La acepción de gente “opinóloga” o que se enmarcan en la “opinología” se refiere a las personas que consideran su opinión igual de válida que la de cualquier otra.
Con eso no me pienso meter; todos y todas tenemos el derecho legítimo de debatir u opinar. Sin embargo, una cosa es expresar tus pensamientos y otra cosa creerte superiormente moral e intelectual que el resto.
Rebuscando por las redes encontré el efecto Dunning-Kruger, denominado así por dos psicólogos sociales, David Dunning y Justin Kruger, investigadores de este efecto.
Este fenómeno es un tipo de sesgo cognitivo en el que las personas creen que son más inteligentes y competentes de lo que realmente son. Especialmente, las personas de baja capacidad no poseen las habilidades necesarias para reconocer su propia impericia.
La composición de una pobre conciencia sobre uno mismo y la baja capacidad cognitiva los lleva a sobreestimar sus capacidades. Nadie puede saber todo en todas las áreas del conocimiento, pero tampoco se puede cerrar la mente a comprender diferentes posturas de compresión.
Este fenómeno lo vemos cada día en distintos ámbitos de la sociedad, pero donde más destaca sin lugar a duda es en la esfera de la política.
Todos los días aparecen en los grandes medios de comunicación debates sobre política, sobre todo televisivos, entre los opinólogos se generan conflictos verbales encarnizados para llevarse la razón, simplemente por qué «yo lo valgo», (nunca se escuchan el uno al otro).
Cerrarse en banda cuando tienes delante de ti otro punto de vista, lo único que provoca en tu cerebro es un deterioro cognitivo que a la larga empeorará tú capacidad de análisis y de autocrítica.
El efecto Dunning-Kruger, destaca por meter la pata en multitud de áreas; véanse las de vacunólogo, climatólogo, politólogo, juez, medicólogo, profesorólogo. ( Si, ya sé, estás dos últimas me las he inventado, …mea culpa).
En fin, la lista es infinita. Por esta razón, es conveniente recordar que, si de un tema en particular no entiendes, aunque no esté bajo tu criterio de pensamiento, debes escuchar, o leer, intentar comprender, teniendo muy presente una frase del filósofo alemán Karl Popper:
“La verdadera ignorancia no es la ausencia de conocimiento, sino la negativa a adquirirlo”.