Un año más de vulneraciones en los Derechos Humanos y de la Tierra
“Poco que celebrar en el 70 Aniversario de la Proclamación Universal de los Derechos Humanos en un mundo en el que los derechos de las personas se siguen vulnerando día a día”. Así comenzaba el comunicado que se leyó el 10 de diciembre en el acto del Día Mundial DDHH-2018. Pero la cuenta de la vulneración de los derechos humanos sigue aumentando y sumando año tras año.
¿Hasta cuándo vamos a mantener esta inercia de seguir con la exclusión al diferente y la segregación de la diversidad? Una buena parte de las vulneraciones de derechos humanos que se producen a nivel mundial es por el rechazo a la persona diferente. Hace unos días leía un artículo donde se planteaba educar desde la infancia en la diversidad y con ello no haría falta esforzarnos en la inclusión posterior y en tantas campañas de pose mediático.
El colectivo LGTBIQ lo sabe muy bien. Asimismo, la persistencia en el rechazo a las personas afectadas por trastornos psicóticos sufren día a día esa exclusión estigmatizante que hemos heredado de siglos. Y qué decir del rechazo a las personas migrantes cuando durante milenios hemos migrado a todas y desde todas las latitudes del planeta. Ahora que no nos cansamos de repetir lo de Aldea Global, resulta una paradoja aberrante los muros, las fronteras y todo tipo de barreras que vamos creando artificialmente abundando en la segregación. El grito de las mujeres, a nivel planetario, con ese ¡basta ya al patriarcado! nos está haciendo cambiar el paradigma a una buena parte de la sociedad.
Es preocupante que en los últimos años estemos soportando una ola que nos retrotrae a tiempos pasados. Los colectivos más vulnerables son amenazados por los grupos de la extrema derecha de España, de la Unión Europea y de otras latitudes del planeta. Hay un objetivo premeditado en este ataque a los derechos humanos más elementales: tratar de chantajear a la gente más débil con el miedo a través de proclamas de exclusión enfermiza.
Si no se cambia el enfoque desde la infancia, se seguirán vulnerando los derechos humanos a pesar de todas las jornadas y campañas mediáticas que hagamos
En España VOX ha incendiado la convivencia, y sus frases llenas de odio a lo diferente resuenan en los medios: “vamos a terminar con todas las leyes ideológicas, especialmente las leyes de ideología de género y las leyes de memoria histórica”, “vamos a expulsar a todos los que entren sin permiso en España”. Esta ola reaccionaria no es nueva, pero se manifiesta con mayor intensidad negando una vez más la diversidad que es la mayor riqueza de nuestro planeta. Los reconocemos a pesar de que sus ideólogos se hayan quitado el ropaje y símbolos de antaño.
Es paradójico su mensaje. Se muestran como salvadores de la libertad llamándose a sí mismos “liberales”, pero aterra pensar que quieran salvarnos de todos los males del mundo con la represión o eliminando nuestros derechos más básicos reconocidos en la Declaración Universal de los DDHH de 1948. Al margen de la contradicción entre la virulencia de sus palabras contra los más vulnerables y el papel de salvadores que se arrogan está su estrategia de fondo para someternos por la fuerza a los intereses de los poderes financieros a quienes sirven con mérito propio.
De otro lado, una buena parte de los agentes sociales que tienen voz en este bosque mediático llevan en su agenda una referencia a los DDHH porque viste bien; pero si escarbas un poco compruebas que les importa un comino los derechos de las personas más vulnerables. Llenar ríos de tinta, lanzar discursos vacíos por la alcantarilla de la corriente de moda, como si fueran detritus de su mala conciencia. Porque en el fondo saben que se vulneran los más elementales derechos mientras miran para otra parte sin tomar medidas concretas para paliar tanto sufrimiento.
Si no se cambia el enfoque desde la infancia, se seguirán vulnerando los derechos humanos a pesar de todas las jornadas y campañas mediáticas que hagamos. Es la actitud de cada persona la que debe cambiar, sin olvidar que las instituciones que creamos entre todas y todos deben estar en la primera línea de este cambio y no a remolque de hechos tan evidentes como la violencia de género de ese machismo enfermizo que tanta muerte y dolor causa, por poner un ejemplo.
Y entretanto, los colectivos más vulnerables se ahogan en esa laguna de la precariedad. Abandonados en el día a día, malviven sin que los poderes públicos se inmuten más allá de actuaciones puntuales y esporádicas para justificar su inoperancia. Una de las situaciones más sangrantes se da en las personas a las que les falta el derecho más básico: un hogar, materializado en una vivienda asequible, derecho amparado en el artº 47 de la constitución española. Como muestra, lo hemos visto en la acampada por derechos que tuvo lugar este mismo año en el Paseo del Prado de Madrid, desde abril hasta octubre, para visibilizar su situación. La realidad es que sigue sin haber una alternativa habitacional a las personas sin hogar. Y lo más sangrante de esta vulneración es que las personas acampadas fueron expulsadas con alevosía y nocturnidad por este Ayuntamiento de Madrid gobernado por las derechas.
