Arqueología Andalusí. Parte 1: La Fortaleza de Gormaz

Descubriendo las maravillas del legado árabe en España

Dentro del amplio legado que nos dejó al-Andalus, sin duda merece especial atención los restos de su arquitectura que aún conservamos. Esta arquitectura, civil, militar y religiosa nos legó edificios que afortunadamente hoy podemos englobar dentro de nuestro patrimonio y artístico, y que sirven como mudos testigos de una época, posiblemente la más relevante, en muchos aspectos, de nuestra historia.

Comenzaremos este recorrido por el legado arquitectónico andalusí con la que en su día fue la mayor construcción militar de Europa – 400 metros de oeste a este-, la fortaleza de Gormaz.

Vista aérea de la fortaleza de Gormaz

Historia

Gormaz está situada en la parte más septentrional de la Frontera Media. Ocupa un cerro testigo en pleno valle del Duero. Durante mucho tiempo se ha considerado que la construcción de la fortaleza había sido llevada a cabo en una sola vez. Se data en época islámica por una inscripción hallada en sus muros. No obstante el estudio de sus elementos nos lleva a pensar que hay varias fases, o al menos varias «escuelas» constructivas. La aparición de nuevas fuentes escritas, lleva la dificultad de la cronología de Gormaz más allá, dificultades que se han visto aumentadas con las conclusiones extraídas de las excavaciones arqueológicas. Una de las incógnitas planteadas es asegurar si la inscripción hallada pertenecería originariamente a la construcción.

La presencia islámica está atestiguada desde época emiral. La presencia cristiana se constata en el siglo XI, en ese mismo siglo se construye la iglesia prerrománica de san Miguel, en donde han aparecido arcos de herradura. En el siglo XII se construye una iglesia románica que es abandonada en el siglo siguiente, cuando es abandonado el poblado pasando la población a ocupar el castillo. En el siglo XV está población que había ocupado la fortaleza desciende hasta donde se encuentra actualmente.

El primer documento testimonial que da noticia de la existencia de Gormaz lo encontramos en el al-Muqtabis de Ibn Hayyan, fechado en el 930.

En primera instancia consistía en un recinto oriental, muy modificado a través del tiempo-, con un cierre. Este recinto servía de alcázar para que en él se resguardaran las autoridades y la guarnición militar. El resto de la construcción era una enorme explanada fortificada (albacara) que era utilizada para la concentración de tropas. Su principal uso es servir como concentración de las tropas antes de llevar a cabo las aceifas contra los territorios controlados por los cristianos.

Otra misión fundamental de Gormaz era conectar con las atalayas que cubrían el resto de al-Andalus. El objetivo era poder ver, y ser visto –impacto visual del estado omeya.

El bello legado del árabe andalusí en nuestra lengua

Morfología

El castillo (hism) se construyó con piedra caliza, piedra que era muy abundante a pie de obra. La entrada tiene un gran arco de herradura –con una función meramente conmemorativa-. El arco es doble, uno delante y otro detrás, dejando una pequeña cámara. Tiene un doble arco a modo de molduras y un alfiz tallado en el pavimento.

Puerta de entrada

Debido a la dificultad de acceso a este punto, forma parte, un tanto autóctona, del resto del conjunto. Tiene todos los elementos defensivos posibles: almenas, saeteras, etc. El arco interior fue restaurado –las dovelas las recoló Leopoldo Torres Balbás-. El arco está enlucido de blanco y con dovelas pintadas, al igual que ocurre en la mezquita de Córdoba.

La estructura de la fortaleza se asiente sobre el estrato superior de piedra caliza, disponiendo de zarpas para dar mayor amplitud a la base de los muros. Hasta los tres cuartos no hay sillares de caliza, posteriormente culmina con mampostería llevada a cabo en hiladas regulares, manteniéndose el conjunto unido con cemento de cal. La entrada era en forma de recodo –forma muy utilizada para dificultar el acceso a la fortaleza de los posibles asaltantes-

En la zona donde se asienta el alcázar hay una estructura de fábrica mucho más sólida; unos aparejos mejor tallados. Esto indica un uso oficial del lugar. La mampostería está colocada en espiga, y sobre ella los sillares. El muro del alcázar se lleca a cabo alternando sogas y tizones. El interior del muro está hecho con una mampostería mucho más irregular, aunque colocada en hileras regulares.

