«El arte como ejercicio de la pregunta» Entrevista a Nicolás Cox (Chile, 1994)

Nicolás Cox se define para esta entrevista como “artista de 29 años nacido en el territorio conocido como –Latinoamérica– y más específicamente Chile, que lleva un año y medio viviendo en Madrid”. Él afirma que centra su “práctica principalmente en las acciones de arte, mediadas por la fotografía y la utilización de objetos, lugares y contextos específicos. Todo en vinculación, en entendimiento del arte, como un ejercicio de discursividad política y sensibilidad, que permite el cuestionamiento de todo tipo de estructuras”.

Mientras contemplo su obra recuerdo que Gisèle Freund, en su empeño por entender la fotografía como documento y vehículo de despertar social, observaba lo determinante que es la cultura de un fotógrafo para transmitir y comunicar, mucho más importante que la técnica. Cox no es un fotógrafo al uso, es más bien un artista visual, pero para mí entra de lleno en el discurso de Freund, porque con su arte cuestiona realidades sociales de su tiempo. Su obra no es inocua. Es crítica. Hace pensar. Cuando comencé a fijarme en la obra artística de Cox, primero a través de las redes sociales y después en una de sus exposiciones, me llegó directamente su discurso antifascista, que trasmite en proyectos artísticos con los que reivindica la memoria democrática tanto en Chile, su país de origen, como en España, dos Estados que padecieron un tipo de fascismo muy similar, en épocas distintas. También su discurso anticapitalista, retratando en magníficas creaciones artísticas esas estructuras verticales que rigen nuestro mundo y que son la causa de tanta pobreza, desigualdad, racismo y machismo patriarcal.  Mantuvimos un diálogo que abre ventanas hacia una forma de concebir el arte como vehículo de discurso político, “como una manera de desarrollar pensamiento y sensibilidad en confrontación a las estructuras de poder”.

Unión Latinoamericana, Nicolás Cox 2022

Carmen Barrios- En tu visón “del arte como ejercicio de la pregunta” que proclamas, y usando el cuerpo como “espacio, tiempo, forma y contenido de transgresión”, ¿por qué la fotografía, porqué utilizas la fotografía como herramienta de expresión artística?

Nicolás Cox- Si bien la fotografía no es la única forma de estrategia discursiva que utilizo, es sin duda predominante como forma de lenguaje y soporte matérico-conceptual en la mayoría de las obras.

Para mi tiene mucho sentido la potencia política que conlleva la “sintaxis” fotográfica. La fotografía tiene un vínculo directo en el entendimiento de la relación entre memoria y presente y, por lo tanto, en la historicidad y lo directamente político. Es una herramienta que sirve para narrar la constitución de un hecho que se suspende en el tiempo. Gran parte de mis piezas se basan en la realización de acciones –donde el cuerpo es protagonista– en contextos específicos, por lo que la mediación fotográfica permite que esa acción, de alguna manera, siempre esté ocurriendo como imagen, como idea y como postura vital. Es un acto de insistencia/resistencia que se amplía en el tiempo, espacio y contextos.

C.B.- La memoria democrática forma una parte importante del discurso de tu expresión artística, ¿por qué?

N.C.-Las obras tienen una configuración fundada en entender el arte como una manera de desarrollar pensamiento y sensibilidad en confrontación a las estructuras de poder. Tienen “lo político” como raíz gestora y al mismo tiempo la disposición en la utilización del lenguaje. Son mecanismos de preguntas y posicionamientos.

Separaré los términos. Sobre la democracia, como se desarrolla contemporáneamente, está y ha estado en constante y profunda crisis. Sobre la memoria, es la configuración del presente.

C.B.- En esa disposición tuya por usar el cuerpo como herramienta transgresora, la fotografía “La marca del horror” me ha impresionado mucho. En este caso la palma de tu mano se convierte en puro ejercicio de memoria, ¿qué significa para ti la firma de Pinochet? ¿qué significado generacional tiene?

N.C.- La firma del dictador es la firma de la dictadura. Es como dice el título directamente, es “la marca del horror”. Es una síntesis gráfica de la marca del enemigo y es la herida que deja huella en el cuerpo individual, colectivo e histórico. La acción es una manera directa de hacer la memoria presente en el cuerpo.

“La marca del horror”, Nocolás Cox 2023

El tatuaje es una marca que permanece en el cuerpo y que se realiza a través de una herida que perpetúa la inscripción. Que haya sido realizada en la palma de la mano tiene también estrecha relación con eso, ya que los tatuajes en esa zona del cuerpo, por el uso contante, tienden a irse disipando o borrando con el tiempo. Es decir, la obra también es una invitación para que a través de las acciones vaya desapareciendo la herencia del fascismo, pero sin olvidar. Es ahí donde se activa la memoria como ejercicio de acción en el presente.

La influencia dictatorial es hoy en día algo completamente vigente, está presente en todas las maneras que tenemos de relacionarnos. Las torturas, las desapariciones, las muertes y la imposición de una lógica neoliberal extrema, son ejes constitutivos.

C.B.- En muchas de tus intervenciones artísticas están muy presentes los elementos urbanos como ‘cuaderno de campo’ y contexto para explicar el silencio sobre la memoria democrática y convertirlo en un grito, ¿es una de las puertas para traer la memoria democrática al presente?

N.C.- La calle es uno de los espacios fundamentales para el desarrollo de gran parte de las obras que realizo. Es el contexto donde toda la construcción simbólica, física y vivencial del poder se desarrolla. Desde el adoquín más básico, al levantamiento de sedes de gobierno, palacios monárquicos y cárceles. Todas las estructuras dan forma a modelos ideológicos administrados por el poder. Al ocupar la calle, cada obra se entiende como una acción directa, simbólica y material. Es un campo de batalla más inmediato.

