Entrevista a Juan Carlos Asensio. Presidente del Comité de empresa de Coca Cola

Esta entrevista fue realizada el 5 de octubre de 2016 por: Marta Sánchez de Ron y José Luis Garrot

 

¿Cómo está actualmente el conflicto con Coca Cola[1]?

Tras un ERE que declaró nulo el Tribunal Supremo dejando sin efecto los despidos, aún no se ha aplicado la readmisión efectiva la tutela judicial que ordena nuestra Constitución. Es verdad que estamos readmitidos en nuestro centro de trabajo, pero dista mucho de estar en las mismas condiciones que estábamos antes del despido; que es lo que consta en el fallo de la Audiencia Nacional, y posteriormente la casación del Tribunal Supremo. La empresa está planteándonos una batalla sostenida para largo plazo y de desgaste sicológico para no verse obligada a cumplir una sentencia firme, que no sólo beneficia a los trabajadores de Coca Cola, sino al conjunto de la clase obrera. Una sentencia que viene dada por derechos fundamentales, y por tanto nosotros, nuestros abogados, y el sindicato, estamos convencidos que se tiene que cumplir en sus estrictos términos, porque es una vulneración de un derecho fundamental. Esto nos lleva a la situación actual, casi tres años después, y que no ha concluido porque el punto de readmisión que admitió la Audiencia Nacional. Nosotros hemos pedido nuevamente la revocación de la casación al Tribunal Supremo porque estamos readmitidos, pero no se nos paga el salario completo, ni tenemos las jornadas y los puestos de trabajo que se reflejaban en el convenio colectivo. No basta con eso, en este desgaste sicológico que la empresa, de manera sostenida, está llevando a cabo para minar la moral de los trabajadores –cosa que no van a conseguir-, de atemorizar a la plantilla para que baje los brazos y no siga peleando. Coca Cola y su embotelladora, que hay que tener en cuenta que es icono del capitalismo americano, siguen la estrategia de intentar derrocar y descabezar al Comité de Empresa, y que el Comité deje de pelear; y ese miedo, de alguna manera, lo han sentido los propios trabajadores. Es una estrategia; sacar la batalla de lo social para llevarla a lo penal; por eso estamos sufriendo procesos penales. En este caso dos procesos penales que tiene puestos el embotellador de Coca Cola contra el Comité de Empresa, y en concreto contra mi persona. Dos procesos penales basados en falacias e invenciones de la empresa. Todo ello asesorada por grandes bufetes de abogados, como es el de Uría y Menéndez. Han montado un proceso penal donde solicitan dos años u nueve meses de prisión, por instalarse los trabajadores en un campamento fuera de la fábrica, en la calle. Pero han buscado un artificio legal al decir que, aunque estuviéramos fuera de la fábrica parte del recinto donde estaba instalado el campamento es valor catastral porque lo pagan ellos como valor catastral. Y a partir de ahí decir que habíamos ocupado su terreno. Pero esto tiene una fácil contestación, porque si los trabajadores y trabajadoras, y en este caso concreto yo, somos responsables de estar en un terreno catastral fuera de la fábrica; de la misma manera todos los diputados y cargos políticos que han estado haciendo actos con nosotros, apoyando y colaborando, estaban también en ese campamento, y toda la ciudadanía que se ha acercado hasta allí a apoyarnos y visitarnos. Por tanto, es responsabilidad de todos. Ellos lo saben, pero lo que hacen es imputar al presidente del Comité de Empresa para intentar inocular miedo al Comité y al conjunto de trabajadores. No lo van a conseguir. Aparte de este proceso, tienen otro que data de enero de 2015. Ese momento es cuando la empresa envía esquiroles de una contrata para desmantelar la fábrica, para no cumplir la sentencia de la Audiencia Provincial. Se produjo una carga policial en la calle de la fábrica de Fuenlabrada. En las imágenes que ofrecieron varias televisiones se ve que lo único que hacíamos era una sentada en la calle manifestando nuestra protesta. Cifuentes, como delegada del Gobierno, y detrás de ella el ministro de Interior, mandaros dispositivos policiales para echarnos de la calle y que pudieran entrar libremente los camiones y furgonetas –con los cristales tintados-, para desmantelar la fábrica. Este es un proceso penal que está en la fase de instrucción. Coca Cola quiere que la fiscalía nos impute con penas de prisión. No lo van a conseguir, ya que el Comité de Empresa y los trabajadores y trabajadoras de Coca Cola cierran filas con el Comité, somos una piña, vamos a llegar al final de los procesos penales, y del proceso civil. Vamos a vencer en este ERE; no sólo desde el punto de vista judicial, en el que ya hemos vencido al revocarse los despidos, sino desde el punto de vista sindical y poder tener un futuro de empleo en nuestra fábrica de Fuenlabrada.