En el interior de la fortaleza existe una gran explanada. En su muro aparecen tres grandes oquedades, realizadas a posteriori, y que no pertenecen a la fábrica original. En 1982 se hizo una cata entre dos de los tres huecos, llegando al nivel islámico. Se evidenció ante uno de ellos un muro de cierre. El muro tiene orientación SE. Una interpretación que se ha dado es que fuera una musallá (oratorio al aire libre). Los tres huecos serían tres mihrabs; existen ejemplos anteriores de mezquitas con más de un mihrab. Otra hipótesis es que no hubiera una sola «casetita», sino tres, que servirían para tres individuos que vivieran allí haciendo ribat[1].

El espolón occidental es uno de los tramos mejor aparejados. Es un verdadero bastión que se proyecta hacia el oeste –posiblemente es el primer bastión de Gormaz-. Su base forma una tremenda zarpa. Su alzado contrata con el aparejo del resto de la fortaleza. Es aparejo de tizones en su parte baja, y alternancia de sogas y tizones según se desarrolla el alzado –a veces con predominio de sogas, en otras ocasiones de tizones, o por igual.

En la parte más elevada y central nos encontramos con tres sillares que forman una secuencia bastante coherente. Son uno de los pocos elementos decorativos de Gormaz. ¿Qué significan?

El central es preislámico; se trata de una estela funeraria que conserva su texto en la parte inferior. Los otros dos son de época islámica. En el de la derecha hay una circunferencia y dentro un sello de Salomón, y en el centro del sello un círculo; el siguiente tiene forma de circunferencia dentro de una rosa asépala; éste último es que tiene más elementos: se divide en tres parte; dos franjas estrechas a ambos lados y una más ancha en la parte central; en la de la izquierda hay una circunferencia con un sello de Salomón, dos aspas y una circunferencia con una rosa asépala; en el central hay motivos circulares con unas aspas de san Andrés que cruzan el motivo. Todos son símbolos mágicos protectores de la fortaleza[2]. La fortaleza protege contra el enemigo de carne y hueso, pero también contra el enemigo espiritual.

  • Inscripción derecha: El sello de Salomón es un talismán contra el mal de ojo. Es el talismán que Alá entregó a Salomón para dominar los demonios. El sello dentro de una circunferencia –lo divino- que deja fuera todo lo malo y dentro todo lo bueno.
  • Inscripción central: La lápida romana recoge un arquetipo entendible perfectamente para todos los musulmanes. La rosa asépala es un símbolo solar. El sol expulsa a las tinieblas.
  • Inscripción izquierda: Las aspas contra el mal de las sopladoras de nudos. El mal queda atado por el bien, los nudos evitan que se desate el mal.

El alcázar

El cierre del castillo se conforma con el alcázar. La torre  es del siglo XIV, con alternancia de piedras con hiladas de ladrillos (mampostería toledana). En el muro hay tres fábricas distintas. Las estructuras perimetrales son islámicas, mientras que las interiores son bajomedievales –en el siglo XIV se construye una gran sala que se utilizaba como armería-. Existe también un enorme aljibe subterráneo.

Alcázar

Existe un postigo con un dintel abovedado. En el interior este mismo arco resulta ser un falso arco llevado a cabo por aproximación de hiladas –con esta técnica se pueden construir arcos, bóvedas, y hasta cúpulas. Los cubos tienen, al menos, dos plantas separadas por entramados de madera; en ellas había saeteras. La distancia entre las torres era suficiente para que llegara una flecha y se clavase.

Postigo

En el alcázar existe un acceso principal en recodo, y uno secundario, un postigo o poterna, algo que es normal en las alcazabas; se trata de una puerta pequeña situada en un punto disimulado por donde puede entrar o salir una persona sin ser vista. La poterna es un arco de herradura con bóveda de cañón en herradura; la parte exterior es un  falso arco por aproximación de hiladas.


[1] Sabemos que a Gormaz acudía gente, de entre las tropas para hacer ribat. El ribat  era un período de concentración personal y religiosa antes de iniciar una campaña de guerra.

[2] En el Corán, la azora 13 die: Me refugio en el señor del alba ante el daño que se creó, ante el daño de la oscuridad cuando se extiende el daño que las soplan en los nudos, y el daño de un envidioso cuando envidia.

El bello legado del árabe andalusí en nuestra lengua
Yusuf al-Andalusí
Yusuf al-Andalusí
Bajo este seudónimo nuestro arabista e historiador José Luis Garrot nos introducirá en el maravilloso legado de Al-andalus

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