Se ha escrito mucho sobre la muerte del gran poeta granadino Federico García Lorca, no abundaré demasiado sobre cómo fueron las circunstancias, si lo haré sobre aquellos, que, en mayor o menor medida, participaron en el vil asesinato perpetrado en Viznar el 18 de agosto de 1936.
En la detención y posterior asesinato de Lorca participaron tanto elementos civiles como militares. Del primero que nos ocuparemos será de Ramón Ruiz Alonso, que fue la persona que denunció al poeta granadino.
RUIZ ALONSO, Ramón[1]. En 1931 se afilió a las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista (JONS), de Ledesma Ramos y Onésimo Redondo. Fue diputado de la CEDA por Granada entre 1933 y 1936. En las elecciones de febrero de 1936, Ruiz fue elegido en primera instancia, pero en la repetición de las elecciones, al haber habido fraude electoral, perdió su escaño.
A través de José Rosales –jefe provincial de Falange en Granada-, intentó su ingreso en el partido fascista, pero le fue negada la afiliación ya que Ruiz pretendía que se le pagaran las 1.000 pesetas mensuales que cobraba como diputado. En la denuncia que presentó contra Federico García Lorca le acusaba de ser un espía de la URSS, un «rojo» peligroso, de ser el secretario de Fernando de los Ríos, de masón, y unos cuantos disparates más.
Ruiz Alonso, en compañía de Luis García-Alix Fernández, Juan Luis Trescastro Medina, y seguramente con otros falangistas, fue el que detuvo a Federico García Lorca, el 16 de agosto de 1936, en la casa de la familia Rosales.
Según Ian Gibson [2], tuvo un fuerte enfrentamiento con Luis Rosales, cuando éste se personó en el Gobierno Civil para preguntar por qué habían detenido a Lorca. Según testimonio de Luis Rosales; por tres veces, Ruiz Alonso, le dijo que había detenido a Lorca bajo su propia responsabilidad. También intentó acciones contra Luis Rosales, pero la fuerte influencia que tenían los Rosales dentro de la Falange granadina impidió que estas prosperaran.
Los granadinos le pusieron el apodo de «el ayudante del verdugo», por su fijación en ayudar a los condenados a muerte a morir cristianamente. Esta «caridad» cristiana no evitó que se jactara ante Luis Rosales de haber matado a un «rojo» de un tiro en la cabeza: He comulgado después de levantarle la oreja y darle un tiro. No he tenido que hacer acto de contrición ni nada[3].
A finales de agosto de 1936 fue uno de los que organizó el Batallón Pérez del Pulgar, la gran mayoría de sus miembros cuando están cerca de la zona controlada por la República, desertaran y se unieran a las tropas republicanas. Esto provocó que el batallón fuera disuelto. Tras este fiasco Ruiz Alonso se trasladó a Salamanca poniéndose a trabajar en la Oficina de Prensa y Propaganda. Cuando Dionisio Ridruejo se hizo cargo de esta, le despidió por su implicación en el asesinato de García Lorca.
No le debió sentar bien que muriera Franco y que se presagiara lo que iba a venir tras su muerte, pues en diciembre de 1975 se marchó a vivir a Estados Unidos.
Otros civiles implicados fueron Horacio Roldán Quesada y los hermanos Manuel, José y Antonio Jiménez de Parga Mancebo.
ROLDÁN QUESADA, Horacio. Roldán era abogado y terrateniente con propiedades en Pinos Puente y Asquerosa, mismas localidades donde también tenía propiedades la familia García Lorca. La inquina que tenía Roldán hacía la familia García Lorca, venía provocada por varios motivos. En su momento fue pretendiente de Concha García Lorca, hermana del poeta, ésta le rechazó acabando casándose con el que luego sería alcalde socialista de Granada Manuel Fernández Montesinos[4].
