- Organizaciones ecologistas exigen a las distintas administraciones que tomen medidas, de una vez por todas, contra las causas que originan los incendios forestales, no contra la biodiversidad de los montes.
- En los últimos decenios son las mismas zonas geográficas las que se queman una y otra vez. Las causas y los causantes se repiten. Por lo que no sería difícil actuar sobre ellas.
- La Asociación para la Recuperación del Bosque Autóctono (ARBA), la Asociación Ecologista del Jarama El Soto, el Grupo de Acción para el Medio Ambiente (GRAMA), Jarama Vivo y Liberum Natura, integrantes de la Plataforma Ecologista reclaman que se tomen medidas urgentes y contundentes.
En España los montes arden todos los años, en las mismas zonas, las mismas fechas y por las mismas causas. Existen suficientes datos para saber las causas y causantes de estos incendios, pues se repiten en las mismas zonas años tras años. Que se tomen medidas con antelación para evitarlos, o al menos mitigarlos, ahorraría esfuerzos y derroche de dinero público, así como un daño ecológico en nuestro medio natural.
Sin embargo, el gobierno central, las comunidades autónomas y las autoridades locales no actúan y cuando arden los montes, vuelven, una y otra vez, seguido por organizaciones bien intencionadas a culpar a la víctima: ”los montes están sucios y hay que limpiarlos” “el fuego se apaga en invierno”, “por la creación de un territorio basado en mosaicos”, “potenciar la ganadería extensiva”, “gestión de los montes, con la participación de los agentes sociales”, etc., sin mirar las consecuencias que estas propuestas, muchas de ellas de los años ochenta, puede acarrear a nuestros montes.
Es sabido que el abuso de una ganadería extensiva, así como la creación de paisajes en mosaicos, como se pretende, reduce el tamaño de los ecosistemas, lo que impide el asentamiento de muchas especies típicamente forestales que necesitan más espacio para poder medrar. La fragmentación reduce la biodiversidad y conduce a la extinción de especies. Esta técnica está entre una de las cinco causas principales de pérdida de biodiversidad. La península en sí, es ya un crisol de mosaicos, con recorrerla vernos que no hay grandes extensiones sin que se cambie de paisaje vegetal. Pretender ajedrezar cada pocos kilómetros es acientífico.
Por otra parte la reducción de la actividad agrícola y ganadera en el monte ha propiciado la restauración de ecosistemas y el aumento de superficie forestal. Los estratos arbustivos y semiarbustivos no son combustible ni biomasa a eliminar, por el contrario proporcionan cobertura al suelo, cobijo, alimento y sustento a otras especies, enriqueciendo la biodiversidad.

Incendio en Las Navas del Marqués y San Bartolomé de Pinares, Ávila. 8 de agosto de 2025.
Causas de los incendios forestales
Según datos del Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico (MITERD), el 95% de los fuegos ocasionados en España son debido a causas antrópicas, y el resto, 4,92% a causas naturales: rayos y volcanes.
De los fuegos causado por el ser humano, el 52,70% (datos del último informe del MITECO), son intencionados, el resto, se reparte entre negligencias, venganzas, problemas de caza, vandalismo, pirómanos, contemplar labores de extinción, disputas, etc.
Las zonas más afectadas en España por los grandes incendios suelen ser siempre las mismas, Galicia, Asturias y Cantabria, Norte de Extremadura, Ávila, Huelva, Tarifa, Cataluña y Levante, algunas se prenden para la producción de pastos para el ganado y las otras por ser áreas forestales intervenidas por el ser humano.
En estas condiciones, antes de arremeter contra los ecosistemas forestales reclamando su
mutilización, es necesario actuar contra las causas que originan el fuego, y sabiendo como se sabe, pues en España se viene quemando desde hace varias décadas en los mismos sitios y de la misma forma, no debería ser difícil anticiparse para neutralizar a los incendiarios que provocan el fuego.
En el último decenio y según datos del Ministerio del Interior han sido detenidos 3.609 incendiarios por causar fuego de manera intencionada. Según la Memoria 2024 de la Fiscalía General del Estado, en 2023, se detuvo a 402 personas y en 2022 a 482. Una pequeña cantidad si tenemos en cuenta que en España se producen una media de más de 10.000 incendios forestales al año.
A juicio de las organizaciones que forman la Plataforma Ecologista, ARBA, Asociación Ecologista del Jarama El Soto, GRAMA, Jarama Vivo y Liberum Natura, la mayor parte de los incendios podrían evitarse si se tomasen medidas adecuadas. Por ejemplo no parece razonable que hayan desaparecido las campañas de concienciación desarrolladas en las décadas de los años 70 y 80 del pasado siglo. Paralelamente a las medidas de concienciación, sería necesario incrementar la vigilancia en el medio natural y periurbano y sobre todo en aquellas zonas más proclives a ser incendiadas.
Por último, debe existir un mecanismo disciplinario real y efectivo que sea ejemplarizante.
Muchos de los detenidos e investigados por provocar incendios forestales son multados por sanción administrativa. Son muy escasos los incendiarios que son juzgados por el Código Penal y, menos aún, los que son condenados a pesar de que hayan incurrido en alguno de los supuestos que se recoge en el Código Penal. Las condenas van desde 10 a 20 años de cárcel si el incendio provocado pone en peligro la integridad física de las personas, y de 1 a 5 años si no ha habido peligro alguno para las personas.

