Tras la moción de censura que le ha costado la salida de la presidencia del Gobierno a Mariano Rajoy escuché comentarios que me recordaron a algunos de los oídos en 1982 cuando, con el PSOE liderado por Felipe González, lanzaban las campanas al vuelo pensando que por fin la izquierda gobernaría España. Está visto que la ingenuidad no se ve mermada por el paso del tiempo. Y entonces, como ahora, de gobierno de izquierdas va a ser que no
Pedro Sánchez en la composición de su nuevo gabinete ha hecho un guiño claro hacia aquellos antiguos votantes que había decidido cambiar su voto y otorgárselo a Ciudadanos. Y es una buena jugada política, maquiavélica diría yo. Porque el PSOE quiere buscar un nuevo banco de pesca de votos en unos caladeros que no son precisamente de izquierdas; ya que en la izquierda real es difícil que vuelva a conseguir personas que le otorguen su confianza.
De esta guisa se ha formado un gabinete en el que la mayoría de sus integrantes podría decirse que están en tierra de nadie: Carmen Calvo (vicepresidenta y ministra de Igualdad); de la que hay que señalar que hizo bastante por la cultura cuando era consejera de la Junta de Andalucía, pero por otro lado es defensora de las corridas de toros.
José Luis Ábalos (Fomento), la principal virtud de este ex militante del PCE –se pasó al PSOE en 1981- es su apoyo incondicional a Pedro Sánchez.
Meritxell Batet (Política Territorial y Función Pública), por un lado es una declarada federalista; votó en contra en el Congreso una iniciativa de UPyD que prohibiría hacer cualquier tipo de referéndum sobre independencia, en contra de lo que votó el PSOE; por otro lado, ha sido una de las personas que más consultó Pedro Sánchez a la hora de apoyar la implantación del 155.
Margarita Robles (Defensa), Secretaria de Estado cuando Juan A. Belloch era ministro de Interior, en el último gobierno de Felipe González, fue la que retiró los fondos reservados de los Gal y ordenó la busca y captura de Luis Roldán; pero por otro lado ha sido durante años una encarnizada enemiga de Baltasar Garzón, ella participó en el grupo de jueces que apartó a Garzón de la judicatura. En su toma de posesión dio una verdadera conferencia sobre españolismo, que imagino no fue muy del agrado de los independentistas catalanes.
Magdalena Valerio (Trabajo, Migraciones y Seguridad Social) ex consejera de Sanidad de Castilla-La Mancha puede ser considerada como una tecnócrata experta en pensiones.
Isabel Celaá (Educación y Formación Profesional), aunque defensora de la educación pública (tuvo serios enfrentamientos con José Ignacio Wert), en una de sus últimas declaraciones parece ser que abogaba por mantener que estudiantes de F.P continuaran su formación, sin cobrar un euro, en empresas.
Luis Planas (Agricultura, Pesca y Alimentación) otro tecnócrata con experiencia adquirida cuando fue consejero de Agricultura de la Junta de Andalucía.
Pedro Duque (Ciencia, Innovación y Universidades), a nuestro astronauta no se le puede negar que siempre ha luchado por que se otorguen presupuestos suficientes para I+D+I. En cuanto a ideología política, no sabe, no contesta.
Reyes Maroto (Industria, Comercio y Turismo), una tecnócrata más, y van…
Hasta ahora he hecho un repaso a los que podríamos denominar como ni de derechas, ni de izquierdas, sino todo lo contrario. Ahora pasaré a los que, bajo mi corto entender, deberían estar en cualquier lugar menos en un consejo de ministros que pretenda ser mínimamente progresista.
Comenzaré esta lista de “chungos” con Josep Borrell (Asuntos Exteriores); sinceramente no encuentro ninguna lógica al nombramiento de este señor, cuando no hay quién dude que el principal problema político que tiene España en estos momentos sea la “cuestión catalana”. A Borrell pude considerársele de la “vieja guardia del PSOE”. Hombre que en su pasado no ha estado exento de actitudes controvertidas.
