Alfaque: Del andalusí alhagiz. Significa obstáculo. También se utiliza para denominar a un banco de arena, por ejemplo los que están en las desembocaduras de los ríos
Alfaqueque: Del andalusí alfakkák. En la edad Media se definia así a los hombres que podían redimir o liberar esclavos y prisioneros. También podía referirse a una persona que servía como correo.
Alfaquí: Del andalusí alfaqí, que proviene del árabe clásico faqih. Dentro del mundo musulmán es el hombre docto en leyes, experto en jurisprudencia (fiqh en árabe). Un importante alfaquí fue Malik ibn Anas, fundador de la escuela malikí, de fuerte implantación en al-Andalus, en donde destacó al-Gazi ben Qayo
Alfaquín: Del andalusí alhakím, significa médico. En al-Andalus la medicina alcanzó un gran desarrollo, de mano de hombres como Avempace, Abulcasis –considerado el padre de la cirugía moderna, Averroes, o los judíos Ibn Ezra o Maimónides.
Alfaraz: Del andalusí alfarás. Se trata del caballo que usaban los árabes como caballería ligera.
Alfardón: Del árabe al-fara, que significa impar. Sirve para nombrar a un azulejo alargado, de forma hexagonal, cuya parte central es un rectángulo. Muy utilizado para revestir paredes, techos y suelos.
Alfareme: Del andalusí alharám, que a su vez proviene del árabe clásico ihram (pieza de tela blanca). Es la toca que utilizan los árabes para cubrirse la cabeza.
Alfarje: Del andalusí alfars que proviene del árabe clásico fars (tapiz a modo de lecho). Tiene dos acepciones: la primera para denominar la piedra baja del molino de aceite, la segunda se utiliza en arquitectura para denominar a un techo realizado con maderas labradas y entrelazadas de forma artística. El alfarje de la foto está en la planta baja de la casa situada en el número 5 de la calle Sillería de Toledo.