemas, sin ningún material por el que luchar. Aun así, tenían un problema, por haber potenciado desde pequeño una única cosa, ya sea leer o programar, no sabían hacer lo contrario de lo aprendido. Por eso nosotros organizamos una campaña en la que un booker ayudaba a un inet (o viceversa).
Eso mejoró la cooperación y ayudó a mucha gente a salir de trances psicológicos y a considerarse un ciudadano cualquiera, el cual por una parte goza del ocio y la ayuda que te da la tecnología y de la satisfacción y la capacidad de pensar por uno mismo que te da un libro.
Día 700
Hoy es el día en el que mi pequeña historia se acaba, hoy es el día en el que toda la gente se juntó por un motivo conjunto en el que no hay un lado oscuro ni luminoso.
Ese motivo era que de una vez por todas nos íbamos a unir por algo, lo cual nunca se nos hubiera ocurrido, ya sea por falta de autoconfianza o por vergüenza. Hoy era el día que haríamos que el gobernador mundial Rust dimitiera y pagara por su ambición.
Algunos os preguntaréis cómo una persona manipulada genéticamente, que no sabe pensar por sí misma, puede escribir este libro. La respuesta a esta pregunta no os la quiero responder, ya estamos muy acostumbrados a que nos lo den todo hecho. ¿Qué tal pensar un poco?
Solo os digo que la capacidad de pensar en uno mismo y la imaginación que me dio el hecho de leer tuvieron mucho que ver.
Autor: Sergio García Reales (13 años)