La Ley Celaá¿Una propuesta de Ley Orgánica?¿una traba a la corrupción tradicional?

El avispero de la “defensa de la libertad”, o más bien la perversión del concepto que hacen algunos grupos políticos, negociantes y por supuesto, los medios de comunicación afines, continúan instigando e insuflando miedos, inseguridades y mucho ruido mediático frente al Proyecto de Ley Orgánica por la que se modifica la L.O. 2-2006, de 3 de mayo, de Educación.

Los argumentos que lanzan contra el ventilador son de lo mas variopintos:

Desde la supuesta amenaza al castellano -que me van a permitir, pero alzarse en defensa del castellano como si estuviese en peligro de extinción, siendo como es, el segundo idioma más hablado del mundo, más que hilarante es estúpido-. La eliminación del concepto “demanda social” del artículo 109 de la programación de la red de centros -Antes de que el articulado contuviera el término “demanda social”, teníamos poblaciones sin bachilleratos, y plazas de centros públicos absolutamente insuficientes, y a pesar de la insistente demanda social por parte las familias del alumnado, las respuestas por parte de la administración “competente” era mirar a otro lado, así que, imagino, que temerán que al eliminar el término en cuestión, podría provocar algún desequilibrio cósmico cataclísmico-. Hasta una seria amenaza contra la asignatura de religión -sobre esto, tan solo dar mi opinión: quien quiera religión que se la pague de su bolsillo, no con el dinero de todos/as-.

A mí, sin embargo, en la redacción de la propuesta -que, en todo caso, seguro que peca de tibieza en cuanto a la defensa del derecho a una educación pública digna– me llama la atención la eliminación del punto 8 del artículo 116 sobre concursos públicos para el acceso a terreno público.

Creo que, si se entiende que la corrupción en España ha ido ligada al uso fraudulento de las competencias de las administraciones públicas, en cuanto al ordenamiento urbanístico, y que tenemos algunas tramas archifamosas que se dedicaban a mordidas asociadas, en exclusiva, a la construcción de centros privados y privados-concertados (como la trama Púnica); pues de repente, la desaparición de ese punto, hace cambiar la perspectiva en cuanto a la interpretación de los motivos de la agresividad de ciertos sectores contra la propuesta de modificación de la ley -al menos a mí se me despiertan las sospechas de que la propuesta es “mala para el negocio” por motivos muy distintos al peligro de extinción de la lengua castellana-.

Lo malo, en todo caso, es que habrá no pocas familias que se harán eco de cualquier cosa que venga de los grandes medios reaccionarios, familias que no tienen en mente contrastar ni valorar la información que les llega (puede que ni siquiera leer más allá del titular de las noticias), familias que pensarán (tal y como les cuentan), que son objetivo por ser católicos, o que los que dicen defender la libertad, están buscando protegerles de una mano negra. No creo que estas familias se pregunten, dónde estaban los “defensores de la libertad”, cuando en el centro concertado de sus hijos/as llevan años vulnerando su libertad y obligando de forma indirecta a pagar actividades escolares o cuotas, a pesar de que se concede los conciertos educativos a condición de la gratuidad del servicio en las etapas obligatorias, como así dicta el artículo 51 del Código de leyes educativas.

Y es algo dramático, el que hoy exista una masa crítica ciudadanos/as que no intenten siquiera formarse una opinión propia mediante la búsqueda activa de información, tragándose cuantas estupideces les llegan al Whatsapp, como si cada mensaje fuese ley, víctimas de sesgos cognitivos, que llevan a errar la lectura de lo que sucede a nuestro alrededor, a interpretar el mundo en blanco y negro, obviando que nada es tan fácil, que la realidad es una compleja gama de grises (de ahí la proliferación de negacionistas de la existencia del COVID19, antivacunas o terraplanistas).

De esta forma, somos incapaces de diagnosticar donde están los puntos flacos de nuestro sistema educativo, cuáles son las amenazas que lo asedian -Miedo me da que a alguien se le ocurra pensar que la situación actual, con la educación telemática, es viable y que se pueden sustituir docentes por videos de youtube y archivos pdf-. Somos incapaces de imaginar que podemos exigir un sistema público de educación, todo lo completo, plural y variado, como podemos imaginar, pero que solo lo podríamos conseguir si lo exigimos todos/as juntos/as.

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