El orgasmo les estalla como una granada de mano. De seguido ríen a carcajada limpia. Cuando se han conocido, apenas hace una hora, esto – así – no estaba previsto ni era lo esperado.
No tienen ni idea de qué le ha podido pasar al equipo de rodaje. La productora “Nabos verdes fritos” les ha citado para unas grabar unas secuencias en la habitación del hotel. Y salvo ellos, ni dios.
─ ¡Qué buena toma se perdieron, wey!
APRENDIZ DE MAGA
─ No hace falta que vengás, mi amor, el abuelo está bien. Además, casi ni nos reconoce ya…
(Siempre queriendo llenar todo vacío, resolver cualquier enigma, evitar toda tristeza).
─ Pero mamá, ¡tengo que ir! ¡Tengo que devolverle algo!
─ Qué, Violeta, ¿plata? (Le pregunta con cierta sorna).
El domingo llegó soleado hasta la visita en el jardín. Al anciano, en silla de ruedas, lo rodea la familia; parece contento.
Buscando la ocasión, y pegada a su oreja, Violeta le dice: ─ mirá, Abuelo, de chiquita te decía “¡me aburro!”, y vos me dibujabas esto (le muestra un papel arrugadito) ─ Yo empezaba a idear, a jugar… ¡a soñar! Hoy te regalo mi varita mágica, así ya podés crear aquí la magia desde tu mente y tu corazón.