Al hilo de lo que comentas, ayer se tenía que haber celebrado uno de los juicios penales. Por lo visto no ha habido audiencia. ¿Qué ha ocurrido?

Es un juicio que arrancó en 2012 con la huelga general en contra de la reforma laboral del PP. Estábamos actuando como piquete informativo y defendiendo nuestros derechos. Ese juicio estuvo parado cuatro años y, de manera sospechosa, ahora las “manos negras” insisten en concentrar los procesos penales contra los miembros del Comité en el mismo momento para que tengan una mayor carga penal. La fiscalía también colabora en estos manejos policiales. El fin último es erradicar el derecho a la huelga. Utilizan las herramientas del artículo 315.3; que es imputar a aquellos trabajadores que están ejerciendo el derecho a la huelga con montajes judiciales y cargas policiales. Eso es lo que se iba a ver en la visita de ayer, pero inesperadamente los policías que estaban citados, dos como testigos y el propio denunciante, que era el que argumentaba que había recibido lesiones, no se presentaron. Eso lo utilizó la fiscalía para suspender el juicio. Pero da igual que el juicio fuera ayer o dentro de un año. Movilizaremos los recursos de los colectivos, de partidos políticos, y de todos los que quieran ayudarnos. Porque esta pelea no es una pelea sólo de los trabajadores de Coca Cola. Estamos hablando del 315.3 y el derecho fundamental a la huelga, y no podemos consentir que se encarcele a trabajadores por ejercer este derecho.

El inicio de este proceso me resulta un tanto kafkiano. Tengo entendido que el 22 de enero del 2014 firmasteis un convenio colectivo con bastantes puntos a favor de los trabajadores por la mañana; y esa misma noche es cuando Coca Cola presenta el ERE ¿Crees que ha tenido algo que ver que hubiera un cambio de accionista mayoritario?

Si claro, ambas cosas. Es verdad lo de la mañana del 22, estábamos firmando el convenio con ocultación de lo que iban a presentar por la tarde. Parte del fallo de la Audiencia Nacional lo recoge; diciendo que se ha incumplido nuestro marco legal de carácter previo. Pero es que además incumple las propias normativas europeas. Eso está en el fallo de la Audiencia porque no tenía sentido firmar un convenio para luego cerrar el único centro que tenía la empresa Casbega en la zona de Madrid y las dos Castillas, que es la zona de distribución, comercialización y producción que tiene firmado Casbega con la propia Coca Cola. Y claro que tiene que ver la guerra del accionariado de las siete embotelladoras, donde muchos accionistas pierden la única fábrica que tienen, y cuando se hace con el control Daurella y los accionistas que la apoyan, tienen que pagar unas cantidades impresionantes de dinero a los accionistas de Madrid para hacerse con la embotelladora de Fuenlabrada. Todo ello está en el proyecto de escisión del 2012, donde empiezan los movimientos accionariales, porque luego tienen que afrontar el canje con las embotelladoras de Europa. ¿Qué hace Daurella? El dinero que tienen para pagar a los accionistas de Madrid, a los castellanos y a otros, se lo abonan con su propia empresa, y por lo tanto despedir trabajadores masivamente de la empresa Casbega y cerrar el mayor centro productivo de España. Para eso dejan abiertas fábricas pequeñas, obsoletas, en el resto del territorio e incluso abren la fábrica de Portugal; también pequeña y obsoleta y con peores índices de calidad. Todo se hace para que, con los trabajadores de Madrid, con el convenio de Madrid, con los salarios de Madrid, tener dinero a corto plazo para pagar el canje accionarial a los accionistas de Madrid.

Decís en vuestro libro que uno de los primeros colectivos que os apoyó fue el 15M ¿Qué otros colectivos os han mostrado su apoyo en esta lucha? También quería saber ¿Qué papel han jugado los sindicatos a nivel oficial en todo esto, y que apoyo ha habido por parte de los partidos? Si ha sido simplemente acercarse a vosotros para hacerse la foto, o ha habido un apoyo real.