Otro motivo era que mientras él maltrataba a sus trabajadores, todo lo contrario hacía el padre del poeta, Federico García Rodríguez. De hecho, la actitud de Roldán hizo que, en mayo de 1932, el alcalde de Pinos Puente, Emilio Sánchez Cid escribiera una carta a Casares Quiroga –entonces ministro de Gobernación- quejándose de la actuación del sargento de la Guardia Civil, Antonio López Muñoz, de dedicarse, junto a algunos patronos de Asquerosa, sobre todo Horacio Roldán, de estar constantemente atosigando y provocando a los trabajadores. En octubre de ese mismo año Roldán pasó por el calabozo municipal por no cumplir la Ley de Laboreo Forzoso.
Otra causa del odio de Roldán hacia los García Lorca, y en este caso especialmente hacia Federico, fue que en la obra de Lorca La casa de Bernarda Alba, la que parece que inspiró el personaje principal fue Francisca Alba Sierra. Los Alba estaban emparentados con los Roldán, ya que una de las hermanas de Horacio estaba casada con un hijo de Francisca Alba.
El día 9 de septiembre de 1936, irrumpió junto a su hermano y unos falangistas en la Huerta de San Vicente, hogar de la familia García Lorca. La excusa fue que estaban buscando al hermano del casero de la finca, Gabriel Perea Ruiz, al que acusaban de que había matado a dos personas en Asquerosa. Registraron toda la casa y propinaron unas tremendas palizas a todos los que se encontraban en ese momento allí, incluyendo a Federico García Lorca. Este fue el motivo final que hizo que Federico se refugiara en casa de los Rosales.
HERMANOS JIMÉNEZ DE PARGA MANCEBO (Manuel, José, Antonio). Eran íntimos colaboradores de Valdés Guzmán y de la Escuadra Negra. Manuel era un personaje muy influyente de la derecha granadina; disponía de un despacho en la planta baja del Gobierno Civil, y al parecer era el más influyente de los tres.
José era abogado y secretario judicial; mientras que Antonio era juez municipal del distrito del Sagrario; actuaba junto al policía Julio Romero Funes, como delegado de Orden Público.
José Rosales le contó al historiador Eduardo Molina Fajardo: Yo creo que tras la detención y denuncia por elementos de la CEDA, los Jiménez de Parga, que rodeaban a Valdés, como «cerebros grises», tuvieron mucho que ver con la muerte del poeta. Ellos me dijeron personalmente. “No defiendas a un maricón”[5]
ROJAS FEIGENSPAN, Manuel. Teniente de la Guardia de Asalto, es otro personaje siniestro de la II República Española. Rojas fue el protagonista de la matanza que se llevó a cabo en Casas Viejas, el 11 de enero de 1933.
Por los hechos de Casas Viejas, Rojas Feigenspan fue condenado en 1935, en primera instancia, a 98 años de cárcel. Tras recurrir al Tribunal Supremo, se cambió la acusación de asesinato por la de homicidio, quedando la condena reducida a tres años. En marzo de 1936 fue puesto en libertad [6].
Jefe de las milicias falangistas de Granada fue participe directo en la orgia de sangre que se llevó a cabo en la ciudad nazarí. Participó en la represión granadinos de Lanjarón y la Venta de las Angustias; y en los cordobeses Fuenteovejuna y Peñarroya. En 1940 estaba al frente de un campo de concentración en el Campo de Gibraltar.
Su relación con Lorca es que él fue el que dirigió el registro que se llevó a cabo en la Huerta de San Vicente el 6 de agosto de 1936. En el registro, en la búsqueda infructuosa de la supuesta emisora que tenía García Lorca para comunicarse con los soviéticos, no dudaron en maltratar y golpear a todas las personas que se encontraban en esos momentos allí.
En 1937 se vio otra vez envuelto en un proceso judicial, por haber sustraído un coche para trasladarse a una casa de citas. Fue condenado a un año, ocho meses, y veintiún días de cárcel.
TRESCASTRO MEDINA, Juan Luis. Abogado y empresario. Se afilió a la CEDA durante la República. Era uno de los cabecillas de la conocida y siniestra Escuadra Negra, grupo de derechistas y matones que se dedicaban a sacar a las personas de sus casas para asesinarlas.
