Albarán: Del andalusí albará que proviene del árabe clásico bara’ah. Tiene dos acepciones: nota de entrega que se firma a la recepción de una mercancía; o papel que se pone en las puertas, balcones, o ventanas como señal de que la casa se alquila.
Albarazo: Del árabe de Al-Andalus albarás, que proviene del árabe clásico baras. Es el nombre de una enfermedad que afecta a los caballos, caracterizada por la aparición de manchas blancas en la piel.
Albarda: Palabra proveniente del andalusí albárdá’ah, que deriva del árabe clásico barda’ah. Se trata de la parte principal del aparejo que se pone en las caballerías de carga. Consiste en dos almohadas rellenas –generalmente de paja- y unidas por la parte que cae sobre el lomo del animal. En algunos países sudamericanos da nombres a una silla de montar de cuero curtido o crudo.
Albardín: Deriva del andalusí albardí, que proviene del árabe clásico bardi, que literalmente significa papiro. Designa a una planta de la familia de las gramíneas; muy abundante en las mesetas españolas. Es similar al esparto y suele tener sus mismos usos.
Albaricoque: Del andalusí albarqúq y del árabe clásico burquq, que a su vez tiene su origen en una palabra bizantina. Todos sabemos y hemos disfrutado con esta fruta, muy refrescante en los calores estivales.
Albarrada: Esta palabra que proviene del andalusí albarrada, que a su vez proviene del árabe clásico barradah , que literalmente significa refrescador, tiene varias acepciones. La primera denomina a una pared de piedra seca; la segunda se refiere a una parata[1] sostenida por una pared de piedra seca; la tercera acepción es cerca o valladar de tierra para impedir la entrada en un trozo de campo, finalmente también significa: cerca o muro de protección en la guerra.
[1] Palabra del mozárabe andaluz que describe a un bancal pequeño y estrecho que se hace en un terreno pendiente para allanarlo y poder cultivas en él.