Fue miembro del consejo asesor de Abengoa desde 2009 a 2016. Esta compañía se vio envuelta en un escándalo por haber dado unas indemnizaciones millonarias a Felipe Benjumea y Manuel Sánchez Ortega. Aunque en el juicio posterior él fue el único consejero no imputado. También se vio implicado en el caso “Hacienda Catalana”, por el fraude fiscal de un antiguo colaborador suyo, José Mª Huguet; Borrell fue absuelto.
Pero lo que más asombra de su nombramiento es que es un reconocido jacobino, de él decía Joaquín Leguina que era un jacobino irredento. Desde hace mucho tiempo es uno de los más voraces enemigos del independentismo catalán, como ya se reflejó en el libro que escribió conjuntamente con Joan Llorach Las cuentas y los cuentos del independentismo. Asiduo colaborador de la Sociedad Civil Catalana. Algunas de sus declaraciones no tienen desperdicio: Si se hubiera producido la independencia muchos de vosotros estaríais en paro, esto lo dijo en el acto final de la manifestación que se celebró en Barcelona en contra del independentismo, y en la que compartió estrado con García Albiol, representante del sector más rancio del PP. De Oriol Junqueras dice que es un totalitario absoluto; y de la alcaldesa de Barcelona Ada Colau que es la emperatriz de la ambigüedad. Sobre la judicialización del problema catalán decía: Que la justicia haga pronto su trabajo y pida responsabilidades a todos los que están haciendo hoy daño a Cataluña. En definitiva, que si de verdad Sánchez quiere arreglar la cuestión catalana, nombramientos como este dan lugar a pensar que en realidad no tiene el más mínimo interés en hacerlo; no vaya a ser que se le escapen posibles votantes “robados” de Ciudadanos.
María Jesús Montero (Hacienda), con experiencia en ese campo desde su cargo en la Junta de Andalucía, en donde ha ocupado cargos con Chaves, Griñán y Susana Díaz. De los cinco presupuestos presentados por ella en Andalucía, cuatro han salido adelante con el único apoyo del PSOE y Ciudadanos. Tiene obsesión por el control presupuestario, de ella dicen sus propios compañeros de partido que es un pit bull de los presupuestos. Sin duda su política no va a diferir mucho de la de su antecesor, de triste recuerdo, Cristóbal Montoro.
Nadia Calviño (Economía y Empresa), defensora a ultranza de las políticas económicas emanadas de la UE. Su nombramiento ha sido recibido con aplausos enfervorizados por Ana Botín y en general toda la banca. Y creo que hay un hecho incontestable, si algo es bueno para la patronal bancaria es malo para el conjunto de los ciudadanos.
Maxim Huerta (Cultura y Deporte), de este caballero lo que más destaca es su incontinencia cerebral a la hora de tuitear. Y no voy a mencionar los mensajes que ha escrito sobre el deporte –a éste lo de mens sana incorpore in corpore sano, le debe sonar a chino-. Sino también algunos en referencia al movimiento independentista, como, por ejemplo: Me cago en el puto independentista – en alusión a un independentista que saltó al escenario mientras actuaba el representante español en Eurovisión, de la que por lo visto es entusiasta seguidor-; Las tertulias del procés ya son chascarrillos. Del miedo a la risa; Y los independentistas ya han conseguido las suficientes fotos. No se ha quedado ahí, también ha hecho alguno de claro contenido machista; juzguen ustedes: Las tetas de anarosa son de premio español. El mayor peso de su curriculum es que ha estado durante diez años en el programa de Ana Rosa Quintana. A mí, con ser un ignorante, se me ocurren sin pensar cien personas con mayor bagaje intelectual y cultural que este señor. Pero en fin ya sabemos que Tele5 tiene más adictos que el leer un buen libro, o escuchar una buena música.