Cuando salía de expedición decía que iba dispuesto a degollar hasta a los niños de pecho[7]. Enemigo declarado de Lorca, fue uno de los integrantes del grupo de falangistas que le detuvo. Alardeaba de haber matado personalmente a García Lorca y a la humanista Agustina González López[8] «La Zapatera»: Estábamos hartos ya de maricones en Granada. A él por maricón y a ella por puta.
Al día siguiente del asesinato de Lorca entró en un bar diciendo: Acabamos de matar a Federico García Lorca. Yo le metí dos tiros en el culo por maricón[9]. Su abuso del alcohol le llevó a la muerte por cirrosis en 1954.
ROMERO FUNES, Luis. Policía destinado en Granada antes de la sublevación, tras la misma fue nombrado jefe de la Policía granadina. Creó su propio grupo de asesinos L «Escuadra del Panadero». Fue uno de los mayores represores de Granada, responsable directo de la muerte de cientos de granadinos. Mano derecha de José Valdés Guzmán –del que hablaremos más adelante-; era el encargado de enviar la lista a La Colonia [10].
El 26 de marzo de 1944 fue abatido por unos guerrilleros antifranquistas.
VELASCO SIMARRO, Nicolás. Teniente coronel de la Guardia Civil. Secretario del gobernador civil Valdés Guzmán, al que sustituyó durante bastante tiempo por la enfermedad que padecía Valdés. En el momento del asesinato de Lorca estaba ejerciendo las funciones de gobernador civil.
Para evitar que se intercediera a favor de los detenidos el 15 de agosto emitió un bando en el que prohibía se hicieran estas actuaciones: Queda rigurosamente prohibido toda influencia acerca de las personas detenidas y a disposición de este Gobierno Civil, sea cual fuera la calidad y condición del recomendante y recomendado. Los infractores serán sancionados con 150 pesetas[11].
Velasco odiaba profundamente al poeta granadino, por la amistad que tenía Velasco con la familia Roldán y, sobre todo, por la publicación de la obra El Romancero Gitano, que no dejaba en muy buen lugar a la Guardia Civil. Según el historiador Miguel Caballero, Velasco fue el que ordenó[12] el traslado de Lorca a Viznar para ser asesinado.
NESTARES CUÉLLAR, José María. Militar, camisa vieja de Falange, y amigo personal de los hermanos José y Antonio Rosales.
Antes de estallar la sublevación era el jefe del Cuerpo de Seguridad y Asalto de Granada; fue destituido tras los disturbios que se produjeron en la capital granadina el 10 de marzo de 1936.
Nombrado delegado de Orden Público tras el golpe, Nestares se ensañó ejerciendo la represión, llegando al punto de dirigir, junto Julio Romero Funes y Ángel Martín, su propia cuadrilla, conocida como «Patrulla Volante».
Nestares era el que estaba al mando cárcel en donde estaba retenido Lorca. Nombrado jefe del sector de Viznar, instaló su cuartel general en el Palacio del Arzobispo Moscoso Peralta. Se cree que es el responsable directo del asesinato de 200 personas en el barranco de Viznar.
VALDÉS GUZMÁN, José. Comandante, africanista y camisa vieja de Falange. En 1931 era Comisario de Guerra en Granada cuando sucedieron los sucesos del 9 y 10 de marzo. Los incidentes de esos días comenzaron cuando un grupo de falangistas disparó contra unos trabajadores; la reacción fue la quema de las sedes de Falange y Acción Popular, la destrucción de las oficinas del periódico El Ideal, y la quema de dos iglesias.
