Una de las maravillosas consecuencias de la costumbre de regalar un libro, por la razón que sea, es que a veces caen en nuestras manos inesperadas joyas de esas que hacen que devoremos un libro en un par de días
Este es un libro que te hace empatizar y fantasear rápidamente con los tumultuosos años treinta. Pronto el lector percibe que la guerra civil española estuvo muy presente en la conciencia de muchísimas mujeres y hombres extranjeros de esa época.
Nos cuenta, en su primera parte, la historia de Sam Levinger en España a través de la correspondencia con su familia y amigos desde el frente. Pero también es la historia de los casi dos mil norteamericanos que se alistaron en las Brigadas Internacionales del Ejército Popular de la República española para defender nuestra democracia. Hijo de una familia judía con una gran conciencia de clase, no dudó en alistarse en lo que por entonces se había convertido España, el frente mundial contra el fascismo.
No es un libro de batallas heroicas o exaltaciones políticas, es un libro de emociones y sentimientos. El miedo de la madre a perder a su hijo, la ilusión de derrotar al fascismo y al nazismo, o la fascinación por un pueblo que había decidido luchar hasta la muerte, frente a los que les querían quitar su reciente libertad y dignidad como humanos.
La segunda parte del libro nos cuenta como Laurie Levinger, sobrina de Sam, redescubre su historia a través de las cartas guardadas por su madre. Tras leerlas decide buscar a su familiar caído en combate, en la Batalla de Belchite, casi setenta años después.
Es también un documento excepcional para conocer de primera mano cómo sentían y sufrían en la Brigada Lincoln y en las Brigadas Internacionales, luchando y muriendo a miles de kilómetros de sus casas.