He dejado para el final de los “chungos” a una persona cuyo nombramiento me asquea, me refiero a Fernando Grande Marlaska (Interior). Este nombramiento no tiene ninguna justificación en un gobierno que pretenda dar imagen de progresía, y de realmente querer cambiar las cosas. Este hombre sustituyó provisionalmente a Garzón en el Juzgado Central de Instrucción nº 5; al igual que el juez Ruz. La diferencia es que Grande Marlaska ha sido un fiel seguidor del CGPJ, de ahí su nombramiento para este órgano de la judicatura; mientras que Ruz, muy desobediente ante las presiones para que no se “pasara” en la instrucción del caso Gürtel, ha sido desterrado a Leganés.
Este insigne juez era el encargado de hacer la instrucción del caso del Yak-42, instrucción que archivó asegurando que toda la culpa la habían tenido los pilotos del avión, y que nadie del ministerio de Defensa tenía responsabilidad en lo ocurrido. Tuvo que ser el Tribunal Supremo el que le enmendara la plana revocando su decisión argumentando que no había practicado diligencia alguna e indefensión de las víctimas. Archivó la causa por estafa contra Air Madrid, rechazando los recursos que presentaron varias asociaciones de consumidores. Cuando ya era miembro del CGPJ –a instancia del PP- votó en contra de la recusación de los jueces Concepción Espejel y Enrique López del caso de la Gürtel, por su clara relación con el PP. Jueces y Juezas para la Democracia pidió públicamente su cese como vocal del CGPJ, por no prestar apoyo al juez Conde-Pumpido cuando éste intentaba instruir en el Tribunal Supremo una causa contra Rita Barberá.
Contrario al acercamiento de presos de ETA; mantiene que en los Centros de Internamiento de Extranjeros no se vulneran los derechos fundamentales. Pero lo más grave, con ya serlo todo lo que anteriormente he expuesto, son las sospechas de mirar para otro lado cuando se producen denuncias por torturas. El Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha condenado cinco veces a España por no investigar las denuncias de torturas presentadas por algunos detenidos; las cinco veces se trataba sobre presos que estaban controlados por Grande Marlaska. Incluso compañeros suyos de la Audiencia Provincial creen que no protegió suficientemente a los detenidos. El último caso de esta falta de protección ocurrió en 2018 durante la instrucción del caso contra Portu y Sarasola. Cómo es posible que este personaje haya sido nombrado titular de la cartera que controla a las fuerzas de seguridad. Si ustedes no se lo explican, yo tampoco.
Para suavizar un poco la opinión que he emitido sobre algunos de los ministros del sr. Sánchez, y para evitar que entremos en una depresión profunda, citaré a tres ministras –sí, sólo tres, que le vamos a hacer- que sí me parecen verdaderamente progresistas.
Teresa Rivera (Transición Ecológica), una rotunda defensora de las energías renovables; y partidaria de eliminar el ignominioso impuesto al Sol. Con una amplia trayectoria en el intento de parar el cambio climático.
Carmen Montón (Sanidad), bajo mi punto de vista es persona más de izquierdas del nuevo gabinete. A su favor tiene que ha revertido un hospital con administración privada en totalmente público – en concreto el Hospital de la Ribera, de Valencia-. Se ha mostrado contraria al copago, sobre todo en relación con los pensionistas y a las personas con rentas más bajas: No es verdad que ciertos tipos de recortes produzcan un ahorro económico. Yo la veo como una luz de esperanza para intentar recuperar algo de la sanidad española, tras ser arrasada por los gobiernos del PP.
Dolores Delgado (Justicia), muy próxima a Baltasar Garzón, es una acérrima defensora del Derecho Internacional. Es miembro de la Unión Progresista de Fiscales. Gracias a su informe la justicia española no extraditó a Hervé Falciani. Es un nombramiento del que debemos felicitarnos todas las personas de izquierdas de este país. Otra cosa es que pueda contra los poderes reaccionarios de la Justicia española.
Y esto es lo que hay, estimados lectores. Si quieren más ya saben lo que deben votar en las próximas elecciones.