Los hijos son de los hijos

He tardado en escribir sobre el asunto de la censura que pretenden implantar Vox, PP y Ciudadanos en las escuelas públicas. Y he tardado porque como antiguo docente mi primera reacción no hubiera sido publicable sin exponerme a alguna demanda judicial. Templado un tanto el ánimo voy a intentar hacer unas reflexiones sobre el tema.

Vox es un partido neofascista o neofranquista, lo mismo me da, que me da lo mismo; y su única pretensión, y lo que les gustaría, es devolvernos a esa España que mal sobrevivió en una trágica noche que duró cuarenta años. A estos individuos les encantaría que en las escuelas se volviera a cantar el Cara al Sol, y que presidieran las aulas los retratos del genocida Franco y de José Antonio Primo de Rivera.

A estos neofranquistas, a los que se unen PP y Ciudadanos en un intento desesperado por no quedarse atrás en la carrera de quién capta más votos entre los fascistas españoles, y los imbéciles sin dos dedos de frente que no tienen la más mínima capacidad de análisis. Sobre todo la actuación de Ciudadanos es patética intentando decir que ellos no aceptan esta censura, cuando aparece en el acuerdo firmado en la comunidad murciana –al final va a tener razón Quevedo cuando decía aquello de antes marrano que murciano– .

Lo que pretende imponer Vox y sus aliados es que en las escuelas, pasándose por el forro lo que dice la constitución española, no se enseñen los principios de igualdad de sexos, razas, la libre elección sexual, es decir todos los principios que deben sustentar una sociedad democrática y sobre todo humana.

Para lograr sus propósitos no han dudado, como hacen siempre, en acudir a las más burdas mentiras, promocionando imágenes que no están hechas en España, para decir barbaridades como que en las escuelas se enseña zoofilia. Ellos saben que mienten pero no les importa porque conocedores del nivel cultural medio de los españoles –penoso bajo mi punto de vista- estas monstruosidades que dicen tienen eco en determinados segmentos de la población.

Vox no sólo es un partido neofascista también es el representante del más rancio nacionalcatolicismo. Detrás de este grupo político están entre otras organizaciones, a cual más nefasta, los integristas de Hazte Oír, y buena parte de la jerarquía católica –ya ha salido algún obispo defendiendo esta censura que quieren imponer-. En el sumun de a falta de vergüenza hablan de adoctrinamiento, cuando el mayor adoctrinamiento que se está dando en la escuelas públicas es que se haya hecho evaluable la asignatura de religión católica; ¿en que colegio se da como asignatura el islam o el protestantismo?

En el fondo lo que pretende Vox y sus dos aliados es cargarse la escuela pública. Los miembros del trifachito estarían encantados con que solamente perviviera la escuela concertada y la privada, que ¡oh casualidad! Está mayoritariamente en manos de la iglesia católica.

Los que dicen LOS HIJOS SON MÍOS, son los mismos que dicen MI MUJER ES MÍA. A estos que se les llena la boca de la palabra libertad –ensuciando así una de las palabras más bellas de nuestra lengua- habría que recordarles que la libertad es algo que va intrínseco al ser humano, y por esa misma razón los hijos son seres libres desde el mismo momento en que nacen. Los padres no son quien para intentar evitar que los hijos reciban una educación basada en la libertad, la igualdad, la justicia y la solidaridad, conceptos que a estos hijos de la ira (por no decir otra cosa) les deben sonar a chino mandarín.

José Luis Garrot Garrot
José Luis Garrot Garrothttps://asambleadigital.es
Historiador y arabista. Profesor de la UCM

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