En España se vulneran derechos cuando se desaloja con alevosía y nocturnidad a personas de los espacios municipales, como ha sido el caso de la INGOBERNABLE
En España se vulneran los derechos cuando se utiliza el poder, la fuerza o la amenaza dentro de una institución sanitaria para lograr que una persona, que está siendo atendida, haga o deje de hacer algo en contra su voluntad. Y sobre todo cuando, por sistema, se aísla a las personas psiquiatrizadas y se utilizan con ellas contenciones físicas, químicas u otras formas de coacción en los ingresos hospitalarios; ya que su uso se cuestiona en la Convención de los Derechos Humanos de las Personas con Discapacidad y en el Informe sobre la tortura en centros sanitarios, habiendo sido rechazado en el Manifiesto de Cartagena y en el Informe del Relator Especial de la ONU sobre el derecho de toda persona al disfrute del más alto nivel posible de salud física o mental.
En España se vulneran los derechos cuando se acusa a los inmigrantes de invadir España porque vienen huyendo de guerras que les crean las multinacionales (incluidas las españolas) con el tráfico de armas, el saqueo de materias primas y la consiguiente miseria en sus países. Se envenena el aire mediático cuando se acusa a los inmigrantes de que acaparan todas las subvenciones olvidando que la mayor parte de ellos contribuye al erario público con sus cotizaciones a la seguridad social y con los impuestos que pagan como cualquier ciudadano.
En España se vulneran los derechos cuando al amparo del conflicto catalán, aumenta la represión de las libertades como ha sucedido en Cataluña o con la aplicación de la ley mordaza en el acto de protesta “rodea el congreso” con la detención al azar de varias personas participantes en dicho acto y para las que se pide varios años de cárcel. Represión ampliada hace pocos días al derecho a la información digital mediante un decreto al que ya se denomina “mordaza digital”, al tiempo que se nos machaca el cerebro con tantas mentiras sobre la seguridad y el orden institucional.
En España se vulneran derechos cuando se desaloja con alevosía y nocturnidad a personas de los espacios municipales, como ha sido el caso de la INGOBERNABLE. Un espacio público que estaba abandonado y que pagamos todas y todos con nuestros impuestos. Parece que a las derechas que gobiernan el Ayuntamiento de Madrid no les gusta la cultura de solidaridad con los más vulnerables. Yo pude ver con mis propios ojos la indignación de las miles de personas que se solidarizaron contra este atropello.
No caben en este artículo, ni en mil más que se escribieran, todas los casos de vulneración que se están produciendo en España y en otras latitudes del planeta; pero quede aquí una muestra del grito unánime de las miles y miles de personas que no se callan ante la vulneración de los derechos humanos más elementales.
No podemos callarnos ante las dictaduras sanguinarias en distintos puntos del planeta, homologadas por el poder financiero mundial mientras se ataca a los pueblos que se emancipan del yugo del capital. Y en defensa de sus derechos sociales hierven ahora mismo los pueblos de Latinoamérica ante la presión del Fondo Monetario Internacional que ayuda a los más ricos en detrimento de los más débiles. No podemos callarnos ante las nuevas formas de esclavitud como la trata de blancas, que sigue vulnerando en este siglo el derecho a la dignidad humana.
Es la hora de la solidaridad entre las personas que malviven en la precariedad de sus países, es la hora del abrazo de los pueblos del planeta. Es la hora también de defender los derechos de una vida digna en este hogar planetario. EL ÚNICO HOGAR DEL QUE DISPONEMOS. Por eso este año en el Día Mundial de los Derechos Humanos se ha añadido y de la tierra porque la supervivencia es el derecho más básico. Si cunde la idea de que salvar al planeta es cuidarlo, NOS SALVAREMOS TOD@S. Porque nuestros derechos también dependen de un planeta sano. Se vulneran nuestros derechos y los de las generaciones venideras cuando no se toman medidas concretas contra la contaminación, los vertidos, la proliferación nuclear, el tráfico de armas etc. etc.
Ha llegado el momento de romper todas las barreras y fronteras de nuestro hogar planetario. A los poderes financieros no les importa vulnerar los derechos de todas y todos, porque nos prefieren segregados, enjaulados y homologados en su pensamiento único de producir y consumir, porque nos consideran números en lugar de personas. Entretanto, ellos mueven sus fondos sin límites ni fronteras por todo el planeta.
Que no callen las voces de los que han tomado conciencia de su dignidad como personas portadoras de derechos y obligaciones como habitantes de este planeta.
Somos cada vez más lo que queremos dar un paso adelante en este proceso evolutivo de la humanidad. Ante nosotr@s hay dos caminos: la solidaridad o la extinción.
Para finalizar, dejo aquí la convocatoria de la Asamblea de Derechos Humanos de Madrid en el 71 Aniversario de la Proclamación Universal de los Derechos Humanos. Se realizará un acto lúdico-reivindicativo en la Plaza de Callao, el 10 de diciembre, a las 18:30 h, en el marco de los actos de la Cumbre Social por el Clima.
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