Como te decía tres años dan para todo. Yo no diría que arranca exclusivamente con el apoyo del 15M. Arranca con los colectivos que componen el 15M, en toda su amalgama. Nosotros arrancamos con muchísimo apoyo del colectivo laboral de otras empresas del cinturón de Madrid. También con el apoyo de muchos colectivos y asociaciones. Sabíamos que teníamos que batallar mucho, y que tendríamos dificultades para salir en la prensa y en los telediarios. Por tanto, tuvimos que inventar una estrategia para contrarrestar esta situación. Por eso hacíamos asambleas todos los días en el campamento, nos manifestábamos en la calle todos los días, hasta dos veces, por eso aparecíamos no sólo en los conflictos laborales, sino también en los conflictos sociales. Marcábamos a todas las convocatorias de las mareas, a las de las Marchas de la Dignidad, asistíamos a todas las organizaciones del 25M en las que había reuniones de trabajo para participar con ellos. También es cierto que hemos tenido el apoyo de nuestro sindicato[2], especialmente en Madrid, desde sus inicios y durante todo el proceso. Costó un poco más mover la maquinaria estatal, pero cuanto más arriba de las organizaciones pides ayuda más cuesta implicar y conseguir la empatía. No es lo mismo. Fue muy fácil conseguir la empatía de toda nuestra estructura sindical en Madrid, porque la fábrica que se cerraba era la de Madrid; sin embargo, era más difícil conseguir apoyos en otras regiones y comunidades en las que no cerraban sus fábricas, y los propios compañeros casi ni ejercitaron el derecho de ir a la huelga, por ejemplo, Valencia o Asturias. Por lo tanto, tiene una doble aceptación en un propio sindicato cuando se trata de apoyar desde una comunidad, o desde una estructura estatal, porque el propio compañero nuestro de otras comunidades decía al Sindicato que lo que para nosotros era un apoyo a ellos les perjudicaba. Pero finalmente también el sindicato a nivel estatal entró con mucha fuerza en el proceso, y a partir de ahí se dictaminó a nivel estatal que la sentencia tenía que llegar al Tribunal Supremo; porque el conjunto de la clase obrera necesitaba una sentencia firme por la vulneración del derecho a la huelga. Respecto a los partidos políticos, siempre hemos tenido el apoyo de IU, Podemos, de todas las organizaciones de Ganemos en Madrid. Siempre hemos estado apoyados por el conjunto de políticos y organizaciones de la izquierda; que han tenido sus más y sus menos con otras organizaciones políticas como el PSOE. El PSOE nos ha apoyado en el ámbito local, sólo faltaría, porque se cerraba una fábrica del municipio. Tanto el PSOE en la zona de Fuenlabrada y de los municipios del sur también nos han apoyado; con reticencia en algunos casos. Hemos tenido muchas discrepancias con el PSOE de Madrid. Cuando el PSM dictaminó una disciplina de voto en un municipio como Leganés para que todos los concejales votaran a favor del apoyo a los trabajadores de Coca Cola, se rompió la disciplina de voto. El PSM pasó a ser dirigido por una gestora y todos sabemos lo que ocurrió. Como consecuencia de esta situación hemos tenido un proceso en el juzgado de Getafe. Y que vamos a decir del PP. Hacía un apoyo en la comunidad de Madrid de cara a la galería, pero mientras tanto Coca Cola y el embotellador se reunían con el PP y algunos de sus ministros para aprobar el ERE, y por tanto se cerrase la industria de Madrid.

En la lectura del libro he visto testimonios estremecedores. Por ejemplo, me chocó el que un compañero vuestro contaba que su hijo le había dicho “que él quería ser como él, como ejemplo de lucha”. También he visto otros, como el de la compañera que ha perdido una pierna. Asimismo, me han comentado que, en este período de tiempo de desgaste físico profundo, muchos compañeros han tenido problemas económicos graves ¿Se mantiene en la mayoría ese espíritu de lucha después de todo lo que habéis pasado?

El espíritu de lucha se mantiene unánime en todos los trabajadores del centro de Fuenlabrada y de los del otro centro, que es un centro comercial y administrativo. Es cierto que ese espíritu de lucha no se puede llevar a cabo de la misma manera que cuando estábamos en la calle. Ahora estás ocho horas destinado, retenido dentro del recinto. Por lo tanto, se mantiene el espíritu de lucha. Se pude comprobar con toda la familia de Coca Cola en lucha, que va más allá de los trabajadores, de las mujeres de los compañeros, de las familias. Ayer se montó una gran concentración en el juzgado de Móstoles, y se pudo comprobar que ese espíritu luchador sigue intacto.

