Dr Lodario. Breve historia sobre una vida ejemplar. Parte 1

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Iniciamos nuestro viaje sociológico en un vetusto vagón del Metro de los años cuarenta del siglo pasado. Hemos pagado, con céntimos de peseta de la época, el billete a la taquillera.

Un Metro que nos lleva emocionalmente hasta la Estación Posguerra Española,  para conocer la historia de la ejecución sumaria de tantos inocentes; hoy nos centraremos en el joven médico rural Lodario.

Así, este cuento nos lleva a un lejano paraje: Fornela , el valle  leonés más recóndito y perdido de los Ancares, en el Bierzo,  porque no es paso hacia ninguna parte. Entre Fabero y Cariseda, que es el primer pueblo fornelo, median trece kilómetros largos que discurren a través de un valle angosto y geográficamente encajado.

Uno de los enclaves rurales de Fornela es Trascastro, el pueblo del médico Lodario Gavela Yáñez, que sembró el valle de escuelas y dedicación a sus pacientes antes de perder la vida tiroteado por tres desalmados.

La primera casa de Trascastro, “la Casa Grande”,  atesora la memoria de su consulta, tal como él la dejó el día de su asesinato en las curvas de Cariseda.

Eran los años cuarenta, pero nadie se atrevió a retirar ni una sola de las placas que en cada pueblo proclaman la filantropía del buen Doctor Lodario. En unos años de enorme crispación social por la inmisericorde represión franquista.

Ilustración fotográfica realizada por el autor de este cuento

El ambiente familiar en el que nació, la situación que disfrutó de niño, y las perspectivas con las que fue creciendo hacían presagiar una vida llena de dichas para Lodario.

Pero las circunstancias personales que vivió, y las decisiones que iba tomando mientras las vivía, se fueron convirtiendo en un horizonte verosímil y probable. Un desenlace trágico a su existencia que nadie imaginaba en sus años más jóvenes.

La derrota militar de la República supuso el comienzo de un ingente éxodo forzoso, duros tiempos de malnutrición y hambruna generalizada entre los vencidos y sus familiares.

Las colas del racionamiento, el estraperlo y el mercado negro; casi como hoy en día con la crisis de las clases más desfavorecidas. Tener que acudir a la pobre olla de tocino rancio de los abuelos, bajo la estricta vigilancia de las muy pías y cívicas fuerzas “de orden”, y la dura realidad de tener que hacer siempre colas y más colas…

Y en Ancares, además, el Maquis y la Guerrilla (los del monte) enfrentados en combate mortal contra las fuerzas represoras de la Guardia Civil.

Hablamos de un médico rural que molesta al generalísimo Franco

Así comienza esta novela biográfica, que relata la vida del médico asesinado por la Brigadilla de la Guardia Civil de Ponferrada, en mil novecientos cuarenta y siete.

Su vida transcurrió a lo largo de tres momentos muy intensos de la historia de España: la Segunda República, la Guerra Civil y los ocho primeros años del franquismo.

Tejida con materiales sacados de la historia, la memoria y la  imaginación del propio autor, con una prosa minuciosa y un ritmo narrativo vivo, la obra cuenta la trayectoria vital de este médico y, a través de ella, de una parte de la historia de España en tres momentos y tres espacios:

  • Desde los diez a los veinte años en el convulso Valladolid de la Segunda República, donde vive en las calles los choques entre los fascistas de las Jons y los obreros de Talleres del Norte.
  • En la universidad los enfrentamientos entre los estudiantes, mientras cursa Medicina, lo cual va conformando su conciencia del mundo y le obliga a tomar partido ante los acontecimientos; la Guerra Civil, primero voluntario como sanitario en un frente elegido, el republicano en Asturias, y luego en otro impuesto, dentro del bando «nacional», hasta el fin de la guerra;
  • Por último, en la comarca de Fornela y El Bierzo, como médico y promotor de escuelas y hábitos higiénicos, en medio de un clima de represión y persecución de los guerrilleros, hasta mil novecientos cuarenta y siete, cuando es vilmente asesinado por su actitud insumisa ante el régimen franquista y por atender a los “fugaos” a pesar del peligro, del que era consciente.

Pero las páginas del libro reflejan, sobre todo, la vida de una persona cuya actitud ética y compromiso con la libertad lo convierten en un personaje a la altura de los grandes héroes: Un médico rural siempre de guardia para sus enfermos y pacientes, sean del signo político que fueran, maquis o guardia civil.

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