En la campaña que estamos haciendo desde Revista Asamblea Digital ante las próximas elecciones en la Comunidad de Madrid, dando a conocer las políticas del PP en general, e Isabel Díaz Ayuso en particular, sobre las cuestiones sociales, hoy nos toca hablar de la política sanitaria.
La Comunidad de Madrid emplea un 3,6% del PIB en inversión sanitaria, lo que la convierte en la comunidad autónoma que menos invierte en términos globales en el sistema sanitario. También en gasto por habitante y año le cabe a Madrid el «honor» de ser la penúltima, solamente superada por Andalucía, también gobernada por el PP. Madrid invierte 1.274 euros por habitante y año, mientras que la cifra que invierte Andalucía es de 1.212.
Pero eso sí, en cuanto a aumento de las inversiones en conciertos con la sanidad privada Madrid se lleva la palma aumentando el gasto en un 83%. Muchos pensarán que esto no significa nada, ya que la sanidad sigue siendo gratuita. Pero no es así, ya que aunque un centro de salud o un hospital sigan atendiendo gratuitamente la gestión la llevan empresas privadas, y creo que no hay que recordar que el fin último de toda empresa privada es ganar dinero. Y como se gana dinero, pues no invirtiendo en infraestructuras, ahorrando en gastos de personas, lo que se traduce en menos sanitarios y peor pagados.
En lo que sí gasta la señora Ayuso es en un segundo invento, el Hospital Isabel Zendal, en el que se han invertido 153 millones de euros, para un hospital que no cuenta con quirófanos, ni salas de rayos x, y en el que no hay medios para tratar un ataque de ansiedad –que no suelen ser pocos en un momento de pandemia como el que vivimos-. Un hospital en el que los que están ganando no son los enfermos ni el personal sanitario, sino las grandes empresas constructoras, como Ferrovial al que se la concedido su mantenimiento a dedo, sin haber sacado a concurso público la oferta como es preceptivo.
Posiblemente en Zendal ocurra lo que en el otro invento de Díaz Ayuso, el hospital provisional que se instaló en el IFEMA, en el que se han dado a empresas privadas 80 millones de euros en contratos opacos. En ambos casos el gasto por enfermo triplica lo empleado en hospitales públicos con todo tipo de asistencia.
Los sobrecostes que han producido y producen estos inventos hubieran supuesto haber podido comprar 19 millones de vacunas de Johnson & Johnson, contratar a más de 200 sanitarios, o construir 20 nuevos centros de salud.
No voy a entrar ya en las extorsiones que se han hecho a profesionales sanitarios o enfermos obligándoles a ir al Zendal, pero está más cerca del gansterismo que de una gestión pública en supuesto beneficio de todos los ciudadanos.
En sanidad, como en educación, servicios sociales, centros de la tercera edad, etc., es decir en todo aquello que redunda en beneficio de todos los ciudadanos, y especialmente en los menos favorecidos, la política del PP y por ende de Díaz Ayuso es vergonzosa. ¿Y saben ustedes por qué ocurre esto? Porque los servicios públicos a las personas no dan dinero.
Tengan ustedes por seguro que si Díaz Ayuso pudiera haría que la sanidad fuera privada, como la educación, como las pensiones; esta señora, emblema de los ultraliberales –que ya habría que dejar de llamarles así para nombrarlos como lo que son; defensores del capitalismo más salvaje-.no lo dudaría.
Creo haber dado suficientes razones para no votar a Díaz Ayuso en las próximas elecciones de la Comunidad de Madrid, y por supuesto aún menos a los neofascistas de Vox. En su mano está que hagamos de la Comunidad de Madrid un lugar más justo y decente.