Por supuesto que un conflicto y un ERE devastador y maltratador como el que ha hecho Coca Cola está causando mucha mella. Tenemos que acordarnos de que aparte de haber estado dos meses de huelga, y que la empresa tumbó la huelga porque nos despidió. Luego tuvimos que sufrir casi cinco meses de no tener dinero de prestaciones por desempleo ni el salario de tramitación. ¿Por qué? Porque el SEPE nos dejó de pagar el paro porque en junio había una sentencia de la Audiencia Nacional que decía que estábamos readmitidos provisionalmente y que la empres anos tenía que pagar los salarios de tramitación. En ese maltrato sicológico para desgastarnos y que la gente estuviera necesitada de dinero para obligarles a pedir la cuenta, la empresa nos tuvo cinco meses sin pagarnos los salarios de tramitación, tampoco cobrábamos prestación por desempleo. Eso ha provocado que dos compañeros hayan sufrido ictus; otros han tenido problemas cardíacos, teniendo uno que ser intervenido quirúrgicamente; la compañera de la pierna; los relatos que vienen en el libro. Tenemos familias enteras que están en tratamiento sicológico; algunos en fase de siquiatría. El daño, aún sin evaluarse, en nuestros hijos, porque han sido partícipes de estas vivencias, y aún no sabemos como esto les repercutirá en el futuro. Llegará el día en que tengamos que resolver estos problemas y pasar factura a la embotelladora y la marca, porque siguen haciendo daño a nuestras familias y a nuestros hijos. Todo esto se traduce en la reflexión del libro. Mucha gente no ha querido salir porque no han querido soltar las lágrimas y las emociones; porque es un libro emotivo. No hemos querido que sea un libro de piquete informativo, porque eso ya lo saben los lectores que leen este tipo de literatura. Por eso hicimos un libro de la parte social, de la lucha social. Nos ha servido para ir a los eventos deportivos, a la Caja Mágica, a un autobús a Lisboa para la final de la Champions, una manifestación con el sindicato portugués mientras las aficiones del Madrid y del Atlético estaban en la final de Lisboa, para contrarrestar el veto mediático. Toda la autobiografía colectiva se resume en una sola cuestión: uno de nuestros niños que pregunta y dice “Espartanos, cual es vuestro oficio, y el niño contesta; luchar, luchar y luchar”[3]

¿Cómo se os ocurrió hacer este libro, como ha sido el proceso?

No sólo el libro, hemos tenido varias ofertas de proyectos, no solamente el libro; se ha realizado el documental, hemos hecho un museo para que quede para la historia de Madrid. Nos han llegado a plantear incluso hacer una réplica del campamento a tamaño real, poniéndonos a disposición una zona de Madrid, tipo Tabacalera, donde podría ubicarse. Esta lucha obrera debe quedar para la historia, no como la de SINTEL, que pasó y ya está. Servirá para que cuando haya conflictos con multinacionales y grandes empresas haya unas herramientas para ver como se hizo, como se batalló. En el libro, de la mano de la editorial La oveja Roja, y de parte del PCE y de IU, nos plantearon iniciar este proyecto. Aceptamos, no por motivos económicos, que recibimos de la caja de resistencia. Al final conseguimos llevar a cabo este proyecto de memoria colectiva llevando el proyecto adelante.

Un último mensaje a la ciudadanía

Ellos son pocos, nos agreden constantemente, no se respetan nuestros derechos laborales y sociales. Nosotros somos muchos más. Ya hemos visto como se genera la ilusión y como se vence, lo hemos visto con Coca Cola. Desde 2014 políticamente podemos generar ilusión. Sólo nos confundimos en una cosa, en la división de la clase obrera, y en la división de la izquierda en general. Somos muchos más que ellos y si queremos les vencemos. Sólo nos falta creer en un objetivo e ir a por el de manera unitaria, unificada, y les venceremos cuando queramos y como queramos ¡Ni un paso atrás!

[1] Esta entrevista fue realizada el 5 de octubre de 2016

[2] CCOO

[3] Se puede ver en la película que han hecho sobre todo el proceso titulada David contra Goliat. Coca Cola en lucha.

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