C.B.- Chile, España y Memoria Democrática, explícame esta relación en tu obra.

N.C.- La relación comienza desde el antifascismo y los contextos que me ha tocado habitar. Veo puntos en común en los procesos dictatoriales fascistas en ambos territorios, de igual manera que veo cosas que difieren bastante. Pero en ambos lugares la dictadura es una herida gigantesca que sigue configurando los modos de articulación vivenciales y todo posible nuevo relato. No podría hacer otro tipo de obra, sea cual sea el territorio en el que me encuentre. Es urgente desde el arte instalar este tipo de discusiones y temáticas.

C.B.-¿Por qué dedicas parte de tu obra al tema de la memoria democrática española? ¿por qué te fijaste en este tema específicamente?

N.C.- España es el contexto actual en el que me encuentro y el antifascismo es una posición de vida. De forma muy orgánica me he interesado por los procesos políticos, históricos y vivenciales de este territorio. Es ahí donde he desarrollado obras que abordan de manera directa el tema de la memoria política española y sus procesos actuales. El tiempo que he estado aquí me ha servido para poder entender en qué situación se encuentra la relación contextual de diferentes grupos de habitantes con la memoria histórica y al mismo tiempo el relato que se plantea desde el poder y la oficialidad. Sin duda es un presente complejo, lleno de silencio, borrones y con una fuerte perpetuación del fascismo, el olvido y la indiferencia.

Cunetas, Nicolás Cox, 2022-2023

C.B.-¿Te ves, como fotógrafo o artista, en la línea de entender la fotografía como documento social?

N.C.- La verdad nunca me he definido a mí mismo como fotógrafo, más bien como un artista integral. Pienso el arte como un mecanismo, una herramienta y un detonante de planteamientos políticos y sensibles. Más que un documento, pienso el arte y su mediación fotográfica como una acción constante.

C.B.- En el momento de realizar esta entrevista, tienes una exposición en Estudio Dagoberto Rodríguez titulada Sociedad Vertical, ¿qué quieres contar con las imágenes presentes en esa muestra?

N.C.- La exposición Sociedad vertical, aborda el concepto de construcción social en dos líneas: la construcción social entendida como la configuración del orden de un modelo sociopolítico y la conformación material, contextual y arquitectónica de una sociedad. Una sociedad vertical es la manera organizativa basada en el poder jerárquico mediado por estratos, donde la figura esquemática principal es una estructura piramidal. Desde estas ideas la exhibición acoge distintas piezas que abordan esta lógica organizativa, esbozando a través de acciones, instalaciones, objetos y textos, diferentes maneras de aproximación al entendimiento funcional del poder y sus jerarquías. Gran parte de las piezas toman como punto de partida módulos básicos de construcción para desarrollar una discursividad en torno al orden social. Se hace alusión directa a la conformación de ejes represivos y estructuras de poder y/o sometimiento como la cárcel, el trabajo, el Estado y la monarquía.

En mi obra están profundamente ligados el discurso político y la expresión artística, ya que de alguna manera ambos son parte de lo mismo. El arte es una herramienta para desarrollar planteamientos políticos, mediados por diferentes formas de utilizar el lenguaje, es decir, el arte en sí es una maniobra y método discursivo.

C.B.- El discurso antifascista está muy presente en tu obra, ¿por qué?

N.C.- Las obras tienen su cimiento más estructural en ideas libertarias y ácratas. Posicionándose desde la base como profundamente antifascistas. Pienso que el arte en sí tiene como razón de ser una perspectiva anarquista, en el ejercicio del cuestionamiento constante al poder y toda estructura represiva.

Cara al Sol, Nicolás Cox, 2023

C.B.- Y para terminar, ¿por qué en blanco y negro?

N.C.- El blanco y negro en mis obras tiene como razón algunos ejes fundamentales para su utilización reiterativa e insistente. La primera tiene que ver con algo técnico/perceptivo vinculado al entendimiento de la imagen. Como trabajo con gestos, el eliminar información excedente –como podrían ser los colores– me ayuda a que el foco de concentración sea la acción misma. Es decir, el punto de atención principal en la imagen es la acción que se desarrolla. La idea también del blanco y negro habla o sugiere un enfrentamiento entre contrastes que a nivel conceptual y narrativo me interesa resaltar. También es fundamental la relación atemporal, ya que las obras se sitúan como un continuo, una relación entre memoria y presente. Por último, también me interesa hacer una diferencia con la predominancia del uso de color como medio de captación y su utilización exacerbada como instrumento de dominio. El blanco y negro es una respuesta al modelo de “vida feliz y colorido”, que plantea la publicidad y el capitalismo.

Aquí os dejamos la mejor selección documentada (descargable):

Carmen Barrios Corredera
Carmen Barrios Corredera
Comenzó en Mundo Obrero en los 80, de allí saltó de medio en medio, de gabinetes de comunicación a revistas y viceversa, hasta que llegó a la revista Temas. Ha recibido varios premios de literatura y de fotografía, y realizado diversas exposiciones de fotografía en la Fundación Antonio Gala de Córdoba y el Ateneo de Madrid, entre otros lugares. Ha publicado libros de poemas y fotografías con el epígrafe Espacios Comunes. Ha dirigido el documental "Por mí y por todas mis compañeras, mujeres en lucha", que ganó la II edición de las becas Residencia Artística UNED. Es autora del libro de relatos "De palabras como lenguas en tu boca" (2019), pero si algo la ha colocado en la primera plana de la narrativa es sin duda su saga de «Rojas»: "Rojas. Relatos de mujeres luchadoras" (2016), "Rojas, violetas y espartanas" (2018) y "Rojas y trabajadoras" (2021).

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