Cuando estalló la sublevación, y una vez controlada la ciudad, Valdés dio carta blanca a un grupo de falangistas conocido como «Escuadra Negra» para que llevaran a cabo todo tipo de atrocidades. Las Escuadras Negras, tras las que estaba Valdés, estaban formadas por falangistas, militares, cedistas, policías, etc. En ellas estaban algunos de los personajes de que hemos hablado; Juan Luis Trescastro Medina, Julio Romero Funes[13], Ramón Ruiz Alonso, los hermanos Manuel, José y Antonio Jiménez de Parga, el capitán Antonio Fernández Sánchez –encargado de la persecución de republicanos en Sierra Nevada-. Andrés Sánchez Rubio, entre otros[14].
Implicado activamente en el golpe, el 20 de julo fue quién detuvo al gobernador civil, Cesar Ferrer Martínez y a las personas que estaban con él en su despacho del Gobierno Civil. Acto seguido se autoproclamó gobernador civil.
Temido por su extrema crueldad, incluso la gente de derechas no le tenía en gran estima. En 1966 un sacerdote granadino le dijo a I. Gibson: habría fusilado a Jesús y a su madre si se le hubieran puesto delante. Gibson lo describe como un enemigo fanático de la República. Solamente en agosto de 1936 se fusilaron en Granada a 582 personas en las tapias del cementerio de san José; y otros cientos entre Viznar y Alfacar.
El 17 de agosto José Rosales se presentó en el Gobierno Civil con una orden de puesta en libertad de Federico García Lorca, firmada por el comandante militar Antonio González Spinosa. Valdés no dudó en mentir vilmente a Rosales, asegurándole que Lorca ya no estaba en el edificio, que se lo habían llevado de madrugada, añadiendo: Ahora vamos a ocuparnos de tu hermanito Luis [15].
Tras consultar con Queipo de Llano, según el testimonio de Ramón Ruiz Alonso, fue Valdés el que dio directamente la orden de asesinar a Lorca.
Cuando dejó su cargo el 21 de abril de 1937, para incorporarse al frente; tuvo el cinismo de publicar una despedida, publicada el día siguiente en El Ideal: Yo os pido perdón si, en el inexorable cumplimiento de las obligaciones de mi cargo no fui con vosotros lo benévolo que hubiera querido ser, pero no olvidar nunca que hemos vivido meses históricos y las responsabilidades que en mi encarnaban ante Dios y ante mi Patria eran tremendas; cuando el tiempo haga su perspectiva más distante todo lo comprenderemos en sus justos términos [16].
Bibliografía reseñada en el capítulo
ANGOSTO, Pedro L. (2017): Diccionario del franquismo. Protagonistas y cómplices, Granada.
CABALLERO PÉREZ, Miguel (2010): Nicolás Velasco Simarro. La clave del asesinato de García Lorca, en Aventura de la Historia, nº 136, pp. 20-25.
GIBSON, Ian (2018): El asesinato de García Lorca, Madrid.
PRESTON, Paul (2011): El holocausto español, Barcelona.
[1] Ramón Ruiz Alonso era el padre de las actrices Emma Penella, Elisa Montes y Teresa Pávez, ninguna de ellas utilizó el apellido de su padre en su carrera artística.
[2] Gibson: 186.
[3] Tomado de Gibson: 245.
[4] Asesinado el 16 de agosto de 1936.
[5] Tomado de Gibson: 188.
[6] Para ampliar información sobre lo ocurrido en Casas Viejas, y el juicio contra Rojas, ver mi trabajo La tragedia de Casas Viejas, disponible en https://asambleadigital.es/la-tragedia-de-casas-viejas/
[7] Tomado de Preston, 2011: 247.
[8] Preston comete un error con el segundo apellido de Agustina, no era Blanco como apunta el historiador británico, sino López.
[9] Tomado de Preston, 2011. 248. Hay dudas de la veracidad de sus palabras ya que era muy fanfarrón.
[10] Lugar próximo a Viznar donde pasaban sus últimas horas los que iban a ser ejecutados.
[11] Tomado de Caballero: 25.
[12] La orden se la dio al teniente Martínez Fajardo.
[13] Según Ian Gibson, su cómplice más estrecho.
[14] Ver Gibson: 108.
[15] Ver Gibson: 191.