Alcabala: Del andalusí alqabála, en árabe significa contrato. La alcabala era un impuesto que gravaba las transacciones comerciales –una especie de IVA-. Se instauró en el siglo XI como impuesto local que imponían los concejos. En 1342, Alfonso XI consiguió que este pasara a depender de la Hacienda Real; llegando a ser con el tiempo el principal ingreso que tenían las arcas reales.
Alcabor: Del andalusí alqabú que a su vez proviene del árabe clásico qabw. Es el hueco existente en la campana del horno o en una chimenea.
Alcabtea: Del andalusí alqabtiyya, que proviene del árabe clásico qubtiyyah, que a su vez deriva del griego Αἰγύπτιος. Se trata de una tela fina de lino egipcio.
Alcacel: Del andalusí alqasil, que deriva del árabe clásico qasil. Es la cebada verde y en hierba. Ya en desuso se utilizaba como término para designar que ya no se está en edad de aprender o de hacer algo. Esta palabra derivó en la más actual de Alcacer
Alcaduz: Del andalusí alqadús, que deriva del árabe clásico qadus, que a su vez proviene del griego κάδος kádos, Actualmente ha derivado en Arcaduz. Es cada uno de los caños en que se compone una cañería.
Alcafar: Del andalusí alkafál que proviene del árabe clásico kafal. Palabra en desuso que servía para designar las ancas de un cuadrúpedo.
Alcahaz: Palabra de distintos orígenes. La que utilizamos viene directamente del andalusí alqafás, proveniente del árabe clásico qafas, que derivaba del arameo gafsa, que a su vez provenía del latín capsa (caja). Define a una jaula grande para encerrar aves.
Alcahuete/a: Del andalusí alqawwad que deriva del árabe clásico qawwad. Tiene varias acepciones: persona que concierta o facilita una relación amorosa, generalmente ilícita. Aquellas personas que encubren u ocultan algo; y también la persona que lleva y trae chismes –sinónimo de correveidile- En la imagen un cuadro de Picasso pintado en 1903. Titulado Celestina (era Carlota Valdivia). Quién no conoce a la más imortal de las alcahuetas españolas: La celestina, personaje central de esa maravillosa obra escirta por Fernando de Rojas en los últimos años del siglo XVI, conocida también como Tragicomedia de Calisto y Melibea.
Alcaicería: Del andalusí alqaysaniyya, que deriva del latín Caesarea (propio del César). La alcaicería era la aduana que había en Granada, en donde los productores presentaban la seda para pagar los derechos establecidos por el rey granadino. Con el tiempo se extendió para denominar un barrio con tiendas donde se vendía seda u otras mercancías. En la actualidad es uno de los sitios con más encanto y más sabor andalusí de Granada.
Alcaide: Del andalusí alqáyid que deriva del árabe clásico qa’id (conductor de tropas). En la actualidad sirve para definir a la persona que dirige una cárcel. Hasta fines de la Edad Media era el encargado de la guarda y defensa de un castillo. Posteriormente pasó a ser el encargado de la conservación y administración de algún sitio real. En las alhóndigas (casa pública para la compra-venta de trigo u otros cereales) era el encargado de guardar y conservar el orden.
Alcalde: Del andalusí alqádi que proviene del árabe clásico qadi (juez). En la actualidad es la máxima autoridad de un ayuntamiento. En la Edad Media era el juez ordinario que administraba justicia en un pueblo, y que, a su vez, presidía al mismo tiempo el concejo.